CIEN ARRUGAS
A
veces nos sentimos como camándulas,
contadas y recontadas en ajenas manos,
que se rezan con nosotros por albures neutros,
con paganos dioses ateos por testigos,
y ejércitos sagaces de palabras
dotadas para amar y alzar olvidos,
y sentimos la piel ornada y vacua
con la inútil pretensión de ser tocada
en medio de esas manos bautizadas
para darnos dolor como deporte,
sobre nosotros vemos sus mandatos,
y sus ujieres mustios que sonríen
colocando en repisas muertos péndulos,
ordenando adentro en nuestros ojos
los relojes que corren hacia atrás
y recontando sin favor para nosotros,
ese tiempo que padece mal de olvidos,
mientras lanzan al aire como aves
salterios en idiomas
demacrados,
que ajustician pesares...
A veces, y doy gracias que así sea,
se rompen en pedazos para siempre,
las cuentas recontadas a trancasos
de esos bestiales arrullos que escuchamos
cuando rezan sin voz esas camándulas,
y por algún sortilegio depravado
vamos a recogerlas con cuidado,
del suelo, de la bruma, del olvido,
de donde se hayan caído,
como mandato superior a nuestras fuerzas,
en la mano las vemos por milagro
ya completas aunque falte su cordel,
no importa
las anudamos por fe con nuestra sangre,
con ateridos recuerdos navegantes
que no piden consuelo,
piden vida,
asi sea prestada cuando vengan
en mitad de una salva de pesares
a arder con nuestra sola soledad,
la otra, la de esconder,
la malquerida...
JOSÉ IGNACIO
RESTREPO
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Como mandato superior a nuestras fuerzas,...en la mano las vemos por milagro ya completas aunque falte su cordel, no importa las anudamos por fe con nuestra sangre, con ateridos recuerdos navegantes que no piden consuelo, piden vida…… Que belleza mi querido poema, sublimes son tus letras, nostálgicas pero bellísimas, gracias por el lujo de leerte.
ResponderEliminar...así son los recuerdos, hijos de la piel, alfiles presos de nuestro intelecto...Gracias siempre Loly, por acercarte al jardín de este escritor, que crece como hierba al viento...
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