LA TARDE, LA PUJA...
LOS AMIGOS
No debiera contarte,
es tan secreto,
tengo dos amigotes personales
me visitan a deshoras por las tardes,
entre ellos se guardan grato odio
de antípoda muy clara y necesaria
se sienten del otro agradecidos
a pesar que no cruzan más palabra,
desde que su terreno dividí,
usando mi magia de creador
para darles caminos separados,
en sutil y complejo antagonismo,
que los hace enemigos en mi libro,
mi proyecto,
si no falto a la verdad...
El uno es contraparte y altanero
me lo confiesa cada vez más fuerte,
entre visos morales elocuentes
me pide que a él lo saque
o saque al otro,
no soporta que le de a su personaje
más líneas que las que a él le dan vida,
me critica por muy mal elegir
y no quiere la trama continuar,
quiere marcharse...
El otro,
que es el malo del condado,
muy serio reflexiona en el asunto,
al contrario me pide organizar
este circo que quiero publicar,
no entiende que haya menoscabo
entre los que empezaron y aún siguen,
y menos que se vaya a terminar
las acciones de su enemigo
fiel de siempre...
Qué paradoja hermosa por las tardes,
tan símil de los días que vivimos,
los roles y funciones al desgaire
nos llevan del triunfo a la derrota,
y parecemos ya los personajes
de novelas y cuentos que no saben,
si las tardes y las noches empleadas
en darles carne y alma al final
los llevarán a todos a buen puerto,
al público que espera sin hacerlo
o al agua ya muy usada del canal...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Son tus ángeles y demonios, los amigos que desde sus antípodas disparan flancos que te obligan a mostrarlos en sociedad, sacando sus cielos y suelos, sus infinitos y ceros, sus montañas y fosas. Es que el amor no sabe de límites, y en nuestras vidas necesitamos de ese mundo variopinto de los amigos, de miserias y de heroicas historias. Imagino, el mundo de mundos que nos traerá...Aquella, tu primera obra. Leerte... !!un placer poeta!!...♥
ResponderEliminarDe seguro lo será, Mariela ... Junto a ellos ya mi ser lo predestina, y entre manos que me sin hospitalarias, veo pasar sus páginas que ayudan a leer con alegría... Gracias por venir amiga!!
EliminarAlucinantes temores arrojan la hiriente espada traspasando los océanos,
ResponderEliminarsin tregua de poetas , donde la única armadura es su fecunda pluma,
oh! cifrado combate que enriquece la retórica.
Tener menos a veces puede ser, tener más... Creo que a tiempo toda búsqueda sin más se finiquita o si no, será volver los pasos, y buscar otra meta, en todo caso María Alfonso nuestros pasos a puerto llegarán, gracias por llegar al poema...
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