MANTRAS
Encapsuladas como ínsulas sin dueño,
mis perlas áridas a solas cantan
tonadas para morir sin ser sentido
no miran la clepsidra transparente
que les he puesto solamente ayer,
para que puedan medir lo que ya tienen
y cómo han de perderlo si regresan,
recuerdos en su fatua y fría gloria,
a veces, solo a veces, como hoy,
me producen un coraje desgarbado,
y los vuelvo a mirar como si hablaran,
eternecen sin paz mis perlas viejas
herederas de azules y berilos,
de cosas que no fueron y no están,
inmedibles a pesar de que haya al frente
un hermoso reloj de arena blanca,
que toma nota de este hacer errante
y de sus sempiternos visitantes,
en una hoja color de no me olvides
que tiene aroma a violetas y quebrantos,
y huellas de un pasado gentilhombre,
que se quedó atrapado en un camino
a la espera del alba lisonjera,
que creyó del olvido guardaría
su primer pensamiento matutino,
para el componerle una canción
sobre espejos, gigantes y armadillos,
que algún día después de este poeta,
todo hombre, mujer, ángel o niño,
en este sitio del tiempo cantaría...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Maravilloso poema lleno de recuerdos, que exquisito eres para describir esos sentimientos aunque añorados y tristes, bellísimas letras, un abrazo querido poeta.
ResponderEliminarUn halago continuo , tu presencia entre mis letras... Gracias por venir Loly...
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