jueves, 28 de febrero de 2013

LLEGAR A LA VERDAD / Poesía de José Ignacio Restrepo


SI, LES CONFIESO


Desmentir buenamente los pasados,
a eso se disponen mis sentires
en el siguiente medio cuarto de hora
que es lo que se tarda la diciente,
musa del espejismo y de la noche,
para dictarme al oído su elocuencia
que por demencia tomo al otro día,
si no bien quedan ellas desmentidas,
las penas que recaban mis reproches.

En orden de aparición tomo sus datos
como hacen las oficinas del gobierno,
en esta soledad me encuentro a gusto,
y es el primer problema que recojo,
los que me aman en verdad lo hacen,
suelo decir que me quieren sin mi venia,
y yo también lo hago de verdad,
pero quiero más aquí a la voluntad
de en la vida depender de nadie.

Independencia suma es barata soledad,
sabiendo que todos están tan a la mano,
ser pobre algunos días del verano
convencido que pronto llegará
la época de verde vacación,
 donde nada importante faltará,
entonces no es ufana soledad
sino egoísmo puro y altanero,
si me toca serles ya sincero
sinceramente les confieso,
si...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 27 de febrero de 2013

DE MI SER PRESENTE... / Poesía de José Ignacio Restrepo


LES CONTARÉ


De silenciosos pero tórridos anhelos
en los enclaves de tu piel a esta hora,
que adormecida canta,
acaso implora,
porque yo calle mis osadas oraciones
que son como los osados eslabones
de una liviana 
pero espléndida
cadena

Cuándo ocurrió,
en qué sereno instante
de herméticas escenas coloridas
en esos bordes de helénicos encajes,
ayer llegaste a las dunas de mi vida
y he debido asilarme entre tu piel,
rezo bajo,
no quiero importunarte,
yo que he poblado las mieles de tu cuerpo,
en cada fibra dúctil y perenne,
tengo sin duda la fe del peregrino
que termina su viaje
sin destino

En túneles
de fasto primigenio
donde mis voces sinuosas y precarias
han habitado de amor tu gran silencio,
debo contar a todos que bebí
de tu hermoso manantial agua de vida,
soy yo mi amor,
espera estás dormida,
debo contar a todos los ausentes
que todavía bebo tu presente
mientras tu sueño augusto
veo pasar,
emérito testigo soy de todo
a tu lado me duermo,
que tiemblen los hostiles
si uno solo de tus sueños
es birlado,
y en emoción distante
se nos pierde...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 25 de febrero de 2013

SOLO UN COMIENZO... / Poesía de José Ignacio Restrepo


ODA A ANA


Vas del cerca hasta el lejos,
conmoviendo pensamientos y virtudes,
destejando los techos de mis cosas
y royendo como rata mi sustento,
con la prisa del que nada tiene 
vas entre lo mío haciendo tuyo
lo que se hallaba en un lugar seguro,
o estaba tentativo, irresoluto,
acomodando apenas su universo,
y llegan estos aleves sentimientos
y se tumban sin más sobre mi catre,
desplazando al ayer a alguna parte...

Solo se tarda el amor, te rivaliza, 
ante tu queja seguramente emerja 
del centro de su piel, de una cornisa,
 para que pueda junto a ti leer, 
mi universo de deseos eremitas, 
queriendo ser otra vez nubes, 
tormentas, soledades expatriadas, 
danzas entre sus dedos manifiestas,
volcadas contra siembras de azafrán,
con color incendiado de volcán
en erupción inmensa de si misma...

Llegan ahora sin brindar saludo,
las veo una por una en fila india,
endiabladamente bellas, taciturnas,
las otras que de ti fieles conozco
entran magníficamente por la puerta,
y me piden no más que las reciba,
las miro otra vez como a esas hijas
que creía marchadas y perdidas,
a cada una brindo mi sonrisa,
empezando por Ana la rebelde
y acabando, como era de esperarse,
sonriéndole a Ana la divina,
que este sitio ilumina sin permiso,
como lo hace cuando llega 
a cualquier parte...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright © 

sábado, 23 de febrero de 2013

ESE DOS QUE SIEMPRE SIGUE AL UNO / Poesía de José Ignacio Restrepo

SIN VICTORIA


Ah,
intocable frase hecha de mendrugos,
la penúltima lágrima angustiada
ya en silencio casi lo decía,
implacable débito precario
que se lo lleva todo, todo,
en el acto de amor de ir pagando
se lleva lo mejor y lo no tanto,
ese múltiplo del ocho que acostado,
ya sabíamos eterno desde niños,
y con el dedo en el tablero
repintábamos,
ese ocho acostado
 de ese nunca por siempre
ennegrecido...

Palpa el rostro la muerte,
mientras todos en el cuarto la presienten,
yo no soy de esta casa, no soy deudo,
 soy humano,
de esa ancha familia soy pariente,
y me quito las lágrimas del rostro,
como si fuera un crío,
nunca he soportado verla cerca
porque yo como nadie la conozco,
se de su lábil obsecuencia,
he mirado tan cerca su sonrisa
y esa boca sin dientes que sonríe plena,
por eso del cuarto yo me salgo,
la tristeza de los otros
duele tanto...

Y luego cuando salen
 llorando como críos también ellos,
 queda ella ilesa y transparente 
apresando lo que queda del enfermo,
sube rápido a la cama y lo cobija
con el mando de su cuerpo flaco y largo,
es la muerte la ávida vecina,
en cada acto revive y desde lejos
nos avisa que a su paso se aproxima,
nunca sabes a lo sumo
cuándo llegue, pero 
¿hay un ser que por ventura no se entregue
a un suave desahogo deseando
que lo apure y no demore tanto,
para que acabe este sueño que es la vida,
que tan pronto comienza
sabe uno realmente se termina?

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


viernes, 22 de febrero de 2013

LLANTO, A MI MODO...MUEREN LOS BUENOS... / Poesía de José Ignacio Restrepo


ESE DOLOR


Con la callada boca
vuelve y grita, aprieta más,
pues sabe que a lo menos,
si pierde todo lo bueno perderá,
como cayendo de ese vuelo libre
que aprendió a dar y que se llama brinco,
este descuartizado ascenso diario
ya no le da con qué subir dos metros
pero si puede caer,
de bajo a subterráneo
alguna vez...

Los gritos que no se oyen causan cáncer 
y sobran sobre los grises pavimentos,
si te haces al lado de la acera
puedes verlos bajando haciendo eses,
entre las camorreras embestidas
de quienes sin valor
pactan sus guerras,
pasando a los demás con bayonetas,
compradas en la tienda de la esquina...

Toma mi mano
los huesos se le salen,
tiene trabajo y llanto en costras vivas,
y desde el camposanto algo le gritan,
pues dolencias de mi tiene la muerte
y tanto, tanto duele que les grito,
muerte de cara amplia no me dejes,
llévame de este sitio de tunantes,
no olvides que ya hice mis deberes
y se me fue el aguante,
no olvides que merezco lo que tengo
pero aun más me debes
lo que falta...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright © 

martes, 19 de febrero de 2013

SIN LUGAR EN EL TIEMPO / Poesía de José Ignacio Restrepo

AYER


ayer
fue un lunes de esos
de suicidas ilesos
que comienza y no acaba
que termina sin gracia
todo en él se asemeja
a papeles vacíos
donde ya ni las letras
encuentran su sosiego
como si ya no fuera
el nido de las horas
y solo los segundos
se vivieran seguidos
ayer fue un lunes de esos
que alcanza para todo
y nada se concreta
esperando que acabe
hecho de ratos largos
enteros cavilando
mientras es la ventana
la que ajena nos mira
y todo va pasando
sin afuera ni adentro

ayer
fue un raro día
inquietante y ajado
empezó terminando
un domingo alargado
que tuvo copas, fiesta
y amigos de visita
no entiende uno como
se transforma y se marcha
la algazara fugaz 
en trenes detenidos,
que no tienen motor
ni fines ni comienzos
y la lejana estación
no consta en manifiesto
él lleva en su interior
un solo pasajero
oliendo las ventanas
vigilando allá afuera
sus recuerdos de paz
y sus luchas de guerra

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

viernes, 15 de febrero de 2013

CONSUMACIÓN / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL GRITO


Insana voz
que parece piedra contra piedra,
pero es humana voz a fin de cuentas,
estalle, ladre, o bruscamente se empecine,
si dice ser o se acerca a la verdad
que pocos saben y entre ellos callan,
para hacer de la ignorante vecindad, 
su huérfana empleada eterna
cuyo sueldo solo le hace mantener,
su condición de esclava que no ve,
que seguirá sin ver eternamente,
con sus ojos tristes 
y su alma esperanzada...

Insana voz que aturde,
que al hablar de lo mal puesto menoscaba,
los dientes de quien habla saltan fuera,
el tiempo se detiene, para,
llevándose milenios por delante,
se unen junto a ella los cobardes
para brotar allí fortalecidos,
y llanos cantos nacen,
otros se recuperan en sus bocas,
unen, dan asilo, luego explican
esos siglos de tristes sin embargos,
que entre el tiempo falaz y metiroso, 
como niños perdidos les decía
llorad tras el abuso llega el gusto
para los pobres idiotas
hay un cielo...

De última, tirada contra un muro,
la mirada ya libre mira al grito,
que con ventaja va en boca de los pobres,
es uno, no se arredra, brilla inmenso,
ya no tiene barrotes como marco,
ni su tono incendiario  está sin manos,
parece una paloma de mil alas,
una hiena que supiera idiomas,
es más, 
su aliento que era herencia de hambres viejas,
ahora tiene hambres resurgidas,
pero de hacer lo humano y lo divino,
como ahijadas prolijas 
y espirituales libertas de sus gritos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©




jueves, 14 de febrero de 2013

CADA NOCHE... / Poesía de José Ignacio Restrepo




ANTES O DESPUÉS...O SIEMPRE


Son ya las once y el cuerpo me reclama,
ya estoy casi dormido pero brotan
estas letras clamantes, caprichosas,
vestidas por pleonasmos,
danzarinas,
que visten sus figuras de arlequines,
con maquillajes fuertes en sus rostros
y antifaces que dicen lo contrario
de ese ánimo intenso y regalado
que solo dice todo tras su ensayo,
y que teme por siempre algo callar,
si ante el aire y sin fe deben lanzarlo

Cómo llegan,
de qué iluminación,
se introducen en medio de la alcoba
para allí dar comienzo a su espectáculo,
con descarnado ímpetu inmediato
- como un avión que cae sobre el campo -
sin un solo testigo que confirme
que adentro solo llevaba muchas almas,
tránsfugas de sus cuerpos hace mucho,
y queda en el oído cuando mucho
ese canto hermanado,
mientras fluye ante ti
todo ese infierno

Danza insólita
de palabras infartadas,
que salen bruscamente desde el closet,
burlan paredes, cortinas, andamiajes,
apagadas herramientas, fuselajes,
cosas usadas que ya ensayan sus olvidos,
como bufón sin rey miro y repaso,
desde este altar inmenso donde duermo
hecho de cuatro esquinas, bendecido,
yo veo una mujer bella dormida,
y veo nuestros sueños comulgar
en rigurosa fila,
cuando se gasta el día sin remedio
y también sus malditos fundamentos...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


martes, 12 de febrero de 2013

DÍA PRIMERO / Poesía de José Ignacio Restrepo



EL REFLEJO


Estaré lejos un tiempo, 
no sé cuánto,
mientras mi rostro cede sus quejas
y dibuja
las grietas derramadas e inconclusas,
en la pulida superficie del espejo,
que envejecido en sus márgenes de cobre
mira reclamando sin lograr,
en mis ojos escuchar viejas verdades,
tensiones que lo son solo de nombre,
recuerdos impasibles y serenos,
que ahora mismo ante mis mudos ojos
se lanzan jaculatorias y se agravian,
rindiéndose a su sitio 
que es la alforja,
algo rota pues permite
que se salgan...

Estaré cerca de todo
sin embargo,
las calles cien recelos me deparan,
introitos litúrgicos y diezmos
de lo que no es presente ni pasado
como adagio irreparable e incompleto,
que descubro tan lejano del futuro,
cual si fuera un prisma mentiroso y alcahuete,
 que le miente desde el espejo a mis dos ojos...
Toda ansiedad viajera ya revela
mi recelosa y sentida introspección,
y a un cambio de la luz el ojo olvida
que la perenne misión de recordar
lo grueso y neutro
o el más mínimo detalle
en la casual imagen de este día,
ya bruscamente interrumpe romerías,
que corren raudas a mirar qué pasa,
de que misión les habla
el de mi adentro,
que ahora mismo modulando afanes
al de antifaz le susurra autoritario,
alisándose el cabello con la mano,
pues ya es hora de irse y no hay excusa,
solo una última mirada ante el espejo
si los demás concordarán con él,
que tiene clase y gallardía
lo que ve...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

domingo, 10 de febrero de 2013

ANTE EL LLAMADO / Poesía de José Ignacio Restrepo



VAGAMENTE


Nombraba a Clío
sin respeto alguno,
y me ha tomado urgida de la mano,
llanto en sus ojos,
un gesto  muy humano,
los pies que corren o mejor que huyen,
el viento que nos trae la tormenta,
y luego de la fallida escaramuza
solo una charla mientras llueve adentro,
en este interior mío escrupuloso
que a los ojos del mundo tan vacío,
se parece al jardín
de algún convento

- Trágico, ¿no?
...opina en mi la muerte
cada que dardos lanzo entre la angustia,
y no hallo a quien me atienda en mi premura,
menos al egoísta que me alberga,
contigo ni soñando alcanzo algo,
me pierdo en tu fatal punto de vista,
pareces presocrático o sofista,
menos cuando me callas racional
para poder llegar a un pensamiento
del cual dices calmado
- es alimento -
y yo debo tragar
sin objetar

Torcido o ajustado
al instante siguiente me sometes,
- ¿viste el rostro de esos que pasaron?
...iban sin ojos, nariz, boca ni orejas-
con un gesto incompleto te respondo,
- son zombis, ese debe ser su rostro,
raro es que se crucen con nosotros
que hace tiempo dejamos ese afán,
como espíritus o almas en derrota
pueden vernos solo si dejamos,
y eso no es probable que suceda,
ya que tu y yo andamos divorciados,
si yo digo derecha,
vos izquierda

Hace frío,
la musa se ha marchado,
por la calle silenciosa y tan oscura,
nadie hay que recuerde que este sitio
en el día es pletórico de gente,
que practica el bello acto de vivir,
solo almas de azarosas presunciones,
que discuten por asuntos sin sentido,
no hay currículos, sillas, ni escritorios,
nada de algún testigo que defienda
si es una posición o la contraria,
solo hojas corriendo tras el viento
y un poco más allá
triste, la nada


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©


sábado, 9 de febrero de 2013

SOCIAL OBITUARY / Poesía de José Ignacio Restrepo



REALISMO MÁGICO


Tullida,
sometida,
cauta,
entre momentos turbia e incipiente,
torcida para el más o para el menos 
recuerda su bello rostro
de otros tiempos,
de Égida, Circe o Casiopea,
que acaso solo fue imaginación,
producto de la duda o la emoción,
que da el saberse actual
en la farándula,
empero hoy la ilusión tiene de si
con la boca cerrada y con un gesto
que por simple revela lo indigesto
que puede estar su espíritu,
cornucopia
y le renace ese hartazgo en la memoria
por saber que sólo ha sido un cuento falso,
que era su nombre y creación lo más hermoso,
un don inabarcado por la gracia,
seguro ahora hallándose en desgracia,
todo lo que es verdad fue ya mentira
y la seguridad en lo creído
parezca a los demás y a los de menos
el altar a un evangelio ya caído...

Ergo,
mi pálido alegato ya despido
con la rúbrica tenaz de los secuaces,
no mermes, auméntale al conjuro,
hay patrias rendidas, domicilios,
mercaderías caras que no sirven,
verdades confiscadas y rameras
ejerciendo sin dudar la presidencia, 
mandamientos fugaces para todo,
dictadores que ordenan desde el cielo, 
o desde algún apócrifo escritorio...
¿Porqué no puede haber un más o un menos,
en ese sustantivo tan antiguo?
Verdades dictan los muertos a los vivos
en sueños que parecen justo al alba
bitácoras para seguir a pie juntillas
que se ignoran diciendo...tonterías,
olvidé lo que soñé y olvido es sueño...
¿lo dijo Calderón, José Ingenieros, 
lo tocó algún Bethoven, Rostropovich,
fue un seno sin par de Modigliani,
o el tacto precoz de un niño ciego?

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
•Copyright

viernes, 8 de febrero de 2013

SERENAMENTE... / Poesía de José Ignacio Restrepo


SIN PROMESA



Para aquel que dulce ama y dulce pierde, 
suele tejer la vida largos puentes...
En sus extremos pequeñas golondrinas, 
obligan a escuchar certeros cantos, 
en el idioma que las hace tan ingratas, 
cuando avisan de veranos falsos, 
no corras, el puente está tan frágil, 
que por querer llegar a donde estamos, 
se te puede ir la vida de las manos...
Pero somos enanos y tramposos,
de primero medimos con los ojos
el abatido puente si caído,
termina fragmentado sobre el río,
con nosotros a bordo medio muertos,
y prometemos en instantes al destino
renacer de nuestros muertos pasos
y volver a lidiar con la premura
de amar y hacerlo sin medida,
de amar contra todos los designios,
prometemos mirando golondrinas
que avisan de las muertes y las vidas,
que somos el verano de algún otro
que nos ha convertido en evangelio,
y no podemos dar por mal perdida
esa apuesta ya hecha ante la vida
de llegar a ser su tácito sustento...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

miércoles, 6 de febrero de 2013

OTRA DE TARDE.../ Poesía de José Ignacio Restrepo


VIDENTE


Niños,
hincados sobre el suelo,
y las canicas diciendo lo que sigue,
si quedarán de amigos y se irán
o vendrá la pelea
por saber quién ganó,
de quién es mejor la puntería,
- yo puedo jugar solo, y no tenía
que salir de mi casa
pues hay patio -,
- yo tengo un gato persa,
mi papá
lo trajo de ese viaje que fue largo -,
- no digas,
tu papá estuvo fue en la cárcel
por hacerle a otro tipo
porquerías -,
el llanto les olvida de jugar,
la tierra acomete y en sus rostros
perfectos sin engaño se apacienta,
el grito, no hay adultos, la pelea,
y yo veo como ocurre todo,
sin siquiera pecar de interventor,
lo hubiera hecho ayer,
dos años antes,
pero ahora ya no,
he caminado,
¿porque razón idiota he de parar
lo que el destino utiliza de maestro,
si sé que volverán pronto a jugar,
a pedirse perdón por haber dicho,
tantas cosas feas sin querer,
y jugarán como hoy y compartiendo
de nuevo como amigos,
con lo vivido guardado y aprendido?

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

lunes, 4 de febrero de 2013

UNO POR UNO, VEINTE... / Poema de José Ignacio Restrepo


GANA EL PASADO


Como un hermoso poema, 
un candil en campo abierto, 
un crucifijo vivo que musita 
sin poder bien rezar el padrenuestro,
escuché tu voz certera, manifiesta,
definida, en cada letra como tacto,
cónclave llegas haciendo en derredores
para que yo te mire pensamiento,
y todo tienes para que ello pase,
menos ese detalle principal,
no corresponde tu fragor para este tiempo,
tus fundamentos revierten al pasado,
traes nombres, detalles, situaciones
que son ya idos,
de mi irrecuperables,
con éso digo que a tu visita amable
debo servir atención de corto instante,
dispensar solo el saludo y otra venia,
no digo la final porque es grosero
despedirse de algo que está siempre,
tesoro de ingastable magnitud,
orbe interior de lugares sin bautizo,
que mores dentro y pases caminando
por estos episódicos pasillos,
te da esa libertad que voy buscando,
que creo que poseo cuando pasas
tiempo pretérito de valores delegados,
ya no puedo volver a terminar
lo que dejé empezado y esperando,
solo puedo pedirte que no vengas,
con tanta vil frecuencia a recordar,
pues soy yo el extranjero de tu causa
y tu mi testaferro adolorido,
¿cuánto más?  me preguntas y yo digo,
no sé, aun espero ese camino
donde mis pies se allanen sin la queja,
pero no llego allá,
solo hay tristeza,
si queremos volver 
a los recuerdos
para acabar lo que dejamos 
medio hecho...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

viernes, 1 de febrero de 2013

CUÁNTAS HUELLAS EN CÍRCULO / Poesía de José Ignacio Restrepo



DE LAS RE-GÉNESIS


He dejado la vega donde alumbra
para ir al desierto de mi asombro...
Me dicen no te vayas, me lo piden,
me suplican de todas las maneras
es segura la muerte y la deshonra,
y yo insisto, mi dicción lee otra cosa,
la febril escogencia me apasiona,
y en vez de retornar más lejos marcho...

He perdido facultades perentorias
a la necesidad de ir por sí mismo,
de no ser un gregario de bautizo
ni aunque fuera de otro corazón,
acaso me merezca soledades
que aun no me tocaron el espíritu,
y llevaré dolores en morrales
para cuando comprenda este aforismo...

Pero es que no me queda más remedio,
la intuición me dice que este tedio
es sólo la compuerta de algo grave,
cuando entre ya no habrá como cobrarle
a la vida lo que dice su estatuto,
o nos guiamos por propia partitura
para hacer del instrumento algo loable,
o lo tiramos todo por el aire,
y gritamos sandeces cada hora,
para explicar a otros lo entendido,
que no tiene ni cuenta ni sentido...

Sólo por trascender lo inexplicable,
que sintamos peligro en cercanía
de amores prometidos verdaderos
que acaso nos poseen y nos llenan
hasta que somos fruto y embeleso,
mariposas clavadas por capricho
en jaulas adornadas que de vidrio
dejan desnuda el alma y nuestras vísceras
a la luz de las fieras y sin defensa,
ser amados con profundos esplendores
puestos en las más altas jerarquías,
para ser derribados cualquier día,
en horas de circense encrucijada,
en sencilla jornada desnutrida
y dejados sin vida una mañana...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©