jueves, 29 de enero de 2015

DETRÁS DE LA COLINA AUSTERA / Poesía de José Ignacio Restrepo



YA DE INQUILINOS...

 
 Por el pasillo cercano al cementerio
las nubes bajas se perpetúan
pegadas de los líquenes difuntos,
latrocinio de jóvenes idilios
con los muertos de ayer haciendo sombra,
atorados de pinos y de arces
que tienen como función limpiar el aire,
limpiarlo todo
si hemos de ser justos...
Los que comemos y luego vomitamos,
los que salimos a volar en las palabras
y dormimos en sus lánguidos bostezos
y en sus ecos taciturnos regresamos,
a vernos en los otros,
hoy, mañana,
entregaremos sedosos los papeles
como hace sin paz la mayoría,
notas de viaje, 
bitácoras y diarios de nosotros
oxidados por los bordes,
sinceros,
maniatados de patas y de manos
con los encargos pobres
de los bellos recuerdos,
que salieron a volar sin decir nada,
 profecías correctas de arcángeles vestidos de paisano, 
profecías que somos ecce homos 
que andamos por allí mistificando lo digno, 
enterrando los muertos colibríes 
que encontramos tirados sobre el prado
con sus alas ya tensas y pueriles
dejadas por los otros que no vuelan
y que dejan sus dolores obsecuentes
como masitas de pan en la pradera,
simplemente dirán habrá quien siga
sus pasos de dulce y de camorra
que prometen amor a largo plazo...
Se nos enfrían los huesos, y se enturbian los ojos...
nosotros los arcángeles sin velo
cuando vemos los pájaros tirados,
con las promesas atadas a las alas
y escribimos poemas matinales
para darles su justo entierro solo,
y continuar sin prisa,
cerca al cementerio de los hombres,
toda la tierra,
en este vuelo de hacer y bien decir...
Luego llega ella tomándose del sol,
como si fuera la única y primera
vestida de sus sueños y despierta, 
absorta en la dislexia del olvido, 
y nos dice al oído,
a mi y al otro,
a éste y ése que la sueña,
no te vayas con tu humor vencido, 
su llana y febril falencia suma
de palabras, si, de letras juntas,
y debo recitarle suavemente
versos que de su rostro no equidistan 
atados desde siempre 
a la belleza que duerme tras sus ojos...
fragancia de bosques, 
ramos atados de felices momentos invisibles,
sin irme de allí,
sin dejar de habitar el cementerio
con la luz como guía
y de testigo sincero estas voces calladas...


 JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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miércoles, 28 de enero de 2015

CON EL PRIMER RAYO DE SOL / Poesía de José Ignacio Restrepo


EL SUEÑO


Liviandad, 
 solo el último gajo de noble oscuridad
posando allí como la firma de un fauno
sobre el pétalo extendido
de una noble flor de liz...
Se ve la nuez de Adán del elegido
porque respira el halo de su piel
y ella lo mantiene respirando,
le da de su sueño solo cuatro letras,
las manos su presencia bautizan,
mientras él se separa algunos metros,
le mide la ilusión,
se la aquilata,
vestido de sus sueños él camina,
con el paso lento que conoce la noche,
luego vuelve hacia ella
y le acaricia el cuerpo dormido,
a ella,
de nuevo,
que entre sueños musita su nombre...
Corazón de negro, 
una gota de alquitrán alcanza a emerger, 
lavada por el sueño de la noche
y humedece la blanca mañana 
bajando en su dormida cara
con el oscuro sueño
durmiendo sobre su piel.
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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sábado, 24 de enero de 2015

SIN ANTES NI DESPUÉS / Poesía de José Ignacio Restrepo


ESE LUGAR


Tener pena del mundo
por el curso que lleva,
y a esos instantes de heroica hermosura
que honran de lo humano lo divino,
tomarlos con cuidado
con los dedos,
para guardarlos ilesos, reverentes,
en el joyero intacto de la mente
que no está exento
del cansancio y la desidia,
del polvo que somete hasta lo bello
y lo convierte en mármol taciturno
y decenios después
en mies de olvido...
Tener verguenza ajena
por los otros,
sin conocer los nombres de los probos
ni la casa en que viven los más dignos,
o la suerte corrida por los malos
que huyeron ayer precisamente
de otros más feroces,
peores que ellos,
mantener relativa la audacia
para dar a las cosas lo debido,
que tengan cerca al nombre algo de origen,
una corriente que no los mistifique
pero les brinde firmeza vitalicia,
asi podremos salvar algo de risa
cuando todo se cubra con el manto
que traiga un día de estos
nuestra parca,
la nuestra,
la que venga sin careta,
con un papel que tenga nuestro nombre,
seguro le dará por preguntar
por la exegeta virtud de entender todo
 tanto para sufrir intensamente
como para sentir arrobo
con ahinco...
le podremos decir justo en la cara,
que estamos hechos de carne y raros bálsamos,
nos llenan un lugar llamado alma,
que no puede tocar, menos llevarse,
pues justo cuando nos priva de la vida
el alma huye feliz
hasta su origen,
allí donde renace entre la gloria,
donde no existe verguenza, ni delirio,
y el dolor es ajeno, no se ve,
quizá porque allí se es invisible
y ya no existe el miedo
o la verguenza.
no existe el mediodía ni la noche
y ya no hay antes
o después...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 22 de enero de 2015

COMO MANCUERNAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


SOLO DOS


Testigo de una derrota fortuita,
de una batalla mal planeada
rendida ante enemigo viscoso
que ante la pelea se diluye,
no da la cara,
no da su brazo a torcer,
tomo del mi vaso la liba necesaria
para acceder a esa puerta giratoria,
donde me espera algún pálido recuerdo
a que lo saque al sol,
o debiera decir para ser justo,
a la luz negada y virulenta
de este bar de tres pesos,
donde bebo solitario el día de hoy...

El otro ha caído en el destierro,
en la trampa precoz de un burdo sueño,
donde transitan imágenes sin orden
criticando el que haya ido por ellas
en este estado de cuasi somnolencia
causada por la ingesta del alcohol...
Una grita, por qué viniste ahora
bebido, embrutecido por el hambre,
yo no voy a encender ya la cocina,
para mi que debe ser su madre
pues lo atrapa en sus gritos
como a un crío...
Otra, le sirve amor en una balsa
y él se sube sin mirar qué pasa,
luego ella se baja mientras ríe,
y le promete tormentas que se cumplen,
debe ser un amor que nunca tuvo
pero piensa que fue de pecho abierto...
Pasan niños 
corriendo por el sueño,
y el levanta su cara en una arcada,
y por poco vomita,
deben ser el sueño dentro del sueño,
corriendo para que él no les dé alcance,
yo levanto mi brindis del bohemio,
de ese que andará en otro bar,
pues yo soy bebedor autodidacta,
nunca me he emborrachado,
no doy lata,
y no tiro la plática indigesta
en la mesa infeliz de cruel madera,
para dormir sin ganas, perseguido,
por las cosas que hice y que no he sido,
mientras otro me mira
de otra mesa,
a punto de pagar para marcharse...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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lunes, 19 de enero de 2015

SIN TÍTULO / Poesía de José Ignacio Restrepo



VOS, QUÉ ME VES...
 
 
Caer...
levantarse...
caer...
Si, otra vez,
tratar de recordar cuál fue el comienzo,
dónde el máximo error,
qué olvidaste importante por hacer
que después tu memoria amontonó...
el nombre, majestad, recite,
porqué olvidé la chapa principal 
del caserón que está ahora cerrado
donde guardolas sumas y las restas,
los dados que le dan sentido a todo,
¿cómo puede mi ser subordinarse
 a éso que en mi vida critiqué?
y terminar el ánimo partido,
los ojos sin mirar,
los brazos idos,
morando en mi latido
un funeral,
y el muerto está aún vivo,
VIVO...VIVO...
aunque su habla calle este momento,
y las ganas de seguir mermadas
le hayan hecho trocar su pie en el otro,
y está ahora tirado como trompo
que espera del recuerdo algún olvido,
contra el suelo de manchas y de grises,
caído en su propio malestar,
esperando que el viento en su maroma
le acerque generoso algún aroma
que lo haga simplemente levantar,
como hace todo niño si tropieza,
no se deja vencer de la pereza
ni se llena de agudo malestar...

Un lunes como muchos,
decaído,
a su servicio amigos...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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domingo, 11 de enero de 2015

EN EL ECO DE UN ADAGIO / Poesía de José Ignacio Restrepo


SI...


Ante el amor marchante
bajan como suero las palabras
fermentadas y tibias, indulgentes...
Las recibe el poeta lentamente
en el aro hemiplégico
del vientre,
deseando que broten por completo
y su marcha sin clave no detengan.
Vivas, 
en un latido largo y firme
derivan por el blanco como aves,
volando en remitida migración
al compás imantado de sus manos
que danzan igual que toda su alma,
lacradas por impulsos inconversos, 
que lo atan a las letras hermanadas,
para volver un poco atrás
de sus densos ahogos...
Y respirar de nuevo cuando mira
el poema completo ya parido
como un bebé sin mácula ni tizne...
Él brinda
con la copa mortal de sangre propia...
Ha tenido otro hijo que sonríe,
hermoso y sin igual, 
perfecto,
puede tomarse sin más de un eco vivo, 
y soltarse entre el sanscrito de letras...
Domado, ya siente la turgencia
de su rojo y preñado corazón
por querer continuar vivo en la lumbre,
sin pensar en morirse como ayer,
mirando a ese nacido
el día de hoy.


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 6 de enero de 2015

DE ESE BAILE, PISÁNDONOS LOS PIES / Poesía de José Ignacio Restrepo



TEJEMOS...POR LO MENOS


Partida fruta que muestra su mitad, 
donde lo dicho con virtud ayer
 tiene el sabor a débito agregado, 
con su otro lado reflejando en la otra parte, 
mientras afirma que tiene la verdad
hermanada gemela en la mentira, 
que solo tiene el ritual de la palabra, 
para aprobar la prueba y terminar...
Y tu unidad así habla cuando calla,
revela el ocio escondido en la labor
y ese profundo rencor que duerme hondo
en todo hecho nacido generoso,
y verbi gracia
el sueño etéreo en el presente recio, 
la seriedad armada entre la broma,
y esa maroma intensa de la piel
cuando le ofreces fuego a su pitillo,
igual que adora el flaco monaguillo
cada vestido del cura al que ya odia,
o la virtud dormida en la parodia
que solo dos entienden a esta hora
pues los demás adoran sus asuntos,
mientras dormitan creen que vigilan,
y esperan con la cálida arrogancia
del que dice éso es mío, 
es mi semblanza,
pero a la hora del té saben que no,
que es el azar la aguja y el tejido,
la aguja y el tejido donde bailan
seriedad, pereza y arrogancia
como si fuera la sala de un castillo,
y no el presente, este oxidado exilio
donde pasado y futuro no legislan,
pues nada puede ciega la justicia
en lo que fue y en lo que aún no es,
nada puede ejercer en el traspiés
de dos o tres o seis que tejan mal,
mientras le gritan sin más a todo mundo,
tejemos bien, tejemos...
por lo menos...



JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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