viernes, 30 de agosto de 2013

RESACAS TIENE LA PIEL... / Poesía de José Ignacio Restrepo


 
HUNDIDO CORCHO


Cuenta las veces que perdiste tu nombre
entre papeles acordados al olvido, 
 cuenta las manchas del colchón usado
al que llamabas sin pena por su nombre, 
cuenta, de noche, hoy que te sorprenda 
la heredada cordura de tu padre, 
esos momentos pedidos y logrados 
que tiraste sin más a la basura
sin escuchar a tu murmullo firme
que te decía espera, un poco espera,
y luego encuentra la aguja ensimismada, 
entre este texto de vértigos atados, 
la sombra indigna y locuaz en tus palabras...
Cuenta léxicos hechos y sufridos
para aguantar la tarde entre el silencio,
y mistifica el canto de los grillos
otra vez, y otra, y luego otra,
combinándolo todo a tus ayeres,
dale leche a ese gato que te odia
por negarle balcones que no tiene,
y recuerda entre tanto la oblación
ganada con tus noches de lunfardo,
para que ella te echara hacia el olvido,
esa muerte que no deja un vil cadáver
para poder a solas golpearlo,
sin prisa ni misterio, a duras penas,
donde más nos conduele,
ah, tú sabes que miento cuando cuento,
me equivoco, asumo que llegué,
renuevo con la voz tendida en alto,
lo único que quiero es el colchón
bautizado ingenuo con tu nombre,
cuando no te podías defender,
ya muerta
en tu cementerio imaginario...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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martes, 27 de agosto de 2013

DE LA BRUMA FINAL, NACE LA LUZ / Poesía de José Ignacio Restrepo




ORACIÓN


Que nobleza la del faro augusto...
Al borde de este mar tan socavado 
por días de romperse y recogerse, 
él espera la noche para verse 
reflejado en las olas espumosas, 
que le dejan arenas de regalo 
y el sonido taimado de sus ondas, 
que le nombran, simplemente...
que le nombran...
Que obsequio de valor omnipresente
el vuelo de libélula difusa,
entre la luz que borra su declive
emerge en su juicioso vuelo,
buscando ese pasillo de la fruta,
que ella sabe le da dulce alimento,
entre cortezas muertas,
piedras fijas,
es la fruta regada su sustento...
Que pulso el de la hoz siseante
que conoce el rostro de la tierra,
amaga cabeceando y luego tira
de la fuerza del brazo
abotagado,
el febril e incesante movimiento
que recoge semilla por semilla,
ese pan que será voz de alegría,
en la risa del niño que no sabe
el dolor implacable de la Vida,
esa camándula atada a sus dos pies
que le hace de luz, fuerza y camino,
hasta llegar al final
de su destino...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 26 de agosto de 2013

LOS VERANOS QUE FUERON / Poesía de José Ignacio Restrepo



RINCÓN 
DE OLVIDO


Un dintel, 
de la casa ayer a oscuras...
Ese bien que te sigue, 
ése que bien persigues, 
llama desde un poema 
en aflautada voz de arena, 
y cuando miras no está, 
garabato con cepillo 
sobre acera aún mojada...
Ese lamento fue risa, 
esa pisada de noble, 
tuvo antes de mirarla 
sandalias allí tejidas...
Sueño de almohada dormida, 
de ciprés que el viento estruja, 
verso de alado poema 
que mi piel ahora disfruta...
Es otra hoja de ruta...
Ese polvo sobre sombra
de vestal que ahora no está, 
y en el pomo de la puerta 
 ese brillo infame tuyo
diciendo ya no me tienes,
de tu amor me escabullí...
Ah, sombras sobre la nieve, 
 discordias  algo sumisas, 
y elementales requiebros
de formas que en mi se mecen, 
y cuando vuelas como ángel,
como alondra me dirás, 
qué todo está derrumbado...
y tú de pie...
nada más...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 24 de agosto de 2013

SACRAS VIRTUDES QUE LOS DEDOS GRITAN / Poesía de José Ignacio Restrepo


 DEL AMOR 
EN LA PIEL
 
 
Una legión de jóvenes soldados
en tierra abierta, de un lugar que desconocen,
sin armas ni deseo de matar, solo miedo
por llegar a esta cita que el Destino
como urgida noticia les dejó,
producto del saber y no tener lo que otro malversa,
para darle culto ciego, hermosa ofrenda,
por los días que quedan....
Metáfora que linda con la angustia,
ese que crea es como un cuerpo legionario,
que envía toda su fuerza, su poder,
a ese territorio que ha soñado
poblar, pero primero merecer...
Permanente escaramuza por hallarlo,
entre geografías perentorias
que el pie del que se ensaña en ver la gloria
antes de que despunte su color
 en el siguiente arrebol del vivo cielo,
hacen perder, trocar en zancadilla,
el que ama ese placer lo tiene de antes
entre dolores silvestres y punzantes,
él lo soporta todo y es su empuje
antecesor del gozo de abrazar
la perfección de ver como iniciado,
lo que otros ni acaso imaginado
han podido tener...
Como artesano de febril enjundia,
que trabaja la perfección sin un encargo,
tomo así sea la punta de este traje, 
mientras observo desnudo el bello sueño,
luego en las manos lentamente lo trasvisto, 
mirándolo a los ojos mientras tiemblo, 
con la maña del sastre que es un mago, 
que se sabe humilde como niño
ante tamaña visión del sol pequeño,
incómodo por siempre, 
seguidor a ultranza de esa prenda perfecta, 
que nazca de sus manos trabajosas
para ponerla en el cuerpo más amado, 
de su señor, su dueño, desde siempre...
que todos llaman Arte...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 23 de agosto de 2013

EL HACER DEL DESTINO / Poesía de José Ignacio Restrepo


DE CIRCOS 
Y  ESPEJISMOS


En todo talle fugaz hay uno eterno,
presentido, sentido u olvidado,
que le sirve de fondo al seno abierto
que dejó la camisa por la mano,
por la boca, el pedido,
y la humedad,
dejó el anverso frío de la blusa,
o el borde del infame corselete,
que le tenía preso,
retenido,
por cumplir su destino entre saliva,
y apostar por los restos,
como reno herido...

En toda mano un vuelo duerme puro,
esperando que el sueño llegue y venza
al domador domado,
al arlequín,
que supone ser él
dueño del circo,
sin saber que es el amo de la escoba,
emergente de tardes de una hora,
donde llega volando con su dicha
y convence a la nueva susodicha
de que sueñe con él,
deje la ropa, 
libere de equipajes su camino
y se tienda un minuto
a convertir en amores
sus destinos...

En todo ojo existe la belleza,
cuadriculada a veces,
taciturna,
encogida por los bordes, socarrona,
influenciable y corta,
pero cierta,
ojo, mano, renglón y catapulta,
las herramientas clásicas del circo
y de la calle adulta,
que aprendió
después de muchos vuelos,
qué es lo real
y qué es solo
un espejismo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 19 de agosto de 2013

ESTACIONES DE TREN, TRISTES Y SOLAS / Poesía de José Ignacio Restrepo


ADIÓS, 
AMANTE AMIGA



Darle infeliz sepultura pese a todo,
pequeño  gran amor nacido en mayo,
ha llegado septiembre sin afugias
y yo te he puesto entero en el cadalzo,
con tu vestido de borlas amarillas
y tu bufanda oscura,
sabes qué,
nunca supe de qué color su hilo
tenía entretejida tanta pena,
pequeño gran amor,
inmenso un día,
dejarte aquí tirado me lastima,
me hace ser infeliz con un plus más,
qué le vamos a hacer
sobreviviente,
tú tomas el camino del poniente
y yo cierro el portal,
suave y callado,
pequeño gran amor almibarado,
te vas como llegaste, sonriente,
agradeciendo triste y sin motivo
que te devuelva intacta a tu dilema,
tu libertad, tu hermosa estratagema,
que no tiene mi nombre
en parte alguna,
pequeño gran amor
así es la vida,
ni peor ni mejor,
un ajedrez,
con una pieza perdida en algún sitio,
pequeño gran amor, 
mi bella amante,
te espera allí adelante no sé qué,
un juego que inaugures sin mi nombre,
una música cálida y potente
que te haga mirar entre la gente
otros ojos, otros labios, otro ser,
que no tenga mi escrúpulo pagano,
por llegar con mi sino hasta algún lado,
en vez de recrear solo este paso,
este adiós de septiembre entreverado,
que debió ser en mayo,
amante amiga...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 17 de agosto de 2013

LUGARES COMUNES / Poesía de José Ignacio Restrepo




MANTRAS


Encapsuladas como ínsulas sin dueño,
mis perlas áridas a solas cantan
tonadas para morir sin ser sentido
no miran la clepsidra transparente
que les he puesto solamente ayer,
para que puedan medir lo que ya tienen
y cómo han de perderlo si regresan,
recuerdos en su fatua y fría gloria,
a veces, solo a veces, como hoy,
me producen un coraje desgarbado,
y los vuelvo a mirar como si hablaran,
eternecen sin paz mis perlas viejas
herederas de azules y berilos,
de cosas que no fueron  y no están,
inmedibles a pesar de que haya al frente
un hermoso reloj de arena blanca,
que toma nota de este hacer errante
y de sus sempiternos visitantes,
en una hoja color de no me olvides
que tiene aroma a violetas y quebrantos,
y huellas de un pasado gentilhombre,
que se quedó atrapado en un camino
a la espera del alba lisonjera,
que creyó del olvido guardaría
su primer pensamiento matutino,
para el componerle una canción
sobre espejos, gigantes y armadillos,
que algún día después de este poeta,
todo hombre, mujer, ángel o niño,
en este sitio del tiempo cantaría...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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jueves, 15 de agosto de 2013

DEL AYER Y DEL HOY / Poesía de José Ignacio Restrepo



DOS PERFILES


Huellas y roces, 
que a veces sueltan sangre,
todas atadas del trajín que nunca acaba, 
en estos veteranos del amor, 
que apenas parten llegan, 
solo mirar y ya sudan en las manos, 
 deben secarlas para tomarlo de inquilino, 
y vibrar desde adentro para afuera, 
que solo es entrar, sernos humanos, 
como al pecho que mande, 
o obedezca, 
y solo es la prueba empecinada
de intercambiado apego 
ardiendo a veces, 
con fecha personal y crudo modo...
Pues del presente vamos a ese faro
que emite su elocuente lucesita,
teatrino de obras del pasado,
 donde se anuncia material de siempre,
allí tenemos idas cosas vagas
en guardados paquetitos fríos, 
todas con nombre propio y con tamaño, 
como aposentos para hadas perniciosas, 
que perdieron su mágico fermento 
y luego de una inocente bendición, 
fueron quemados sin pecado conocido
aleteando en la minuta grave, 
que avisa como en horno crematorio
de una hora de duelo...
 
Es el tiempo, vivaz e intemperante
tiene caras y secuencias dolorosas
a veces fugazmente,
torpemente,
repite en nuestro oído sus canciones, 
nanas de retocado ritmo insano, 
 que ya no nos apacigua
sino que fuerza los pasos del presente, 
para encontrar las huellas anteriores, 
las imposibles de andar, 
o hallar de nuevo, 
que solo son tangibles si lo hallamos, 
a ese otro ya muerto, 
que fuímos algún día ya hace mucho...
antes de que ese dios perverso
-que mora en los relojes y en las ansias -
 lo enviara a su eterno pasado de destierro...
 
 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 14 de agosto de 2013

RELATIVO A MI HACER, INNECESARIO / Poesía de José Ignacio Restrepo



SEGUNDO AVISO, TARDE
 
 
 
 
Murmullos...
Unos hechos de palabras rasas,
con tono filial de carcinoma,
y otras
de envolvente iridiscencia,
clavadas en lugares accequibles
para mi vista ciega y la que abate
toneladas de luz y de sentido,
sobre todo lo que anda,
repta, nada,
permanece en la quietud que no se ve,
haciendo de mi juicio una tonada
que se resiste a pernoctar a solas,
aunque hacerlo signifique recibir
sin llamada o canción de previo aviso,
lo que sea que pase o arremeta,
por las circunvoluciones embrionarias
y las otras cerradas o perdidas,
del balcón cerrrado al sol
de mi cerebro...
Con los dedos las tomo y las aprieto,
como a moscas de infantil malediscencia,
que sin pedir clemencia ni buscarla,
se rompen con su mugre ansiosa
en la piel aun tensa de mi cara,
como esas ideas pernoctadas
que no obtuvieron de mi
ningún saludo,
y han pasado una y otra vez
haciendo de incipientes cabildantes,
hace meses,
desde un pálido martes..
Las tomo de sus letras algo vivas
la primera casi siempre tiembla
en mi presencia todas lo hacen menos una,
la y,  con la firmo sin mi nombre,
y entonces colocadas como cosas
las saludo antes de matarlas,
ningún capricho ose sostener
que es más virulento que mis gritos,
ellos no suenan, los lanzo o descabezo,
para que no produzcan ni un sonido,
y ellas que firmar lo creen todo,
que aparentan ser las cosas mismas,
que se tengan
pues soy su cuasimodo,
detento ese poder sagrado y torpe
de tomarlas en el oscuro aire,
llamarlas y luego cuando llegan
extenderlas contra algún claro tapiz,
contra hoja que en blanco se postule,
o contra el frontis por dentro
si se dejan,
las tomo de la forma que yo pueda
y las estrello santas,
para que vivan a unos ojos esperando,
ordenadas y eternas...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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lunes, 12 de agosto de 2013

UNAS LÍNEAS AMOROSAS, PARA MARÍA CASTILHO / Poesía de José Ignacio Restrepo


BALCONES 
(para mi amiga María Castilho)



Este momento vital de desencanto, 
donde lastrados habitamos estos sitios, 
perreras, latifundios solos, 
 cárceles alejadas de lo bello,
para todo ojo casual mancha certera
óxido que se anchan
pues somos como minúsculos islotes,
plataformas de nuncios y preclaros
rechazados, ilesos, y sin fama,
( ¿nosotros, los otros? )
que por voz tienen goznes que resuenan
y por vida unas listas,
cosas hechas,
remansos de aguas secas donde beben
recuerdos sin más fe
de ser previstos,
inocentes viajeros, actos simples,
cadalzos sin altura y soga virgen,
donde acaso sea fatuo sospechar, 
y lograrlo poco menos que imposible,
terminar los asuntos
desde el cuello...

Visiones entrabadas 
son para mí una corta vacación, 
pues como dices tú, nada de eso soy...
Pero, cuántos de aquí que vagan sin hallarse, 
en medio del sin hacer este se encuentran
conmigo visitando estos lugares, 
raudamente, 
cuidando de no perder la vida 
por tentar inútilmente de ir a hallarla... 
Celebro que nos veamos a la luz 
 en medio incluso de estas gestas pardas,
 que a veces tiran a quedarse a oscuras...
con las lámparas de mano ilesas,
a la altura para ver la vida,
no sé cómo le hacen,
bienhechora,
para quedar a oscuras divagando,
cuando su voz y su grafía alumbran,
y aunque no quieran la luz
ni sean una,
brillan desde su luna...
pese a todo...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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sábado, 10 de agosto de 2013

HABLAR DE VOS, SIN VOZ / Poesía de José Ignacio Restrepo

 ZUMO


Dividido en el zumo de la guerra, 
en pequeñas partes, 
etapas sin contexto, húmedas
besos regalados,
untados sin valor de sangre
sobre el borde de vasos de Qatar 
o altos de madera, bosquimanos, 
para quien quiera beber, 
y así se acerque, 
a tomar tragos cortos,
tragos largos...
O si le falta un vaso 
simplemente,
o una copa para darle uso
y apenas tenga la sed y nada más,
de tu saliva que sin más lo llena, 
entonces que la vierta sobre si 
que es regalo y solo se recibe,
 de bocas irredentas, 
cuestionadas,
esa miel pasa fresca,
yo lo sé,
rumbo al seco gaznate que se agobia
por la sed heredera de los siglos,
con la maestría del que no conoce
venga y riegue ese fuego que no quema
mirando con los ojos en las manos, 
y antes de que se marche 
entre los huecos, 
beba como lo pueda o bien le toque, 
y luego lama las gotas que le queden...
Asi vengo y me voy, 
a tus dominios,
y coloco mi rostro compungido,
que sabe de tristeza
cuando marchas,
con las manos lamidas de tu fuente, 
y el fino aire plagado de tus cosas, 
adherido a mi piel, como la bruma...
Hambriento,
 pero no lo suficiente, 
que si algo sabemos ya tú y yo, 
y estos comensales que visitan
nuestras líneas de fuego, 
es que viandas como ésta, 
que no abundan
han de llevarse a la boca con la mano, 
sumando, dividiendo, triplicando
 esos placeres de fuego,...
que nunca aunque tu lo creas
queman mucho,
más bien todo lo enlluvian de colores
humedeciendo lo que hay y lo pasado,
con la lengua que roe el paladar,
abriendo paso a todo,
eso,
el zumo de tu ardor
que cura todo
aunque niegues el tema
cuando inicio,
esa fruta no tiene desperdicio,
 bien yo sé que lo sabes,
y todos los que vienen
con su sed,
a beber sin saber muy bien
por qué...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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