jueves, 8 de agosto de 2013

LOS QUE SE LLAMAN ADJUNTOS / Poesía de José Ignacio Restrepo



ESOS AZARES
 
 
Salario por la observancia de las aves, 
su tierno volar, 
la perífrasis inquieta del ardor invisible, 
 el arrobado ensamble que semeja capricho
y realmente obedece 
a la carga filial del estatuto,
a la digna emoción de saberse
ya del otro...
Asi igual se cobra 
lo que el tiempo en su hacer 
suave descarna, 
en esa hora vecina 
gemela por el aire en nuestro tacto...
 Encalmar el sinuoso detalle de la vida, 
privar de oxígeno carnal
a ese gentil suspiro,
cuando arremete el deseo en buena hora, 
que hace un instante, sin ella, 
era la peor de las maltrechas, 
la hora del desierto, 
de la guerra...
  
Mas a veces 
tienen el mismo tenor las maldiciones, 
también los antiguos castillos 
y sus cuartos de amor 
fueron mazmorras...
A veces un tacto fiel y conocido, 
pone cadenas, 
cierra el bello candado en nuestro nombre, 
con la misma oración que abre, lo cierra, 
con el deseo libera, amarra, dilapida, 
con la palabra feliz entra y saluda,
 salda las deudas de juego,
compartidas,
o en medio de la calle vocifera...
cuando ya se marchó 
así se quede...
Se llama loca miel a ese sedante,
a veces calma la sed, 
dota, alimenta, 
pero otras nos ahoga, 
se fermenta allá adentro y envenena...
Lo vemos allí mismo en la raíz
en los tallos de plantas que se adueñan
del tronco ya crecido que es vecino,
tiñéndose de él, trenzando,
en el mismo camino, usufructuando,
lo que en verdad no les pertenece,
el hacer de su amado,
que solo por la fe y la bella circunstancia
a su paso que duele en esta hora,
les es un forastero, un anodino,
un rostro que se cruza en un segundo,
y luego entre perífrasis y azar,
se marcha diciendo con los ojos
es un vuelo, amor, apenas éso,
ni adelanto siquiera,
o retroceso,
solo ese adiós de una mano
ante el espejo...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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2 comentarios:

  1. Poeta, que poema más bello, y aquí en esta soledad lo encuentro lo leo, y disfruto y analizo tus metáforas, y tu exquisito desmenuzar de cada detalle de tu analítico pensamiento. Ella ensimismada contemplando el vuelo de las aves, entendió que no era su lugar, debía seguir su ruta y emigró, dejando en un espejo el saludo de su adiós. Bello...Te abrazo mi poeta genial...!!!

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    1. Es una tarde de invierno, Mariela, y el poema descifrado entra lentamente, en un arco invisible que asegure su por ion de olvido, del tamaño suficiente para que haya, ese silencio plástico que me permite crear, sino todo se asemejaría... Sólo sería todo un solo poema... Gracias por venir, querida...

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