LA HORA PARDA
Imágenes que hablan, y desertan...
panegíricos tallados,
en el crepuscular regreso de las aves
a esa hora ya tarde,
cuando aún queda luz pero hay más sombra,
en las cosas que pierden su virtud,
su tallada frontera en la latencia
de saberse aún allí,
pero ser incluidas por sospecha
en el argot sin medida de otra cosa...
Es la hora en que todo se prepara
para ser propiedad y calma oscura,
los lirios del jardín sin más se cierran,
y el baile vespertino en los insectos,
cesa simplemente por la hora,
se ocultan y se aquietan donde estén,
casi siempre en el envés de alguna hoja,
o alguna otra corteza
u otra piel...
Justo ahora,
repto de un pensamiento hacia tu sombra,
con la misma cantada majestad
que alicora las voces y las duerme,
privándolas de ruta o de frontera,
de programa o recuerdo,
dejándome a la espera de la noche,
convocante y vivaz...
justo como tus labios y los míos
que se cantan alejados ahora mismo
de su tibia heredad,
sabiendo sin embargo lo que aguarda
algún beso pedido y otorgado
y la mansa promesa siempre viva,
de juntar lo que somos al amar...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©
panegíricos tallados,
en el crepuscular regreso de las aves
a esa hora ya tarde,
cuando aún queda luz pero hay más sombra,
en las cosas que pierden su virtud,
su tallada frontera en la latencia
de saberse aún allí,
pero ser incluidas por sospecha
en el argot sin medida de otra cosa...
Es la hora en que todo se prepara
para ser propiedad y calma oscura,
los lirios del jardín sin más se cierran,
y el baile vespertino en los insectos,
cesa simplemente por la hora,
se ocultan y se aquietan donde estén,
casi siempre en el envés de alguna hoja,
o alguna otra corteza
u otra piel...
Justo ahora,
repto de un pensamiento hacia tu sombra,
con la misma cantada majestad
que alicora las voces y las duerme,
privándolas de ruta o de frontera,
de programa o recuerdo,
dejándome a la espera de la noche,
convocante y vivaz...
justo como tus labios y los míos
que se cantan alejados ahora mismo
de su tibia heredad,
sabiendo sin embargo lo que aguarda
algún beso pedido y otorgado
y la mansa promesa siempre viva,
de juntar lo que somos al amar...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©
Cuando la espera y la ilusión, sucumbieron en la compleja realidad y sus angustias.
ResponderEliminarDesde las sombras, toman forma fragmentos que se suman y ofrecen algún mínimo
motivo, para tener un atisbo de quimera. Hermosa muestra de lo que la melancolía
talla en la existencia y que deviene en buena poesía. Un abrazo.
...algunos amamos a esa dama a la melancolía, que alguna vez alargó su visita en nuestra casa, y terminó por quedarse...Es gentil, y su paso silencioso por los cuartos, ha logrado dejar la huella amable, con las cosas que no son suyas sino mías, los rostros, lo dejado por hacer...aquello digno de un perdón muy merecido, que sin embargo olvido cómo emprender oportuno regreso...¿Ves? No faltan motivos para quererla, y para agradecer estos ecos de tu paso. Abrazos Monica...
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