AL PASO DEL VIENTO
Un movimiento completo
con instrumentos de viento guiando el giro de los ojos,
para buscar una ella,
un nombre de mujer que instigue alguna fuga,
un
opus, un arpegio de dudosa impaciencia...
todo la nombra
incluso el incurso de una puerta que golpea,
de hojas secas que miden el patio...
de
una cloaca que en su fuero sin ley
se queda con el agua asentada donde
un escarabajo boca arriba
se pregunta dónde está la luna...
Bella guerra que muestra sus sables entrechocando sus filos,
breve y elocuente giro del viento que nos deja saber
lo que es habitado por
su cálido aliento,
ese húmedo lance de los pinos grandes,
que se abaten sin miedo buscándola en la tierra
de cipreses caídos de vejes y cubertos por arbustos lechuginos...
La busco donde acaba el alambrado...
allí no hay palabras marcadas sobre
lúcida madera,
como estas que salen de mi mente
formando volutas de magníficas figuras
de
cerebral acuño y dirección hemisférica.
Pero mi vista vuelve hacia el portal
donde algunos recuerdos me miran hace rato,
por más que el presente me roce
y su noción de él solo mida dos centímetros de mar móbil
y su noción de él solo mida dos centímetros de mar móbil
en
undívago viaje al centro de las cosas
puedo llamarla a su serena penitencia,
alabar hoy como nunca desde mi penumbra laica
la viva constancia de la luz...
Del
angurrioso negro al gris que debe habitar escollos propios
se hacen tus
artilugios de verbos y adjetivos,
mujer feliz que huíste de mis azares infelices,
pero te quedas porque así de terco es el amor
le pone cuerpo, cara, manos al rondar de las almas huidizas,
caminos hace para aquellos que decidieron irse,
da vuelta a la perilla para traer el silencio de regreso
si hay estruendo en la mente y en los ojos
poniendo sello en los ocres dolorosos,
y rojo cumbre en los hechos de
carne hecha pedazos,
así como verdes de filatrópicas ausencias,
o blanco/crema de ácidas nostalgias por todo lo perdido y lo no hallado,
justo es llamarla por su nombre de untratumba
para que sea el atuendo victorioso de
la ya no tan solícita memoria...
Espejismos, me llaman, me requieren,
son otros duelos que saben qué
dejaron
y no los quiero atender ni en la palabra
pues ella vino
de lejos
-otra vez-
y solo quiero estar con ella ahora,
con ella que otra vez llena la casa...
Amor hasta la muerte misma.. y yo.., encantada de leerte... Abrazo
ResponderEliminarMediar en tu abrazo pero no con tiempo... que el tiempo sea corto entre charla y poesía... gracias Isabel por todo!
EliminarLa mente que se resiste, perezosa a las inquietantes batallas... Porque, ¿qué mejor que disfrutar las anheladas brisas hipnotizantes de las ausencias anheladas, angustiantes en su lentitud en el repliegue de sus pasos, en el recorrido de sus caminos en la espalda de sus memorias, en las memorias de sus cuerpos...
ResponderEliminarLejanía, tanto depende, del concepto de espacio. Del concepto del tiempo. Hay cuerpos que yacen juntos y viven a la distancia de milenios....
Qué bien escribes! Sujetas la idea como si fuera una bella adivinanza que debe ser descubierta y la desplegará poco a poco como si fuera una mariposa viajera... gracias por venir y a comentar. Un abrazo querida Vanesa.
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