miércoles, 31 de diciembre de 2014

CONTABLEMENTE HABLANDO / Poesía de José Ignacio Restrepo


ANTES DEL AÑO NUEVO


Y hoy solo salir,
multiplicar los besos y los abrazos,
demandar que la alegría tome cuerpo
y se riegue en los otros como agua,
en la calle,
con los extraños nunca vistos,
repartirla,
mirándolos de frente
como si justo hoy los descubrieras
para verlos morir
luego,
mañana...
Tengo palabras que a hoy
han subsistido,
todas laten por mi frente que se arruga
y se desvirgan en mis ojos
tarde,
para tomarme como a una hembra
recelosa,
que no ha aprendido a hablar
por eso miente,
tarde en la noche
con sus ojos bellos,
arriba de esas dos mejillas rojas...
Y tengo el mal de amar sin ver finales,
con todo lo que soy y lo que tengo...
Por éso os bendigo
con mi verbo,
en este último día de este año,
que nos trajo sus regalos
manifiestos
y el resto,
- las promesas que pedimos-
nos lo guarda para darlas
bien temprano,
a partir de mañana,
como dijo Alberto,
mis queridos amigos,
mis amados hermanos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 15 de diciembre de 2014

Y TÚ, ¿A CUÁL TE PARECES? / Poesía de José Ignacio Restrepo




PRINCIPIO Y FIN


Mentores los pensamientos
que se escurren por las manos
o entre el sudor algo ufanos
predicen paz o destierro,
¿o será todo al revés,
caminando cual ciempiés,
llegan primero bufando
los queridos sentimientos,
para decir cómo y cuándo
habrá de ocurrir el qué?

No preguntes por la fe
que hace de complemento,
o dirá alguien sustento
de la razón o el sentir,
en medio de un gris sufrir
tiene el creer por sentido,
y aunque no sepa muy bien
el orden de lo que pasa,
tiene por meta salir
de lo malo que le pasa...

Y el del borde que prepara
postrero salto al vacío,
que no se halla confundido,
ni triste, o descaderado,
que solo piensa en tomar
el que piensa corto atajo,
ha llegado a concluir
que tiene poder y mando
para decir sin decir
donde se acaba este tango...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 9 de diciembre de 2014

GAFAS Y AMANECER, HILO Y DEDAL / Poesía de José Ignacio Restrepo




ESA BELLA 
CARICIA DURADERA


Y las manos que zurcen calcetines, 
a una hora de escasa luz, 
cercana a la llegada de la aurora, 
no son, 
son seres incompletos, 
cada uno formado por crisol 
de cinco ágiles dedos en corola, 
que se mueven, si, 
con vida propia, 
casi te puedo decir van de memoria, 
recorriendo el gastado tejido 
con la aguja y el hilo...
Luego palpan la nueva cicatriz, 
previendo que el bello pie de su hijo 
no se canse el remiendo de sentir, 
en las horas de estudio 
y búsqueda coqueta de alicientes...
Madre y brote, 
unidos por la fe que no se ve, 
allí en ese zapato de colegio, 
color café, 
de atadura por el frente, 
se podría dictar el catecismo, 
todas las esperanzas del futuro, 
todas, 
atadas firmes no se ven, 
pero cosen el patente hueco ajado, 
dejado por el uso y la pobreza, 
esa cosa que todos conocemos, 
que queremos dejar en el olvido 
como bella rareza, 
de un lugar 
donde nunca hemos vivido...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 3 de diciembre de 2014

LA MÚSICA DE LOS DEDOS / Poesía de José Ignacio Restrepo



ANTES, DURANTE...
DESPUÉS



Chasqueo los dedos 
a la altura de mis nudillos, 
sabiendo que con el tiempo 
serán aún más gruesos, 
digo, eso dice mi madre 
cuando mira que lo hago, 
y yo le doy por razón 
que tengo frías las manos 
y el teclado me repudia...
Ay, vos, calor bonachón, 
ven refrégate en mi alma, 
tengo el pecho con guirnaldas 
y un feo caparazón, 
con pelos de varios largos, 
varios gruesos y colores, 
el gris que no lo tenía, 
ya llegó, lo descubrí,
seguro hace muchos días
se vino a vivir aquí...

Y después tomó las llaves, 
las teclas de mi aparato
para designar con signos, 
lo que pasa por mi mente...
vuelan, huyen bajo el guiño 
que las abate sin pausa, 
es el duelo del decir 
después de callar soñando, 
con cruces, alas, espantos 
que se nutren de lo mío,
y vienen a revivirse
pues los estoy esperando...
Yo me alzo y me restriego 
sobre el teclado plomizo, 
y veo como renacen 
las cosas que aún no dije, 
después de verlas parirse 
hace un rato entre mi pecho, 
que tiene pelos en gris, 
al lado de pelos negros...

Cuando se agota la fuente
este hombre de pelo en pecho,
va a la cocina y calienta
una taza de café,
va a mirar vida al balcón,
o llama a su tierna madre,
quizá llora en un rincón
las cosas que ve y le arden,
para luego ir a buscar
al cajón de los recuerdos
un motivo, una noción,
un beso que no se dio,
o una canción de hace tiempo,
que hace tiempo no escuchaba...
trae temas de los versos
y embellecidas palabras
que recuerda de otros tiempos
este poeta que siente
y se chasquea los dedos
en la tarde y en la noche
y también en la mañana...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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