TEJEMOS...POR LO MENOS
Partida
fruta que muestra su mitad,
donde lo dicho con virtud ayer
tiene el sabor a débito agregado,
con su otro lado reflejando en la otra parte,
mientras afirma que tiene la verdad
hermanada gemela en la mentira,
que solo tiene el ritual de la palabra,
para aprobar la prueba y terminar...
Y tu unidad así habla cuando calla,
revela el ocio escondido en la labor
y ese profundo rencor que duerme hondo
en todo hecho nacido generoso,
y verbi gracia
el sueño etéreo en el presente recio,
la seriedad armada entre la broma,
y esa maroma intensa de la piel
cuando le ofreces fuego a su pitillo,
igual que adora el flaco monaguillo
cada vestido del cura al que ya odia,
o la virtud dormida en la parodia
que solo dos entienden a esta hora
pues los demás adoran sus asuntos,
mientras dormitan creen que vigilan,
y esperan con la cálida arrogancia
del que dice éso es mío,
es mi semblanza,
pero a la hora del té saben que no,
que es el azar la aguja y el tejido,
la aguja y el tejido donde bailan
seriedad, pereza y arrogancia
como si fuera la sala de un castillo,
y no el presente, este oxidado exilio
donde pasado y futuro no legislan,
pues nada puede ciega la justicia
en lo que fue y en lo que aún no es,
nada puede ejercer en el traspiés
de dos o tres o seis que tejan mal,
mientras le gritan sin más a todo mundo,
tejemos bien, tejemos...
por lo menos...
donde lo dicho con virtud ayer
tiene el sabor a débito agregado,
con su otro lado reflejando en la otra parte,
mientras afirma que tiene la verdad
hermanada gemela en la mentira,
que solo tiene el ritual de la palabra,
para aprobar la prueba y terminar...
Y tu unidad así habla cuando calla,
revela el ocio escondido en la labor
y ese profundo rencor que duerme hondo
en todo hecho nacido generoso,
y verbi gracia
el sueño etéreo en el presente recio,
la seriedad armada entre la broma,
y esa maroma intensa de la piel
cuando le ofreces fuego a su pitillo,
igual que adora el flaco monaguillo
cada vestido del cura al que ya odia,
o la virtud dormida en la parodia
que solo dos entienden a esta hora
pues los demás adoran sus asuntos,
mientras dormitan creen que vigilan,
y esperan con la cálida arrogancia
del que dice éso es mío,
es mi semblanza,
pero a la hora del té saben que no,
que es el azar la aguja y el tejido,
la aguja y el tejido donde bailan
seriedad, pereza y arrogancia
como si fuera la sala de un castillo,
y no el presente, este oxidado exilio
donde pasado y futuro no legislan,
pues nada puede ciega la justicia
en lo que fue y en lo que aún no es,
nada puede ejercer en el traspiés
de dos o tres o seis que tejan mal,
mientras le gritan sin más a todo mundo,
tejemos bien, tejemos...
por lo menos...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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