TRASIEGO
Y al final del día
me pongo de pie y hago diez cambios...
cierro la ventana que está abierta,
cambio el lugar de estancia de la cama
para que yo acostado siempre vea
las hortensias del patio,
los muros encalados hace tiempo
que hoy desgajan a mi gusto la pintura
para decirme callados cuanto afecto
tienen por mis ateridos cuidados
aunque hoy
una vez más
sean silencios hablados del ayer,
sonidos cabizbajos y tunantes,
de extravíos saldados,
estandartes...
Tomo un trapo casual que dejo alguien
y lo mojo del agua acantonada
que la lluvia dejó en una matera
para ir por el polvo desatento
que tiene nuestros nombres pignorados
como teclas de viento rimbombante
sobre ese piano viejo
sobre ese piano viejo
que no sirve,
y lo paso sencillo con cuidado
como me has inculcado tantas veces...
hago cambios,
levito sin cesar en tus recuerdos
que yo no propicie, pero viví
como ave en tu cielo,
como ave en tu cielo,
y me doy cuenta que todo lo que tengo,
la mesa donde escribo,
ese librero,
los bártulos que están en la cocina,
la cama, el afiche del tranvía,
el ciento por ciento de este cuarto
que predica amor por donde mire,
el pasillo que afea lo divino
por las feas baldosas ya quebradas
y las pareces mudas sin un cuadro
y la puerta
de aldaba...
todo,
que es la mancuerna de lo nuestro
que es la mancuerna de lo nuestro
dice de vos y yo los padrenuestros
que jamás delicadamente oramos,
y entonces estos cambios los defino
como cosas que pasan,
el deseo de ver a las hortensias
con sus pájaros
nobles visitantes,
y olisquear otra vega de la casa
para ver si se mudan los recuerdos
de este lado de acá...
y visito un solo instante nuestro
que sentó nuestras sombras con tenaza,
o rayó el pedernal de un plato nono...
o perdió su pudor trascendental
en un sitio
olvidado
de la casa...
y muevo dos centímetros al sur
el espejo que vio siempre lo nuestro
sin decir para afuera lo de adentro....
y muevo dos centímetros al sur
el espejo que vio siempre lo nuestro
sin decir para afuera lo de adentro....
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Tantas luces como recuerdos en ésta pieza, albinos que refriegan en lo costoso de no llorar un poco cuando se ha entregado lo más apreciado que se limpia apenas lo de afuera y el resto nos queda dentro, lo guardado
ResponderEliminarque a bien consideras te fuerza querido José Ignacio, buscar prominentes otros caminos para ser de éstos, en los tuyos enterrados... ¿Qué más decirte ahora? - Sabes arar en lo seco y en lo cuantioso, en tanto desatino como en lo cuerdo- ¡Me encantó!!! ...Te dejo un beso, abrazos por aquí y mis respetos por si no me ves por algún corto tiempo...
Qué bello expresar el placer de la manera como lo haces, sosteniendo el aliento y olvidando la marcha del tiempo en el oscuro reloj, harto de sus propias manecillas...qué bello llegar y someter tu intelecto, al sentido menguado o mal nutrido de mis letras de fuego...Te doy las gracias, ojalá vengas a recibirlas, recuperar ese paso homologado, digital y perfecto de mi reloj de arena, infalible y sereno, dictando estos sentidos que lo abrasan todo...gracias Kare, abrazos!
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