SOLO LA VI, DE LEJOS
Apresadas del pelo,
las hijas de la memoria no pueden herirme
ni tampoco
marcharse a su fuero,
como si yo premiara descontentos
con permisos
inocentes de olvido
o con platos mal servidos ante poca hambre,
en la
mesa alargada y constante
del señor carnicero.
Bregando a huir,
dejan
casi por completo sus cabezas calvas,
y se ponen de hinojos
rogando para
que las deje volver
a su renglón de cosas pasadas,
a su baúl de
siniestros doblegados
que guarda la exactitud de lo ocurrido,
la justa
fidelidad de lo que ya está hecho
y no tiene retorno en el tiempo...
Las
suelto,
son como gases malignos
de una cosa ocurrida,
recién ahora le
puse algo de oro
a las letrillas rescatadas de su nombre...
Ada,
Ada...
como si fuera un tango,
que lo fue...
una pieza a bajo y bandoneón
que justo ahora dejo de nuevo dormida,
en el olvido...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Si, como en un tango tristón pero que se termina. Hermoso poeta
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