jueves, 21 de abril de 2016

RETAL DE NAUFRAGIO... / Poesía de José Ignacio Restrepo




DEL ALACRÁN RECUERDO


Anega este lugar 
el eco de la última palabra...
Bajo del territorio del escriba
allá donde la sombra cortejada
de ese sin decir y sin callar
con un guiño me llama,
feo lacayo que ni mirar yo quiero
pero el paso apresuro,
recuerdo que el insípido silencio
puede llegar en trotes tartamudos
y luego traspirando y con resuello
señalando para mi algo esencial,
que yo deba decir,
que no pueda callar para mi gusto,
una verdad de a puño...

Toma mi cuerpo 
y al silencio lo aparea,
 soy un alma mortal
y busco pretender más que tomar...
El fuego que se yergue y me cimbrea
recoge sucios y caros apostemas,
que no tienen más vida sino en mi,
como tantos recuerdos inservibles
que se hacen junto a mi en la bruma,
simplemente a esperar...
Tiene la muerte su lugar en este juicio
todo lo antijurídico que quieras
y en su insensato andar se pavonea
como sereno y tímido alacrán,
que sabe de filiales homicidios
de adivinanzas leales
sin sentido...
Lo dejo hacer,
recorre el cuarto como si no lo conociera
y mira todo,
lo que ha llegado apenas,
aquello que en su ausencia se delata
por el mugre dejado en las baldosas.
Estos que llegan, aquellos que se van,
mi baile entre ilógicas esferas
tumbando su propio cerco de coral,
donde lo negro me es tan conocido
y entre quejas de envuelto celofán,
toda contestación tiene pregunta
aunque llegue ya tarde...

Abajo...
Reconozco de ayer y trasantier
el pegote de usados plenilunios
en que dí lo dudado por seguro
y tengo un dulce apodo para cada olvido,
lastres de corazón que aún hoy me laten,
ahogadas fantasías sin abrir
en su cajita rosa con un moño,
y los golpes...
Casi los olvido
en esta cuenta vil de lo que no hay...
por sustracciones simples ya voy dando
con todo lo que tengo aunque no tenga
y más tarde seguro con tu venia,
mientras me envuelve el roto frenesí
y pinto en las paredes con buen gesto
mis doce mil blasfemias por lo hecho,
me volveré a juntar en nuestro lecho
con éso que distingues sin esfuerzo,
me llamarás mi amor
o por mi nombre,
y yo responderé dos tres cosas
que tengo ya aprendidas de memoria,
y que sirven de ventana a claraboya
para dejarme volver
parecido al que tú dejaste ayer...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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viernes, 15 de abril de 2016

EL LARGO CAMINO A CASA / Poesía de José Ignacio Restrepo


A ESA HORA


Allá, más arriba, mucho más
del trono sucio y perfecto
de esos bellos murciélagos gris negros
que ni en la noche ves
pues cruzan raudos
ese espacio cenital que solo nombras
con miedo y con rigor entre tus sueños,
están las ansias dormidas que no escuchas,
ese rompiente que responde a tu nombre
y que yo tomo con cálido abandono
entre mis versos
primero,
y luego libre, elocuente, desgajado
 cuando en mi cuerpo un ansia genital
abarca todo lo que huela a ti,
- esa ropa ya usada, 
algún gastado maquillaje,
pulseras hechas de insistir el aire
para poblar de tus secos sudores
éso que queda pegado como óxido
que no tiene nombre -

Allá, más alto que el último y crecido
copo verdoso del florecido sicomoro
donde rezuman los ávidos abrazos
que no te he dado,
todavía,
aún,
está dormida esa palabra larga
que en su tardía y pálida añoranza
no sabe si aferrarse en estos versos
a lo que tengo de vos
o sin afán, confiada y quejumbrosa,
sentarse a ver que se nos va la tarde,
y en esa hora en que la luz poco distingue
de un gato lento y el cansancio mío,
verla llegar ufana a ver qué queda,
la puedo ver...
esa dolida palabra por su ausencia
vestida para el encuentro
o la renuncia,
dirá de todo en su corto frenesí
cuando mi voz la mire
y después palpe la enhiesta piel
que por éso ha esperado,
mientras mis ojos ya sin duelo la convocan
diciéndole sin más ya regresaste,
estás ilesa de este largo día
en que te he echado de menos
sin remedio...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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