sábado, 28 de septiembre de 2013

MUSTIAR PENUMBRAS / Poesía de José Ignacio Restrepo



CIEN ARRUGAS


A veces nos sentimos como camándulas, 
contadas y recontadas en ajenas manos, 
 que se rezan con nosotros por albures neutros,
con paganos dioses ateos por testigos,
y ejércitos sagaces de palabras
dotadas para amar y alzar olvidos,
y sentimos la piel ornada y vacua
con la inútil pretensión de ser tocada
en medio de esas manos bautizadas
para darnos dolor como deporte,
sobre nosotros vemos sus mandatos,
y sus ujieres mustios que sonríen
 colocando en repisas muertos péndulos,
ordenando adentro en nuestros ojos
los relojes que corren hacia atrás
y recontando sin favor para nosotros,
ese tiempo que padece mal de olvidos,
mientras lanzan al aire como aves
salterios en idiomas demacrados,
que ajustician pesares...
A veces, y doy gracias que  así sea,
se rompen en pedazos para siempre,
las cuentas recontadas a trancasos
de esos bestiales arrullos que escuchamos
cuando rezan sin voz esas camándulas,
y por algún sortilegio depravado
vamos a recogerlas con cuidado,
del suelo, de la bruma, del olvido,
de donde se hayan caído,
como mandato superior a nuestras fuerzas,
en la mano las vemos por milagro
ya completas aunque falte su cordel,
no importa
las anudamos por fe con nuestra sangre,
con ateridos recuerdos navegantes
que no piden consuelo,
piden vida,
asi sea prestada cuando vengan
en mitad de una salva de pesares
a arder con nuestra sola soledad,
la otra, la de esconder,
la malquerida...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 26 de septiembre de 2013

EL HACER DE ESCRIBA / Poesía de José Ignacio Restrepo



LA TARDE, LA PUJA...
LOS AMIGOS


No debiera contarte,
es tan secreto,
tengo dos amigotes personales
me visitan a deshoras por las tardes,
entre ellos se guardan grato odio
 de antípoda muy clara y necesaria
 se sienten del otro agradecidos
a pesar que no cruzan más palabra,
desde que su terreno dividí,
usando mi magia de creador
para darles caminos separados,
en sutil y complejo antagonismo,
que los hace enemigos en mi libro,
mi proyecto, 
si no falto a la verdad...
 
El uno es contraparte y altanero
me lo confiesa cada vez más fuerte,
entre visos morales elocuentes
me pide que a él lo saque 
o saque al otro,
no soporta que le de a su personaje
más líneas que las que a él le dan vida,
me critica por muy mal elegir
y no quiere la trama continuar,
quiere marcharse...
 
El otro,
que es el malo del condado,
muy serio reflexiona en el asunto,
al contrario me pide organizar
este circo que quiero publicar,
no entiende que haya menoscabo
entre los que empezaron y aún siguen,
y menos que se vaya a terminar
las acciones de su enemigo 
fiel de siempre...
 
Qué paradoja hermosa por las tardes,
tan símil de los días que vivimos,
los roles y funciones al desgaire
nos llevan del triunfo a la derrota,
y parecemos ya los personajes
de novelas y cuentos que no saben,
si las tardes y las noches empleadas
en darles carne y alma al final
los llevarán a todos a buen puerto,
al público que espera sin hacerlo
o al agua ya muy usada del canal...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 22 de septiembre de 2013

EL DECIR DEL TIEMPO / Poesía de José Ignacio Restrepo


MI MUDO REZO


Laberintos que desandé en mis pasos
buscando en lechos de río viejas huellas,
los trabajos de sentir y dar sentido
que me causaron dolencias y martirios,
sin lograr darme suelo entre mi rostro,
ni alcanzar a quebrar
mi fiel deseo,
de colocar la cara frente al viento
con cada día que empiezo...
Con todo y que lo cuento
vuelvo atrás,
para ponerle pecho a los recuerdos,
y al disentir finalmente comprendo
que lo importante
es ser y estar aquí,
el pasado es una noria sin palanca,
un ascensor que no tiene edificio,
el lastre de algún globo que no lleva,
sobre sí aventurero que lo guíe,
o una letra que busca en un poema
su razón de existir
en el dilema...
Y del futuro no te digo nada,
está atrapado en los pasos
aún no dados,
solo podemos acceder a él
si los latidos del hoy
muy bien cuidamos...
Por eso has puerto en mis ojos
navegante,
y ten el yugo del siguiente instante
con tu latir alzado y convenido,
solo respira y abraza al que ahora miras,
sea un amigo, tu madre, tu conserje,
ata tus actos a la miel
de lo que piensas,
para que crezca un jardín de esa semilla,
y llegue el alba
con el sol del día,
sin siquiera avisar
a pie juntillas...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 20 de septiembre de 2013

CON MANOS RECORTADAS COMO NAIPES / Poesía de José Ignacio Restrepo


LLANTOS CIEGOS


De las ceibas ya grandes ahora cuelgan
 sombras adoloridas que aún sangran,
y nosotros miramos desde abajo,
desde abajo como niños reluctantes,
comparando dolores a destajo
y cambiando las idas peticiones
por requiebros que vienen
sin más culpa,
que estar para las siete preparados 
como pajes de boda, 
a doce y cinco...
 
Vacíos enhebrados en Nirvanas
que salen custodiados y sin prisa
de sus agoreros sitios donde duermen,
con sus sueños birlados por las ganas
y sus leves enjundias,
unos llegan con nombres reprobados
de cuya historia poco o nada saben
y otros solo conocen aunque mientan
al rival de lado o por la espalda,
quien viene sin rival acrisolado
por dolores cansados
o leprosos...
 
Esporádicos cortes que le sangran
a sus alas nacientes de abogado,
coágulos en ojos por el llanto
y cojeras en piernas, pies y manos,
pues todo lo que te sana es repugnante
por la vida que adentro hace repulsa,
desde siempre gritando por respeto,
y después no te cantes serenata,
por bajar esos muertos
no tan tuyos,
y luego colocarlos
como niños,
que en las ñatas
están llenos de mocos,
en camitas tentadas por exilios...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 17 de septiembre de 2013

LOS BELLOS REZOS / Poesía de José Ignacio Restrepo



 A VOS NIÑO


A mi propia imagen de pequeño niño
quisiera componer algunas letras,
una tonada silenciosa ante el recuerdo
que me ha llegado hoy,
como si fuera un regalo inacabable,
una mención de honor
entre los otros,
que sobreviven ilesos
y esperan mi legión de contrapesos,
para brotar a contar
lo que me dieron...

Me puedo ver al borde de la cama
en la alcoba con mi hermano compartida,
llamando a esos héroes aprendidos,
ángeles que volaban si pedías
una ayuda especial, algún asunto,
un problema que no se soluciona,
un dilema de otro que queremos
y que ayer nos contó
casi en secreto...

Con los ojos cerrados y en silencio,
repetía los rezos con cuidado
que me enseñó mi madre con amor,
para que relatara a los potentes
el motivo final de mi dolor
diciendo la verdad sin esconder,
aquello que me tenía en carne viva,
que para eso vuelan enseguida,
a brindarnos su ayuda
a nuestra fe...

Ese niño que fui ya se olvidó
y ha crecido en variadas direcciones,
aquellas oraciones se borraron,
apenas arribó a la juventud
aprendió a hacerse cargo de sus cosas,
y perder fue también una razón
para hacer que aprendiera el corazón,
que no todo te llega si queremos,
y a veces sin querer también perdemos,
lo mejor que tenemos
se nos va...

Ay, niño arrodillado bello,
que ternura me inspiras cuando ya,
el tiempo y la vida recogida,
nos alejó del todo sin hacerlo,
tu voz que no es la misma que poseo
llama al ángel custodio varias veces
y hasta una oración viene a mi encuentro,
mientras me llega por azar
el don del sueño...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 16 de septiembre de 2013

LAS FECHAS DE GUARDA PATRIA / Poesía de José Ignacio Restrepo

POR LA INDEPENDENCIA


Por diez de mayos sangrados
llegaron luego esos ochos de noviembres,
con tantos fríos hombrones retirados
sobre los adoquines de la calle,
sangres ya secas que la lluvia moja
esos cinco, veinte, treinta y uno
en los que se celebraba ganar algo
tierra de otro, souvenir petróleo,
pedazo de mar limpio o vuelto  mierda,
días de declarar guerra al del frente
por la razón qué sea
o imagine,
el que de turno reine o administre
lo que de nombre no le pertenece,
ni por título ostenta,
ni ha heredado,
pero dirá la historia que desea
ver el nombre que le puso ayer su madre,
en la piedra grabar con cincel nuevo,
colocando en el mármol dinamita,
y balas en los prolijos fusiles
que llevan en las manos
los muchachos,
los muchachos
ese bien que crece y migra,
esa riqueza que no es suya ni de otro,
sino de la mamá, de los hermanos,
del padre que lo adora como a un sol,
o los hijos pequeños
que le aman,
porque en la vida no conocen más,
y aunque salgan después a esos desfiles
un ocho, o un veinte de noviembre,
a ver como les pasan por los ojos
los instrumentos pulidos de la guerra,
esos que dicen arriba muerte ajena
en procura de imperfecta gloria,
y vitoréen, salten, alardéen
por mirar el poder de la república,
no darás a la fecha de la muerte
el sacratísimo beso de la vida,
que solo entre mil flores
te merecen
y a los ojos de tus hijos
como disparo de bien te catapulta...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 12 de septiembre de 2013

OTRA SED EN LA PIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo


HÉROE DE PIE


Lleva la pierna quemada y nadie ve...
Casi quedó ardiendo como pira
por rescatar a un viejo que dormía
la mejor de sus ciento un borracheras
sobre el diván que estaba sobre el quicio,
de la casa de amparo
donde estaban,
ellos y otros bastardos...
Camina con un garbo siniestroso
del que todos ignoran el origen,
es hoy cojo por sólida elección,
y el lado del quemón está templado...
 Allí siempre le vibra la emoción,
lo pobre por urgente,
y la belleza
cuando viene vestida de nobleza,
y alcanza para todos los que ven, 
y aquellos que realmente no entienden,
el corazón se asienta al lado izquierdo
donde nació el piélago
cicatrizado
 su cuerpo requemado es un altar
por salvar al borrracho que soñaba,
que se había quedado con la llave
del cuarto de los vinos y el jamón,
y en medio del calor y de las llamas,
creyó que ardía todo
por tomar,
el mejor aguardiente de la vida,
sed de vientre amordazado y pobre,
sigue ileso tomando lo que haya,
porque él no pensó, tuvo el valor
de echarse sobre si el fardo durmiente,
mientras las llamas jugaban a alcanzarlo
como de hecho fue...
Allí pasa el salvado saludando,
le invita a un aníz, quiere pagarle,
todos los días le invita es la verdad,
y él se ríe un poco.
Su cojera va hacia otro lugar,
 debe entonces apurar
un paso y luego otro,
hasta llegar...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 11 de septiembre de 2013

LOS CORAZONES CANTAN / Poesía de José Ignacio Restrepo


PÁLPITO SECO


Un sístole muy bello
sobre el asfalto latiente de la calle,
el canto de sus zapatos de colegio
que en negros compagina tan bonito
con la balaca rosada y los moñitos,
anudados en colas bien gemelas,
igual de gruesas y también de largas,
el pelo tiene cuentas ya molidas
de cada día ganado allí en la escuela,
los arrebatos, 
las juergas con muchachos,
las salidas sin pedir gentil permiso
de su madre querida y su señor,
padre y tutor
que la ha adorado tanto...

Un diástole que deja todo quieto,
las hojas que dormían en la calle,
los reflejos amados del espejo
que tienen lujos de mirarse todos,
la belleza y la fe un día cualquiera,
cuando los ojos llorosos esperaban
que el hombre de su vida no olvidara
que le había prometido amor eterno,
no una sino muchas, muchas veces,
embarcado corazón que está muy triste,
que late de mil formas,
con mil negros,
entre diáStoles y sístoles medianas
lloran muchos momentos que se fueron
entre el novio y la novia que perdieron
el futuro dorado que soñaban,
por decirse mentiras uno al otro,
como azulejo de calle sin salida
que ni siquiera recuerda
que es volar...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 10 de septiembre de 2013

LOS PERFECTOS NÚMEROS / Poesía de José Ignacio Restrepo




APUESTA
 

Gruta o vereda,
de horno tienes símil las fronteras
y un amoroso color en vivos tonos,
rojos, magentas, lilas temblorosos,
verdadera placenta de mis sedes
que ensalivan urgidas
este pozo
vienen cálidamente del pasado,
reunidas mirándote sonreir,
mientras yo me enceguezco,
iluminando...
Murallas que se caen cuando llegas
y lúcidas entreabren el futuro,
cuando de dos enteros estallamos
y al momento siguiente somos uno,
entonces aritméticas enseñan 
que el placer es un juego reverente,
urgente es ver tu piel pegada a mí,
tus cocientes,
mis rancios dividendos
gritando a sus adentros militantes,
recomponiendo dogmas derruídos,
lo mentido a la fiel geometría
sin esfuerzo en segmentos yendo lejos,
al olvido de cuentas no adquiridas,
tus ojos retenidos en los míos
contando letras de algo que faltaba,
callando porque hablar nos sobra ahora,
que lo dijiste antes corazón,
que ayer puse una ventana abierta
aquí mismo, en tu plexo subyugado
y pensaste por mi bien que se cerraba,
egoísta te hablé de mis deseos,
y  hoy los veo saldados,
con un poco de rojo aquí pintados,
en las bellas colinas de tu torso
aquí adentro en el rosa
de esta estancia...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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domingo, 8 de septiembre de 2013

LAS NUECES COMPARTIDAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


RECIÉN OTOÑO


Quedada para ver los nuevos sueños
que llegan cojiditos de las manos,
con la frescura propia de los niños
que piensan que serán por siempre enanos,
te ríes con mis chistes
casi siempre,
y casi siempre lloras si no me hallo,
yo que he sido constante en atributos
a veces simplemente me oscurezco,
se me pierden los ojos en el limbo
y mi paso se tarda en encontrarse,
casi siempre que lloras
yo regreso,
discúlpame si tardo un poco más,
es que temo perderme,
perderme por querer ya mismo hallarte
y no poder encontrarte...

El tamaño de los sueños los defiende
del moho ingrato y perverso del instante,
cartomantes ya fuímos
hoy cantantes,
dibujantes de claros horizontes
a donde vamos andando,
en las manos llevamos veinte flores
para poner en la piel del que veamos,
pediremos, daremos, callaremos,
al ver el suave sol de otro poniente,
y el hambre de tener no callará
la maravilla inmensa de saber
que estamos juntos
ya,
a la hora exacta,
que no hay contra éso arma ninguna
que pueda hacer perder 
esa fortuna...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 5 de septiembre de 2013

HONDO, BAJO LA PIEL / Poesía de José Ignacio Restrepo


AY, AY...


Y se viene sin permiso
como todo,
ese dolor de tatuaje en tres colores,
designio de la llaga abierta,
resta de cualquier suma muy mal hecha,
la conciencia fatal de que no van
las cosas como tú desearías,
no lo tuyo, o lo de él,
o ése de allá,
sino el karma fatal del apocado,
el destino de los siempre eternos pobres,
los que sí ves por tv se te parecen
a personas salidas de otro siglo,
testigos de un pasado doloroso,
pues viven en esos pueblos desolados
en vastas y muy ricas tierras
con su clima fatal,
arenas en los ojos bien oscuros,
y ese petróleo abundante,
un bien inmenso,
que se encona siempre antes de sacarlo,
y queda luego en los coches de los otros,
repartiendo por tiempo indefinido
toneladas de humo para todos...

Ese dolor de tatuaje que yo nombro
metido sin remedio entre mi cuerpo,
depositado en mi alma
ya hace tanto,
cubriendo todo lo bello con su espanto
de ilegíma búsqueda en lo ajeno,
de robo, de tortura, de homicidio,
descarnado vibrar, dolor al alma,
por ver como le quitan ese bien
caro, simple, urgente y principal
a aquellos
que es lo único que tienen,
con explosiones que levantan todo,
que te dejan a la distancia vuelto añicos,
y a ellos de verdad los vuelve mierda,
dinamita arrojando muerte pura
a aquello que estaba antes entero,
dolor de alma de ver niños sin vida
tirados mansamente sobre el suelo,
mundo de poca gente este de ahora,
somos monstruos
formados y egoístas
que llevamos sin más atrás las manos
bien atadas, para poder votar...
Y todos los demás igual, sufriendo,
con sus tatuajes de alma corroyendo,
lo que queda de ímpetu,
de humano,
mientras CNN nos lastima
diciendo que todo era inevitable,
ordenando mentira con mentira
para que salga bien hecho
el noticiario...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 3 de septiembre de 2013

COSAS DE CHICOS / Poesía de José Ignacio Restrepo


LLUVIA


A un menú no pedido respondí
con las letras nacidas de una charla,
en que no fuí testigo ni comparsa
pero entera por otro conocí,
no fue ayer pero puede ser mañana,
entre dos que de siempre son amigos,
el sombrero y la suave gabardina,
compañeros de calle, en la letrina,
colgados a la hora del trabajo,
y olvidados a gusto en un perchero
cuando su amo los cuelga
en la casa al llegar muy lastimado
por un día colmado de trabajo...
Versó sobre un tema trapisondo,
que antes de hoy ya fue muy maltratado,
si es verdad que la sucia gabardina
recibe tratamiento almidonado,
que al sombrero desde siempre fue negado,
a pesar de haber pedido con rumoroso
ser así protegido y hasta más,
para poder enfrentar de fiel manera
al clima que es a veces destructivo...
El clima, habló sus líneas indecente,
y antes de llenar lo que me toca,
pone orden o desorden en el tema,
y viste con las prendas enjundiosas
al dueño de la casa que está urgido,
aunque el tiempo sea un segundo detenido
y lo tira a la calle ya lluviosa,
enseñando entre gotas que los mojan
la obediencia a las prendas,
que en silencio otra vez
solo laboran...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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