martes, 12 de noviembre de 2013

LAS EDADES DOLOROSAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
HEREDAD


Torcidos palos 
avisando en secas ramas,
donde tajos en rojo aún palpitan,
de aceradas y serviles hojas blancas
pero no de las que caen y se mudan,
sino de otras enterradas hace tiepo
que yacen olvidadas, solas,
con sus filos rojizos y herrumbrados
de cortar tanta mano, tanto rostro,
por devenidas cuentas inventadas,
de gente que cayó muerta, enterrada,
y al lado de estos árboles torcidos
halló su duermevela para siempre,
bajo grama callada...
Y los vientos mestizos
ahuyando deberes y pesares,
bajando por el río y los linderos
sin tumbar una lápida de verdes,
ni pedir de la réplica algún nombre
que relate algún cuento,
niegue enjundias,
desbarate otro plan que manifiesto
pretenda dibujar senderos, mapas,
herencias de comienzo amortajadas,
cambiando la misión y haciendo historia,
con los rostros de muertos boca arriba,
viento muerto de esencias combativas
que le cuente a la noche de algún día,
como tantos quedaron sin latido,
con el pecho callado y sin su voz,
cual si fueran cuatreros por ser solo
campesinos del alba hasta la noche
con su recua de chinos atascados,
en la vera callada, solitaria
preguntando por su padre hoy otra vez
cuando la luna ajena llena mira
esa vega entre verde y repelada...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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