miércoles, 25 de noviembre de 2015

LLAMA ESE SERENO QUE NO VEMOS.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


RONDA


Me rondan y no desde hoy
los sabores de muerte renacida,
lirios pintando paredes y techos
y pisos donde nadie anda,
van de mano de olvidos circunflejos
que rezongan como novias caprichosas,
- será señor la hora,
o faltará el segundo desollado -
ese que falta siempre
para poder firmar el armisticio,
rondado voy por olores cafres,
por el bies dormido vuelto sombra
ese vestido café
qué hace colgado del pomo de la puerta,
si es el único,
el único,
el único
que fatal y legalmente te disgusta,
cómo pretendes poblar como un fin postrero
la tierra que no tiene flores
con el vestido que tus ojos odian,
avaro, algo dale a los ojos
que pagaron tanto su pensión,
y envuelve estos aromas
sin desdén...
llama amando al amor
con un vestido
que tenga tu color,
rojo de la deriva en vena abierta,
o azul...
claro que mar y quimera son hermanos,
y anchos como nos llegan
no podemos tomarlos sin dar brega,
en cambio el corazón
brota inmediato,
lleno de un sórdido alborozo
cada que oye una voz llegando urgente,
con las palabras por él reconocidas...
me amas, te amo...
me quieres, dí que sí...
o me mato.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

lunes, 23 de noviembre de 2015

SOLO TRES... / Poesía de José Ignacio Restrepo


SANGRANTE


Ceñida queja
viajas prendida de mi
como lo hace de su madre un hijo enfermo,
y miras mi mano viajera
que toca el orín que vive en el pomo de la puerta,
y lanzas al adoquín
esa mirada de mago que sabe de naves hundidas
de hiedras y de crepúsculos,
que sabe de adagios escritos en la cripta,
y que al final nada sabe...
como cualquier niño
que espera de quien ama
una caricia...

Quién teme más la huella o el sentir del sueño,
al deshacer la cama y descubrir el propio olor
dejado allí por el salobre deseo compartido
arropando la perdida virtud,
no queda más que el perplejo atavío
- la desnudez de siempre -
cordón desamarrado de escolar presuroso
que sigue así,
corriendo contrarreloj hasta caerse
pues le falta a su poder la templada energía,
dúctil y tierna mueca
que habita sin pedir en una mano...

Ceñida queja,
lacerada tarea,
interpuesta ante el recuerdo de olvidos
que galantean el momento acorde
con la quietud esparcida por el orbe
tras el primer día de guerra..hoy,
nubes de sulfuro abatidas sobre mi sueño de mansa carne,
vidrios esparcidos por el suelo sin fe
esperando a que llegue
ese paso de mi pie descalzo,
de mi única pierna viva
ese paso que enfrenta,
que nunca correrá a la muerte
y más bien la espera...
hermano de mi queja suprema,
que grita por qué sigues vivo
si todo lo amado
está ya muerto...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
Copyright ©

viernes, 13 de noviembre de 2015

NO LLEGAN...NO LLEGAN LAS PALABRAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



A MOTU PROPIO


Las veo pasar,
en silenciosa estampida,
y tras de ellas haciendo a cada una sombra,
los temas,
barreras para el ser,
dolores...
No puedo retener a ninguna
y solo ayer de mi boca se adherían,
como goma de pegar
que llegara en una cinta,
brujería,
se hacían ordenadas frente a mi
para que yo las midiera,
les diera en un discurso motu propio,
armara de sentidos y de tonos
en esa guerra eximia del decir...

Estoy en la ventana y las espero,
la calle está vacía y soleada
como si fuera ayer,
como si fuera mañana en la mañana..
deben estar en la mesa de un poeta,
o grabadas por miles
para hacer
de manto o de mantel a un narrador
que busca completar bien su novela...
a qué vendrían hoy
hasta esta mesa
humilde y resabiada,
para qué,
a compartir conmigo la ventana,
sin una cosa seria que contar,
un dolor, una cábala de guerra,
los muertos que allí cerca resucitan
del lado más lejano
o más cercano
de una turbia frontera...

Mis amadas palabras, yo ya sé
que ustedes van y vienen cuando quieren
y nada son de mi,
ni esposas, ni hermanas,
ni madres,
acaso verdaderas en las tardes
de un día mezquino
o azarosas ventiscas de una noche
donde un hombre como yo
por virtud de todo lo que pasa
quisiera regresar sin equipaje
hasta algún tibio recodo
de su infancia...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright © 

La obra pictórica de arriba es de Max Sauco

viernes, 6 de noviembre de 2015

CON LA GUARDIA BAJA.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


TIEMPO ATASCADO



Qué sigue pretérito de inútil maquillaje,
del desatado cansancio que no siento
al asfalto endurecido de la calle,
salvar andamios, sogas aún no rotas
que sirvan luego para poder anudar
este capítulo con el que luego sigue...
De este "entre tanto" ordeño "dos detentes"
para mirar colores renovados
en algún horizonte al que me lleves,
hoy mismo, dime, ¿quieres ir?
cálmame de estas sordas pretensiones
donde sé la pregunta antes de hacerla,
y me asalta la fe descabezada
de que toda respuesta sea falsa...
Llévame a la selva corta entre tus piernas,
al olor a cansancio de tu ombligo,
al norte de tu sur donde dos montes
señalan una ideal felicidad
que se alcanza solo con tocar...

Y luego de avistar tantos pasados
donde nada se mueve y lo comprendo,
poder aglutinar tus elementos
entre mis manos que están algo cansadas;
y ya no poseer, mujer de lava,
dejar que el viento ponga letras, tildes,
para luego leerte este poema
-enteramente tuyo lo confieso-
al oído, como se hace con canciones
que repiten las cálidas noticias
de guerras terminadas y ganadas
donde no hubo heridos, 
no hubo muertos,
ni ciudades caídas en desgracia,
ni niños que quieren olvidar,
no poseer mapas ni memoria,
ni sitios que se pinten de recuerdos.

Y así poder gozar entre tu cuerpo
como gozan los hombres sin vergüenza,
que tienen por religión y compromiso
a una mujer que ayer los hizo dueños
y por virtud de ciencias emergentes
les liberó de alma, piel y mente...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright © 

domingo, 1 de noviembre de 2015

LAZOS CORTOS PARA CUELLO GROSO / Poesía de José Ignacio Restrepo



CUENTO PURO


Lazos cortos
de hebras relamidas por el uso excesivo,
que de mutuo acuerdo ya lucen separadas,
ardidas por el lado bueno
y por el malo deseosas de caer
en un huerto sin siembra,
o en la ruta de un pie
que ya sabe que todo es oropel,
mientras pela una fruta con los ojos
para mandarla al vientre a que sopese
cuánto queda,
si queda...
El número faltante de esta ópera,
la resta del crucial tejemaneje
al que llegamos todos sin saber
y casi sin saber nos vamos
por celeste y usual filantropía...

Derivados lazos cortos
que no sirven para alzar una horca,
ni encorvar un animal que pide amo,
ni unir boca con guilla,
o proyectil con tierra arrepentida...
De los lazos que miden más me esmero
por colocarles asunto, 
y desagravio,
no falta quien se ofrezca de operario
y se espere en un minuto apenas
explicarme el juego y la cadena
para solucionar un no sé qué,
que ayer miró no lejos 
y hoy repitió también...
Suelto los capellanes que se avengan
para salvar a punta de hebra uncida,
todo lo material que ya cayó
y lo espiritual que todavía no nace...
Prometo no advertir
-yo se los dije-
ni avergonzar a nadie que trabaje,
en subvertir lo que hay con su coraje...
pero sé por aguadas pitonisas
de lo frágil, lo corto de este lazo,
no convenzo ya a nadie
con poemas,
y menos con un febril papirotazo
de que vamos colgados de las penas,
y errando el lado en un muy mal correr...
valdría más atarme un escabel
y a una vaca infame sucia y gorda,
para volar cual globo,
antes de predicar con la memoria
sobre la cortedad de lo que queda...
así quizás miraran los presentes
y en la pregunta ¿dónde está el ausente?
descubrieran el único sentido
de estas historias mías,
que en tiempos anteriores llevarían
la rúbrica en el margen,
prohibido,
escrito por aquel que está cautivo
esclavo de una única presencia,
con el espíritu laxo, adolorido,
por no saber qué ciencia,
qué vestigio
conteste su pregunta sin respuesta...


 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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