PRESBICIA
Ver más o menos concientes
la sombra del minuto
que asciende hacia el
final del día...
ver, sin buscar,
esa cosa que llama tu mirada,
esa luz
cuyo origen no se escinde,
ese clamor que brota en la ventana
cuando
algún viento pingüe sin pedir lo exige,
entrar a ver quién vive
entre ese
húmedo lugar donde oye cantos
sin que una voz los vierta en el vacío,
a
veces solo algo...a veces tanto...
a veces mudamente prolongando...
Ver la justicia pasar,
sin armas claro,
como mandan los cánones
viva y casi ciega,
y ver su piel fracturada llena de tumores,
con pústulas infames
que séquito de ciegos carga,
cuando camina virtual hacia algún juicio,
uno que sabes se tramita hace años
y entre tu alma camina, repta, escala,
lanza sus gritos en lenguas inaudibles
o se retira maldiciendo al mundo,
porque las cosas en vez de adelantar
se atrasan...
Ver,
poder ver ya casi ciegos,
hacer de la mirada al claustro en guerra
alimento para sueños y utopías
que en salmuera resisten,
mientras cierras
los párpados cansados ante el mundo
que parecen más viejos
cuando rezan los guardados ojos...
que no sea, Señor, éso que veo,
que sea lo que he pensado siempre,
lo que hace feliz, o glorifica,
la batalla ganada
ante afrenta sufrida
por desdicha...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO • Copyright ©
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