MIRAMOS
Miramos derrumbarse nuestra noción de ser
mientras miramos un vídeo muy callados
donde intentan sacar con vida a un niño
de un lugar hecho añicos por las bombas,
juntamos la razón, el desespero,
luego no queda más que alzar la voz,
los epítetos cortos, y los largos,
y echar mano de la ira y del decoro
mientras halamos al mismo tiempo
el tumor de nuestra humana decencia,
sepultada con él por esas bombas
lanzadas por quién sabe desde el aire...
Y logramos sacar la piel herida,
y los ojos sedados por el polvo
y las manos cortadas por las piedras
y el ser que fuimos ayer vuelto pedazos...
Miramos las imágenes sin voz
tomadas al amparo de la noche,
unos soldados viles - asesinos -
convierten en cadáver a un rebelde
que está apenas armado de su ira
y ya no quiere estar callado y quieto
como un árbol, como un muro derruido,
como cualquier lugar que afuera espera
convertirse en eco de la guerra
cuando caiga la sucia dinamita
y vuelva todo tierra, humo y nada...
Miramos y otra vez, no vemos nada...
Ha partido sin rumbo la noticia
que era parecida a lo que somos,
tenía por verdad una mirada
y la búsqueda mutua de lo bueno,
lo ético era un molde, una tonada,
y el fin acariciaba las conciencias
que detrás de las puertas esperaban
su trozo de jodida humanidad
como fortín en donde guarecerse
de la lluvia y las balas..
Pero nada de eso se ha quedado
en este brusco viraje que nos toca,
hay eso si un gusto por lo magro,
una tendencia a habitar en lo macabro,
y una bondad que ha huido y no se ve...
tenemos silenciada la memoria
y cada rato somos detractores
de esos que se entregan o sucumben
en vez de armar el alma y defender
lo que ya nadie más ahora defiende...
No hay nada en la caja del rescate,
detrás de la mirada nada queda
y en el pecho que late ya no hay vida,
solo un ansia letal y descarada
de llegar como sea hasta la noche
aunque sea estallando la verdad,
pudriendo lo que queda de justicia
y haciendo una mortal caricatura
de eso que antes de hoy
sin ciencia alguna,
se llamaba la vida, mis queridos,
aunque estuviera cubierta de gris bruma...
Y nada prometiera,
justo como sucede el día de hoy...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Cuanta tristeza, cuanta infamia y todo continua igual, sublimes tus letras, muy tistes pero triste es lo que vemos todos los días, gracias poeta, muy hermoso.
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