miércoles, 30 de mayo de 2018

MIENTRAS MERMA LA LUZ / Poesía de José Ignacio Restrepo


TRENZA


Cordones de cortina
sucios por el uso diario,
muchas veces asidos
sin vigor ni premura,
para que no se marchen los augurios de ayer
al instante de hallar esta ventana abierta,
o cuando se moviera la parda celosía
hecha de arena noble y cubierta de mugre,
tras las nubes que pasan invisibles y llenas
de las lluvias procaces
que caerán mañana...

Cordones de cortina
que ya no bien se mueven
e impiden que yo mire a esa moza que pasa,
a ese combo de niños,
a ese tuerto que canta
entre  murgas pasadas su caudal de dolores,
ya deberé lavar su trenzado algodón,
de elongados misterios y cuentos repetidos
para sentir que el hábito de nombrar sin decir
es tan de la ventana como de mi prontuario
y solo a mi me atiende,
cuando hala la mano...

Cordones de cortina
que una vez fueron nuevos,
prometeros otra vez
ser de mi mercedarios,
y ocultar lo infeliz, lo inútil, lo pesado,
como lo hacen mis sesos y mi lastre paciente,
y mi boca cosida ante tanta vileza;
prometeros ahora correr con celo nuevo
si ella pasa corriendo abajo de la casa,
caminando la acera que midieron los pasos
que traían los sueños y las concupiscencias,
a esta casa feliz,
tomados de las manos...
Que la ventana se abra de una vez, por completo
si es ella la que cruza a prisa por la calle,
que tu algodón descorra sin queja ni rotura,
la ventana que mide
mi dolor y nostalgia.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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