AZUL NO ROSA
Y le dije esos ecos repetidos
tantas veces, de tantas vagas formas...
No llegues tarde, de boca de mi madre,
vas a caer, dictado por mi abuela,
o ese de tiempos compartidos
que grita al grande como al alma púber
que busca llegar a coronar,
te falta mucho trecho, el tiempo apremia, dale,
mira hacia el frente, párate derecho,
y otra junta azarosa de miserias
que se dicen dádivas paternas,
con las cuales se dicta, con las cuales se forma...
Ah mi señor, poca y rala ternura
para indicar caminos de manera solvente,
pocas caricias en agua al llegar tarde en la noche,
mucho el anís en el vientre de calores desdentados
y la boca silenciosa solamente oliendo a trago...
Él de todo se interroga lo acomete su destino,
que a qué hora ha de arrancar el primer vello del pecho,
cuando le cambia la voz para poder cantar tangos,
que si la cantimplora está vacía
y arden gargantas de sed
tristes, faltas de alegría,
y el tiempo para llegar a ese sitio programado
y este brío que no acaba aunque haya poco pan
y haya poco abecedario,
y muchos fusiles rudos afuera disparando
entre mucha competencia donde el músculo es gestión
y la palabra silencio como fémina esperando
dormida cerca del cielo con todo y más por decir...
Que se oxida y se corrompe la palabra antes de ser
herramienta explicadora, motivo y gracia a la vez...
No llore Alcides, no llore, Leopoldo usted no berree,
suene esos mocos Ariel y no me mire rabioso...
usted es hombre no olvide, usted no es una mujer
póngase azul, saque el rosa,
ese color no le queda,
no será músico, señor,
usted no va a ser pintor, no esculpirá bellas rocas,
no será fiel cirsense ni escribirá poesía,
y para qué va a leer si en abril arde la guerra,
en abril todos pelean
y en junio todo termina...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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