sábado, 5 de septiembre de 2020

VOCES TIENE LA TARDE QUE LEVANTAN EL PELLEJO /Poesía de José Ignacio Restrepo


DESDE EL BALCÓN



Pasan cientos de locuaces pedigüeños
al día, todos los días, y en la noche,
alguno que no sabe qué hora es,
ni en qué lugar se haya
haciendo huellas,
sufriendo de ese extraño malestar
de pensarse en el peor de los futuros,
como ésos que narran al diván
los peores sucesos
mientras uno en la esquina le repite
que suelte mejores aderezos...
Ya no puedo ayudar, nada me queda,
lo que tengo en el cuerpo y otro poco
como pan sobre la mesa,
me escudo en mi árida sonrisa
y luego me devuelvo
a la sombra que duerme sobre el muro
donde ya no me veo...
Tienen el cuero duro los que pasan,
ni siquiera un estornudo,
me veo yo más necesitado,
por años lo he pensado,
vienen de norte a sur con sus pequeños,
que hacen cara de no estar muy conformes
cuando riego mi vista sobre ellos...
penitentes de culpas no causadas,
del país de gitanos dones piden,
y yo quisiera corto repetirles,
que estamos pobres todos,
que este sistema escupe hasta sus dientes,
dejando los cadáveres andando
semejando ser gente...
Semejando tener una canción
para cantar por dos o tres monedas,
mientras la calle calienta sus dos pies,
y se posa en el verde de la verja,
óxido de tal por cual y yo,
olvidando canciones
poco a poco...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO

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