miércoles, 23 de diciembre de 2015

VERDE MÚSICA / Poesía de José Ignacio Restrepo



MIENTRAS DESPIERTO



Saldos durmiendo 
con rala y vieja lumbre
mientras a solas me tiendo en la baldosa,
cobros sin regla
de hartas mansedumbres
pintados de todos los colores, 
ordenados por grito o ignorancia,
por fechas, por cómicos valores,
por lugares de uso o por tinglados,
como esas cosas que duermen
en cajones,
llenos ya de recuerdos insalvables,
con rostros que gritan sus silencios
y de paso tus herrumbres urgentes
de pasados que fueron importantes,
donde lástimas ajadas rememoran,
documentos de temas que recuerdo
pero ya no comprendo...

Tengo calor de estigmas revividos,
lozas que veo y escondo en parpadeos,
a centímetros ahora, luego a metros,
con mis soldadas penas
que las cubren...
y yo les quito el polvo, limpio,
para después solamente respirar
y madurar sin prisa, nuevamente,
el eco oportuno de tu nombre,
cada letra de el,
el silencio proclive a tu existencia,
los recuerdos que avivan
si te llamo, si te callo después,
en la rutina diaria
de emerger...

En la trampa de toda disidencia
que no es más que una huida sin destino,
descubro que está intacto
el alfeizar
donde acomodo mis codos
casi a diario...
algunos cagajones de palomas
donde rizados trinos de viajeras
han quedado atascados,
como yo,
que libero de mi a cada frontera,
a cada rastro excesivo de mi voz
cuando veo pasados porvenires...

Los ritos lisonjeros de las aves
que no puedo guardar entre mi piel
acomodo en mis ojos,
como sinceros y laxos aforismos
para leer y sentir
disimulado,
ese día, no hoy,
en cualquier lado
cuando descubra que ya no tengo cuerpo,
que no tengo tiránicos trabajos
que llevar a cabo con mi voz
sin mi sueño pesado por goleta
y tu muelle feliz
por bella meta...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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miércoles, 16 de diciembre de 2015

A VECES LLEGAN... A VECES SIMPLEMENTE SE GOLPEAN... / Poesía de José Ignacio Restrepo



VENTANA CERRADA


Languidece o revive,
el ave solo respira mientras ve
el brillo inmaculado en la ventana
- esa que bien cerrada recibió
tan solo hace un minuto
su arduo vuelo,
y tras el golpe impropio,
inesperado,
la tumbó sobre el suelo -

Suelo hacerme en la silla que está al lado
para vivir la tarde desde aquí,
un tibio acantilado me dirán,
un centímetro antes del diván,
solo falta el loquero
dirán otros,
pero yo veo todo desde aquí
incluso lo invisible...
alza el pájaro pingüe la cabeza
y puedo ver que incluso está tranquilo,
un pocillo con agua,
unas trizas de millo
y un pan viejo
bastaron para hacer que su entrecejo
fuera de mal a bien
y ahora la ventana es lo que es,
un momento cualquiera,
un trivial accidente,
una frontera...

Tan similar la vida de este bello
adonis de los cielos inferiores
al trasegar ya gris ya de colores
de cualquiera que pase
por la acera,
viviendo de lo que haya,
haciendo del momento bella playa
o una alta muralla que llorar,
esperando que el agua le acaricie
la templada garganta a la hora cero
en que tenga la sed
su tiempo y timbre,
y le diga es ya, pónmela, quiero,
y él sea forastero de su bien,
sucio dueño del cielo que lo mira
y al que devuelve besos con desdén...

Mi invitado ya trina,
quiere irse,
algo de agua tomó y algo de pan,
el millo ni siquiera lo probó...
la ventana se abre de inmediato
y el pequeño gorrión
se alza ileso...
barato el accidente, corto el pare...
igual que a todos pasa,
un pequeño compás
en mitad
del impávido aquelarre...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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viernes, 11 de diciembre de 2015

DE VEJECES, NOTICIAS BREVES / Poesía de José Ignacio Restrepo


VAIVÉN DE LAZOS


Con mis sierpes de siempre
fuertemente anudándose a mis pies,
y estos temas nuevos que me llegan
en el envés tallado de las hojas cansadas
que se pegan de viento
a mi ventana,
como suaves mensajes de querellas
tardías y ufanas
por dejar sin rabiar su simiente de ley,
sus voces de arcabuz tosiendo fuerte,
sus latigazos lentos y tallados
que van buscando espaldas
donde dar,
sus salitrosas noticias de vejeces
como podridas mermeladas
sobre nuevas hogazas
de pan...

Rameras compungidas
con úricas amnesias que regresan
a dar alabanzas al que pasa
sin antes comprobar qué aire,
qué mesa,
qué cama delicada les tendrá
como de pies y manos enjalmados
unas horas al menos retirados
del presente y su sal,
así son mis silbantes voces solas
plenas de concepciones por hacer
con ujieres palabras mendicantes,
convertidas de paso
en mis amantes,
abiertas de las manos y las piernas
como cruces caídas,
para torcer los rumbos de lo dado
y recobrar un mando que no es
sobre aquello que truena suspendido,
como violín comprado en anticuaria
que suena mal y todo
pero suena...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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martes, 1 de diciembre de 2015

COTIDIANO / Poesía de José Ignacio Restrepo



ROSARIO


Falanges acalambradas
que se sabían de principio a fin
ese bello, servil abecedario,
nutrido de las aes y las zetas
recorrido por eses sin control,
y veraz, y verás,
corriendo como niños de ramera
que no, que no, que nunca le obedecen
como su cuerpo
en tránsito de manos
que parece más bien una cometa
en mitades de abril..
Falanges como párpados caídos
rasgando sin valor una guitarra
que ante solía ser su propia esclava,
y ahora se retuerce,
salta brava,
porque las yemas ya no reconoce
de lo toscas que pasan...

Es la vida,
se marcha sin decirnos,
con cada día saldado te estremece
y te acerca al lago donde espera
ese otro poema,
ese postrero,
que no podrá ni siquiera ser escrito...
Deslices que se nutren escaldados,
de lo llenos vacíos,
casi sin decirle a Dios 
de qué se trata la vida, 
hortensias descolgadas del balcón
para que vibre la vista como niño perdido
y escueza por el rostro el socorrido llanto, 
dolencias, 
que se emergen cuando no las llamas, 
variadas como larvas fecundadas 
de nuestras concupiscencias más finas, 
pero en triste ventaja, 
adelantadas,
atadas al cansancio de las vértebras
que nada saben de contar
cuentas nuevas en viejas camándulas....


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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