SALMOS SECOS
Hace caso este mudo enardecido
que hace tiempo viviendo llevo dentro,
de las cantas amargas que atraviesan
las esferas del alma como presas,
discípulas de angustias elocuentes,
cancerosas de mal, febriles huestes,
que han dejado su marca como zanjas
por el alma perenne o no perenne…
O se calla a mi impúdica licencia,
de los gritos uncida a la sapiencia,
porque tardan las cosas entrevistas
en llegar a su muelle ya dispuesto,
la vida que pedida se demora
tampoco trae ante tu sien la muerte,
y con la copa en mano ya bebida,
el vidrio roto ante turgente vena,
no tiene ese valor que antes predica
y quieto queda mirando los pasados
pues los futuros ves que nunca llegan
Veleidosas y sufridas pedigüeñas,
almas lascivas que se miran sin espejo,
de ese pasado en que todo se nos daba;
a qué pedir gemelas y dispuestas
las trazas que dibujan lo posible,
no miran hacia atrás lo prescribible,
pues de sal pueden verse las figuras
en desiertos y llanos de la vida,
que miraron hacia atrás lo que quedaba
después de recibir dicha ordenanza,
que ya no queda nada de lo ido
quemado está el lugar donde has vivido,
solamente tu pie tendrá adelante
y el después por vaivén itinerante…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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