lunes, 31 de marzo de 2014

SEMILLA EN MI PORTAL DE TARDE QUIETA / Poesía de José Ignacio Restrepo



EN SU CUERPO 
Y EL MÍO


Sangre que de la herida brota y cierra, 
tienes el mapa aún de mis dolores, 
en cada coágulo que tarda en resolver,
esa pequeña gesta del bromuro,
o de la daga audaz que dejó migas,
igual que lo hace el pan en la letrina
si entramos allí comiendo o devorando
lo que queda de lo uno o de lo otro,
de la oscura necedad, o el turbio agravio
que danza en esa sorda atemporal,
masa presente de yugos y esperanza...

En cada brillo muerto,
en cada lanza,
que traza en tibia arrogancia su vector ,
diciéndote, por vos es que descubro,
lo que tus ojos no ven inapetentes,
en el solaz inmáculo y desierto
que entre disparos mora entre tu mente,
también luchó Tchaikovski por morar,
entre faros inciertos y alta bruma,
las voces de mi padre alicorado
dejaron su enseñanza cual cordel,
yo lo halo y el comienza siempre a arder
sin soltarse nunca de mi mano...

Por algún baile perdido 
en pies de hierro, 
bailado en casa seria o en burdel,
traigo sacos enteros de recuerdos,
que hacen que vuelva el rostro
pues yo sé,
que hay miles que se hartan del pasado,
y en los días que viven sed padecen,
son los que buscan agua en pozos secos,
llevándola por dentro sin saber...
yo tomo en mi portal sin invitados
  leche de mi propio manantial,  
y en algún fuego escapado de alto aroma
seco todo el azar desubicado,
miro nacer los astros nuevamente
y veo que lento el tiempo se me escapa,
modulo sin idioma otra vez
esa hermosa oración que no recuerdo 
y tarde recupero para ella
 aquella danza suave e imperfecta
que en su cuerpo y el mío ya son llaga,
serena, y transparente, dócil,
como la quema del tiempo
en esa noria que a diario vino escuece...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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viernes, 28 de marzo de 2014

A LA SOMBRA DE LA NOCHE Y LAS ESTRELLAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


VISITANTE


Ansias de algún silencio florecido, 
que reclama su voz entre mi aliento, 
y se queda con mi entero reflector, 
aposentada en mitad de mi cerebro. 
Y me dice, escritor que nada atiendes,
plebeyo de un reinado diferente,
qué me traes guardado allí en tu bolso,
no reniegues, no digas que no tienes, 
apóstol de tantas letras escondidas, 
déjame sazonarte sin afugias, 
dormirme entre tu tacto tierno y mudo, 
que yo te traeré gozo y sustento, 
unos ojos de miel, o verde oliva, 
que se posen en ti, 
en cada letra sencilla de lo escrito...
¿Quién es?,
veo alargándose su sombra,
no sé si ya se marcha o al contrario,
apenas ha dado inmensa con mi casa...
Ansias de asir el borde las letras,
con pálidos silencios de los míos
y desdoblar mis ecos esperados
para guardar por siempre su sonido
en albergues de vidrio, arena y cuarzo,
donde estén elucubrando desde siempre
su voz y su silencio amado,
musa del llano sol y visitante
cuando el nácar del cielo quiebra en brillos
esas blancas estrellas que no saben
que las vemos cuando ya muertas están,
por el verso atravesado entre la boca,
y esas ansias de amarla
nada más...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 25 de marzo de 2014

DEL SUDOR ALABADO / Poesía de José Ignacio Restrepo


CONVEXO


Enhebrado el halago con el gesto, 
que nació desvistiendo a la palabra, 
 hace voz y en la piel prende guirnaldas, 
para nadie, solo el que las ve...
Y en el cuerpo sudado de mujer
que hace rato de ganas se palpita
rompe fuente todo lo que haces,
con los ojos que ven semicerrados
ya  promete dejarte sin aliento,
mientras prende la luz dentro del sexo,
que solo para ti grita adelante...

Aldabones por sures y por nortes,
golpean de deseo sobre ella 
y miserias que yacen olvidadas, 
se tienden en el suelo a suplicarte,
cuando oras dejando allí en tus pies, 
otras santas palabras nunca dichas,
pero halladas por ella entre tu piel,
dulce encuentro que no tiene testigos,
solo tú desgonzándote  sobre ella,
fiel tarea del cuerpo que sumiso
saca notas de amor donde no hay,
y un arpegio enlazado suficiente
para arte en el vientre cincelar,
solo son lo que son gracias a éso,
dos en uno en coro de reversos,
ese son que del sueño se saliera
y en el vaho de sus ojos
nido hiciera...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

lunes, 24 de marzo de 2014

DECIR LABOR AMANDO.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


SOBRE EL MILAGRO


Entonces 
vuelcas esos cientos de emociones, 
que van y vienen, 
mueren, sobreviven,
y salen abrevadas de tus líneas, 
para topar con la sed de algún lector, 
o una bella lectora atrincherada, 
cuando ascienden desde la letra hasta los ojos, 
que hasta allí tenían incierta la mirada, 
llorando angustias vestidas de pasado
entre volutas y ecos, 
y yo doy fe que suben silenciosas, 
remiendan ecos ya muertos, 
ya envarados entre estíos olvidados
por caricias secas y  harto feas, 
con sus claveles muertos aún rojizos,
repitiendo de ti
pues lo escribiste
que la vida bruñe ajena pero viva...

Entonces, 
sabes que diste ese aire nuevo, 
que destilaste el licor por vos amado,
que les rompiste en los ojos tan cenizos, 
esa peste de antes, las cadenas,
con vida tuya, de tu pecho alientos,
que cubren hoy
sus pardos arquetipos,
tu letra es éso,
lingotes de sonrisa,
has puesto vida con tu propia fantasía,
y ése que lee, ésa
que solloza,
mira adelante con su fe dispuesta,
pues hay un hombre que música interpreta
sin un violín, sin un piano de cola,
solo ataviado de letras y coraje
para decir en qué estación se ama,
y qué se lleva
amando
de equipaje...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

viernes, 21 de marzo de 2014

ANTE VOS, REALIDAD / Poesía de José Ignacio Restrepo


DOLOR GEMELO


Qué nos duele del otro sino aquello
que es símil a ritual o suelo nuestro,
parejo con recuerdo o aventura,
dulce como algún sueño quijotesco,
que acerca a la pálida hermosura,
o mejor
que despierta un bello amor
por la piel herida sin razones,
ya la vemos sangrando entre emociones,
bifurcada, hendida, lamentable,
y sufrimos incluso ante el cobarde
que como prójimo también
nada lo inmuta

Qué procuro decir y casi grito,
no nos hace doler solo miramos,
el desgarro de otros casi hermanos,
o de sangre y de historia, y de apellido,
que se están enfrentando entre razones,
ya son válidas o hoy, mañana afables,
y pasado lecciones en la tarde,
que retomen la ruta ensangrentada
de la patria amada,
mientras hombres vulgares acometen
sin pena mas con prisa
nuestra historia,
qué dirá
cuando escrita la repasen
atenuados, y tristes, maleables,
los alumnos que digan preguntar
por qué diablos pelean, si cabemos,
hay aquí tanta riqueza y alimento,
y yo responderé
en otro poema,
es las ganas infames de reinar,
de colocar al otro de indefenso,
y demostrar que tenías razón,
aunque en nada te avale el fundamento,
y querré completar
alumno mío,
tú que quieres capítulos saber,
yo te digo, mira más adelante,
no sufras por limpiar manchas de sangre,
tendrías que llevar tanques enteros
y cloro de bondad, y llanto tarde,
mira niño querido allá adelante,
horizontes te esperan yo lo sé,
de esta guerra de hermanos
nada explico,
los ojos se me llenan de cristales,
y el alma no contesta,
de dolores gemelos
se retrae...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 9 de marzo de 2014

LABIOS CERRADOS QUE ARDIENDO ME LLAMAN / Poesía de José Ignacio Restrepo


ATIENDE


Me remango ahora
para tomar el lado de mi sueño,
éste, alado, que viaja por tu pelo,
que se desgana si miro a otra parte,
si no te escucho,
si hago de la prensa manifiesto
y te rebujo solo con los ojos
los bucles esculpidos
del cabello...
Declarada la guerra de los ojos
si no atiendo el llamado
que me haces,
yo soy éso que abrazas en tus sueños,
soy tu probeta donde pares ángeles,
si me deseas
es mejor que atienda,
el calendario de mis cosas va a esperar
pero tu cuenta no,
ya me cabalgas,
ya surtes de tu aroma estos corrales,
pones palabras de mar en cien dedales
para regar con ellas el infierno,
y esta vereda yerma
de lo mío,
que tarda horas en prestarte alas,
para que puedas ver donde te pongo,
si, amor, donde te siembro altares
majestuosos,
cuando comandas mis pedidos todos,
y vienes mar
salando mi oleaje...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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lunes, 3 de marzo de 2014

DESAYUNO AFUERA / Poesía de José Ignacio Restrepo


VISIONES


Eso tiene tomar el desayuno
en un lugar distinto de tu casa,
cuando sales temprano en la mañana
y el vientre te hace su presa por ahí,
gritándote querido qué te hice,
porqué yo he de pagar
tus sacrificios...
Me siento en cualquier sitio, no sé el nombre,
adentro de la calle, es una casa,
hay niños preparando sus tareas
y una joven mirándose al espejo,
sonriendo como hacen los que aman
y aún no saben nada del dolor,
de los días de angustia, y la mentira
que trae con su canto el ruiseñor...
Acerco la mirada sin pararme
a ese cuarto del fondo casi oscuro,
y una vieja que mueve con su pierna
aprisa y uniforme su pedal,
me mira en es instante que interrumpo,
sonriendo como santa que ella fuera
apenas para mi solo un segundo...
En la máquina canta su trabajo
hiriendo con la aguja su dibujo,
va halando la tela bajo el hilo,
mientras lleva la mano con destreza
en la marca de tiza dibujada,
y canta su privilegio con la cara
mientras termina todo de arreglar...
Ya me han traído el sencillo desayuno,
y mi estómago murmura agradecido,
el café está caliente y alto humea,
dando tiempo a mi curiosa potestad
con mis ojos regreso para ver,
si la abuela terminó o sigue allí...
Alza la prenda midiendo el infinito
como dando de nuevo a Dios las gracias,
cada fina costura es como un rito
que promete mejores ocasiones,
alabanzas sencillas en las bocas
de sus nietos aun tiernos,
que le dan con sus besos y caricias
esas dulces promesas
de que vienen quizá tiempos mejores,
cada vez que ella acaba algún arreglo
la vida se ilumina y sus mercedes,
le llenan en sus sueños de esperanzas,
bondades para ellos y para ella
el premio de hacer bien esa tarea,
que su ropa esté buena,
buena y limpia,
aunque ella se vea mal vestida,
sus vestidos, su magro delantal,
son hechos de la misma majestad
con que el cielo hace nubes, sal el mar,
ya ha cumplido con todo lo pedido,
pronto acaso la maquina le herede
a la chica que ríe en el espejo
y que aún no sabe casi nada de la vida
ni de su abuela
y su santa majestad...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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