sábado, 30 de julio de 2011

TODO BUEN LADRÓN TIENE PLAN B / Poesía de José Ignacio Restrepo

LA ÚNICA SALIDA


El monje mentiroso renunció, 
a someter su cuerpo a yugo probo, 
temía sentenciar a la cocina 
a ya no verlo robando a su acomodo, 
las viandas que los otros consumían 
en las horas del día en que dormía, 
tras hacerle la corte sin ambages, 
a su diosa  genial la poesía...

El monje en su recelo descuidó
la limpieza forzada en sus sandalias
que llevó sin pensar por esa estancia
con el pantano traído del camino,
que hacendoso tomó su huella fresca,
y tallada la dejó desde su cuarto
en linea divergente sostenida,
hasta el umbral rendido en la cocina...

Cualquiera al otro día allí vería
que el sendero mostraba sin quererlo
al culpable del robo deshonesto
que diezmaba los quesos y los vinos,
desde antes del tiempo,
y si no hubiera sido por la lluvia,
nunca hubieran sabido...

Dormido en la llenura deliciosa
nunca vio al mensajero que avisaba
que el camino sus huellas retenía,
llegaron el Abad y la jauría
y el monje despertó sobresaltado
gritando el desafuero con dos gritos:
Abad, guardianes, sentidos amigos,
faltó poco, casi le he cogido,
tenía un bastón negro y me ha pegado,
justo aquí en la mollera, lo ha logrado,
nuevamente nos robó ese condenado...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

martes, 26 de julio de 2011

HE VISTO MORIR HOMBRES POR NO QUERER SENTIR... / Poesía de José Ignacio Restrepo

VISIONES


Yo tengo hermanos caídos en la guerra 
de creer que el amar es adorarse solos
los vi quererse y crecer en el espejo,
someter todo cariño a sus antojos 
y al descubrir la esencia de sentir 
en los ojos dejar salir el moho
de no saber como vuelves a llorar
y entonces de veras caminar 
como cangrejos de regreso al mar
donde todas las olas abren paso
para que puedan llorar allí
de hinojos...

Yo vi hombres grandes adorar
a mujeres aún más grandes que ellos
pero que no sabían de su altura,
y creían que eran de la medida 
que los ojos de ellos dispusieran,
pues ellos les tenían como premio 
el devolverles la razón a sus quimeras...

Creerse hombres sin saber ser niños, 
sin lamentar la pena de mujer, 
sin revertir la herencia de los siglos 
que matando le nombra que les unja
a los que siguen que la muerte reine...
Yo vi caer a hermanos bien velludos, 
cuando en un segundo descubrieron 
que seguían sintiendo como párvulos
y deseaban sentir amores puros...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

martes, 19 de julio de 2011

CANTAR LAS HORAS.../ poema de José Ignacio Restrepo

SOLITUD DE YEMAS


Entre la oscuridad tu nombre cantado una y mil veces,
juega a verse rescatado por mi mano,
mientras despierto tu cuerpo aprisa corre majadero,
Y no lo puedo alcanzar para seguir letra a letra
susurrándolo,
 te detienes, a verme respirar
como si no fuera aquí y hoy
sino en el Everest, casi llegando…
Te alcanzo, por poco caigo y te aporreo,
pero gacela eres, y con un gesto vivaz,
una vez más de mi alcance te has ido …
Solitud de las yemas,
están secas sin ti, Carmen Soriano,
visito el piano por recuerdos callado
y encaprichadas las manos se deslizan,
las paso por las teclas con soltura
recordándoles datos del pasado,
pero tocar no quieren,
dedo por dedo en lizo ramillete
se quejan en el blanco pasadizo
las he perdido a todas…
En tu piel quedaron presas, ayer,
Cuando a tu vida entré solo de nombre
Y hoy con todo y que escribo
desde este recinto hospitalario,
estoy perdido, aquí, sin filiación ni rumbo,
que asolada región me busca el borde
para saltar sin cuidado ni investido miedo,
eludiendo fronteras,
imaginando, tu piel, imaginando,
el intervalo de la voz entre vigilia y sueño,
persiguiendo tú celo por nombrarme,
sin caminos, ni mapas, ni esperanzas, ni señas,
como fuera el primero de los hombre antiguos
que salió tras un sueño
heme aquí con el mío, solitudes en dedos
ausentes en  sus manos estas yemas perdidas
que robó el blanco cuerpo de una hembra galana,
Gala era su mote, simiente su piel
soberana su alma…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
Reservados todos los derechos de autor

miércoles, 13 de julio de 2011

ESTE PRECISO RECONOCIMIENTO / Con ustedes, CRISTIÁN EL GATO


POETA ENCADENADO


I.- Un Cálculo Imprevisto

En la elegía de sus profusiones,
encadenado al insaciable estigma,
su vientre desgarrado es paradigma
de juramentos y de rebeliones.

Tras descifrar el fuego, en sus alturas
víctima es de los dioses, y la alada
venganza es una furia, desquiciada
en entrañas abiertas y ataduras.

¡ Pobre fiereza alada !, la vil gloria
de los dioses también urdió tu historia
de verdugo en la trama del destino...

Pero no calculó el poder divino
que víctima y verdugo y desatino
y cadenas y fuego, son memoria.

II.- No hay Peor Ciego...

La Selva se estremece
reverenciando sus renacimientos;
el Mar baña sus costas;
la Montaña reduce su estatura a la del limo
para acogerse al cuenco de sus huellas;
el Desierto languidece arenosa mansedumbre
por debajo de sus desolaciones;
la Distancia Cualquiera se agita en aleteo moribundo
ante su ceño.

Cuando blande la espada flamígera del nombre
todo se purifica hasta volverse canto
y él pasa sin saberlo...
con las manos atadas al vacío.


III.- Orientación Sutil

La luna, el corazón que sangra tenue plata,
muere el silencio diáfano con que la nube escapa.

Las estrellas se azoran con timidez lejana
mientras el viento silba su vaguedad ingrávida.

El poeta calla

y levanta los ojos hacia la noche clara
con el alma transida de metáforas.

IV.- No hay Peor Sordo...

El Adversario -al borde
del último segundo de vigilia-
susurra al poeta asido de los astros:

"Olvidas a la gente:
el testamento trágico del polvo,
la razón dolorosa de tu forma,
el motivo de todos tus augurios.

¡ Ciego mil veces mil !
porque aunque no la ves, está la gente,
masivo y palpitante desconcierto:
la poblada existencia de tus ruinas,
el verdadero precio,
el compromiso insoslayable
que nadie te pidió que contrajeras.

Frente a tus ojos nublados de poesía
está la gente, ¿sabes?:
el trabajo arrancado del silicio,
el porvenir de sal de tu palabra...
la única certidumbre de tu verbo.

En el acto que sueña
tu infinidad de muestras lamentables;
en tu paso sonámbulo;
en la masacre terca de tu olvido;
en la masa que late
su cifra críptica de sombras,
extendiendo sus voces hacia tí,
también está la gente"

Una lágrima moja
los párpados cerrados del poeta
y el Adversario se retira
satisfecho.


V.- Es tan Sólo una Lágrima

No es la casualidad,
no es el perfecto
pero indiscreto encanto del pasado,
no es la mirada herbívora del presente paciente padeciente,
ni el porvenir cayendo irreflexivo en penosas y ardientes carcajadas de duda.

No es la figura errática del viento que no encuentra cabida en un recinto,
no es el fuego que cesa solamente cuando se ha consumido su tarea,
no es el flujo del agua -materialización dramática del tiempo-,
ni la tierra con su predilección por las raíces las huellas y la muerte.

Es un recuerdo y una conclusión y una pregunta,
es un suspiro,
es una frágil pero ardiente llama,
es un grano de polvo y una gota...

VI.- Un Cálculo Previsto

El sueño cicatriza las entrañas
del que profesa el fuego, del que exhausto
hurta su eterna muerte a las extrañas
y arduas torturas de un destino infausto.

La vigilia ha saciado su terrible
poder de maldición y, desgarrado
por la ferocidad de lo indecible,
descansa el hombre a su destino atado.

Lacerado sin fin por su impotencia,
ardiendo como el sol en juramentos,
sabe que el sueño es la única clemencia.

¡ Callad !, el poeta duerme unos momentos
antes de continuar con la sentencia
de su vigilia y sus desgarramientos.


VII.- Entre Líneas

La tarea de una gota
¿ debe ser tanta roca ?:
La polución de la sutil encuesta
la pregunta que suena mortecina
la práctica prohibida la palabra
maledicente la mordaz palabra
mortal palabra mancha
palabra marca marcha muchedumbre
¡ y hay tanta ruina en torno !

La labor de una línea
¿ debe ser tanto sueño ?:
Es isla solamente la palabra
el que la dice solamente es isla
el que la escribe es isla solamente
¡ y hay tanto mar en torno !

Por cada uno que grita y se revuelve
por cada uno que irrumpe y desafía
por cada uno que rompe y se desangra
por cada uno que reta
por cada uno
¡ tantos hay que se mueren en silencio !

VIII.- Restitución

Buscó el predicamento, la soledad colérica,
la blasfemia gastada, la pasión melancólica
del eco sin origen; de la rutina anárquica
extrajo las esencias del hecho categórico.
Reunió todo en un gesto de poderío atónito
y, sobre los rescoldos del azar metafísico,
sembró una llamarada de intensidad onírica
para templar los filos del verso filosófico.

Buscó el predicamento, la soledad anárquica,
la blasfemia gastada, la pasión metafísica
del eco sin origen; de la rutina onírica
extrajo las esencias del hecho filosófico.
Reunió todo en un gesto de poderío colérico
y, sobre los rescoldos del azar categórico
sembró una llamarada de intensidad atónita
para templar los filos del verso melancólico.

Buscó el predicamento, la soledad onírica,
la blasfemia gastada, la pasión filosófica
del eco sin origen; de la rutina atónita
extrajo las esencias del hecho metafísico.
Reunió todo en un gesto de poderío anárquico
y, sobre los rescoldos del azar melancólico,
sembró una llamarada de intensidad colérica
para templar los filos del verso categórico.

IX.- En las Horas que Duelen las Cadenas

Bajo la superficie de toda esta carcoma que enmudece los ánimos
está una profesión de calles doloridas,
de humanidad gastada en engranaje crónico
y el laconismo de todos los obstáculos con su ironía indiferente.

El oficio guerrero de combatir hordas salvajes de uno mismo,
y de leer buscando saciedades remotas
y de entender la mitad de aquello que se lee
y de intuir la otra mitad como la imagen propia que nunca se conoce.

Y sin embargo, en las horas que duelen las cadenas,
puede sentirse un vuelo de palomas
sobre el patio de las esperanzas.

CRISTIÁN EL GATO

sábado, 9 de julio de 2011

MÓVILES EN EL DOLOR, NUNCA EN LA SINRAZÓN NI EN LA APATÍA..QUE TE VAYA BIEN AMIGO !!...


AL DIA DE AYER
 ( A Facundo Cabral, 
en el día en que le fue dado dejarnos )


1
Los trágicos días vestidos con los mismos trapos
y el cuerpo transpirando maquillajes,
cortas epistemes del espíritu
indicadas para esto,
escritas de algún modo
en el prontuario de ese médico exhausto
que medio duerme dentro...

2
Si los dedos cortados y la hendida planta
prefieren caminar las horas
o entonar los ecos,
anúdales un trapo en torno,
con fuerte fibra, con hermoso nudo,
no importa que se sangren los zapatos,
son tuyos,
no importan los ojos endiablados,
cubiertos,
ennubados por el llanto
de zapatos que hieren...
La derrota se olvida
en el dolor de un paso hasta otro paso,
con tu afán sin sentido
los innúmes caminos no son tantos.

3
Hoy,
 por ventura,
es el nombre de una opereta del pasado
cuyos perdidos actores  se esconden 
angustiados por su fama
sin completar otro acto en que se explica
cómo todo lo que empieza acaba.
  
Vaivén de la hoja,
movimiento de péndulo indoloro,
sincopado, sublime,
que ajusticia breves vientecillos sin nombre
 ni recuerdo de origen,
te pareces yo creo
a algún escapulario por el sudor oscuro
que anudado al cuello
no pudiera ver los quemones
-tan fríos, tan frescos-
que ha causado la nieve puesta sobre el rostro
para enfriar las marcas de calientes recuerdos.

Serías elegía fantasiosa si brotaras del bosque
volando entre mil ojos amarillos
que te observan sin causa,
seguro como krisna volarías
pero no es este el caso.
El viento no es la voz entre las nubes
ni entre el verde hay rituales milenarios.
Solo somos dos almas que se alejan,
dos solos que desean tanto
y ya no saben que tanto se desean


JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

viernes, 8 de julio de 2011

SABEN RUMIAR LOS ALADOS PENSAMIENTOS / de José Ignacio Restrepo


TRAE PREGUNTAS LA NOCHE


Quieres saber,
acaso somos torpes lazarillos ciegos...
Presumimos de saber el camino,
y la noche triste y el silencio
que enmudecen e intimidan
las fibras del alma son,
decimos, momentos de frío, en efecto,
y no los monstruos que derriban
el ánimo más dispuesto,
el de los más fuertes.

No somos valerosos sino suicidas,
locos temerarios que ni huellas dejamos
tras nuestro paso majadero.
Para buscar las estrellas
ensuciamos el aire
que nuestros hijos, sin remedio,
toserán  mañana.
Y ya tenemos luz dentro
pero cosemos nuestros ojos con alambre
para oxidar lo que vemos
mientras cantamos rituales de guerra,
que decimos son odas de amor,
odas a las pérdidas fatales
que se escabullen y se abandonan
sin que la historia víctima logre el olvido.

Son nuestras voces 
gritos de niños cuyo padre
se corta las manos con el hacha
conque tumba el bosque,
para alimentar sus futuros fatuos,
gritos de niño que ondea banderas
de sitios caídos en desgracia,
de continentes con hambre
que alimentan faenas de esclavos,
naciendo y muriendo,
a continentes de áspera opulencia,
gritos de niño belicosamente yendo
al abrazo fratricida con su hermano,
que despertó de la noche con la fe
de que todos los demás le son hostiles.

Agua detenida,
en que veo reflejada una cierta altivez,
quizá un desdén
de un par de ojos que otra vez,
otra vez van a buscar la guerra.
Agua detenida, 
veneno con apariencia de hidratante,
donde miro a mis ojos que me ven
con sentido desgano, 
por intentar legalizar  el sobresalto
de llevarlos a mirar la guerra...
Este día de opaco 
teatro con minutos de asombrado  ayuno
por dos días no verla entre mi sueño, 
sino hilando sus velos.

No venida de torrente, 
hija de olvidada lluvia,
agua de luces venenosas 
te quisieras calmasedes sin fecha
entre mi cantimplora de piel,
y acompañarme en la tristeza que justo hoy
está abriendo sus pétalos, 
tan hecha para mis ojos,
para mis párpados precisa, 
y ellos que se cierran obedientes
sin querer verse cerrar en el agua.
Porque eso tiene la vida de sobra.
Desiertos y honduras
y sedes extrañas.

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

sábado, 2 de julio de 2011

CÓMO SEXTO SENTIDO QUE SE CALLA / Poesía de José I. Restrepo


SEGUIDILLA

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Mis huellas invisibles y parejas,
quedan atrás con mis pasos,
uno delante del otro cual gemelos
que en pequeña y huérfana familia
no tengan de si mismas sino grises recuerdos,
fotografías no tomadas en evento alguno,
por ello abandonadas al eterno olvido…
Quedan atrás,
las letras de mi nombre ya hacen fila
y justo desde ayer parcas me miran,
desde el pávido alfeizar me dicen quiero
los recuerdos salvados sin origen,
la madera no quemada en otro invierno,
el camino que ha quedado solitario
pero que todos aman…
Quiero todos los abrazos ahorrados,
esas piezas de baile que esperaron
para que todos una corte hicieran
y dejaran allí sobre la fiel madera,
las vueltas, los retardos, la maqueta…
Y de la mano que la alcanza a ella,
para que baile toda la fiesta
como se baila sin cesar la vida,
una canción primero y luego la otra,
hasta gastar los pies, cansados y felices
los ojos como gamos que han llegado
al mejor lago de todos,
del que tomas el agua sin un filtro,
en el que luego te adormilas,
mirando bellas nubes en el cielo,
y volando aguerridas golondrinas
que dejaron como tu olvidado el miedo…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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