miércoles, 3 de abril de 2019

LAS HORAS LACRADAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



BELCANTO




A veces uno 
simplemente 
se olvida del camino, 
duele ver tanta fuente de agua 
cuando sabes que tu sed 
es placentera, 
hiere la luz si en tu alma 
solariega y silenciosa, 
los ecos resbalan muertos 
y ya no hay claros murmullos, 
dijo bien este día cuya fecha resalta 
y solo le contesto 
mirando sus colores 
que ella es bella sin más por su piel ya gastada 
y el brillo en su mirar que a veces escasea...

A veces como sabes, 
el camino se llena de arbustos y abrojos, 
y tu paso otra vez, 
parece cernirse suave 
mientras un canto se instala, 
como ayer nuevamente...
y el ronquido del pájaro pausadamente para, 
y la liebre se queja, 
por verte ahora de nuevo
y llorará mañana 
por ya no verte tanto...

Ah, ceguera de todos 
los que tan cerca habitan, 
que ignoran porque quieren 
que tan solo es mermar el ritmo 
y poner los ojos entornados, 
para ver lo sublime 
una, dos, un mil veces...
y cerrarlos del todo para verse por dentro. 
Y leer partituras, 
perfectas, acabadas, 
que se ensayan a solas, en el alma de nácar, 
que dicen quienes no saben 
que hablan del silencio, 
amada lengua procaz
que nos ata a los muertos.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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