jueves, 28 de abril de 2011

DE SUDORES POR SOLES COMPARTIDOS / poesía de josé ignacio restrepo


VEREDAL Y CELESTE

Imagen57

Carne de vuelo perdido,
la selva diurna se come sus fragmentos,
los convierte en luces tras la lluvia,
y luego en herrumbres rojos,
óxido de parietales y de fémures
convergiendo allí
tras los minutos estelares de escarnio,
que se convierten en decenios
de esto que llamamos vida…

Y luego,
lo que sigue ha embriagado mentes,
ha esculpido alas entre hombros huesudos,
escápulas de frío que apresan el aire,
ha diezmado actos de las manos
volcando preguntas en preguntas,
hasta hacernos una clase de vómitos,
que no cesan y que no se ven…
Ah, dios,
cuento de fogata en la lejana infancia
que hoy incendias la mente,
con sólo no pensarte…

DOLOR INGRÁVIDO

soledad dormida

Cae el flagelo impávido, brutal,
la anchísima espalda que alguna vez será,
semeja un mar azotado por tormenta inesperada,
cuyo único afán es consumirse.

Formación del padre,
el vértigo del castigo le dará
una idea de a quién debe obediencia…
Eso de estimular cuestionamientos
ha dado origen todos saben,
a cientos de miles de fogosos apátridas,
que manejan los hilos de este cuento,
qué me dices desde el antro
de tu mente, Inocencio cualquiera
¿a qué mano el sentimiento engaña
cuando llama en su defensa
al confinado cerebro
que no está allí aislado
por su causa?

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

lunes, 25 de abril de 2011

HABLAR CORAJES…/ de José Ignacio Restrepo


PRUEBA DE FUEGO

__

El corazón se ha adelantado
cuando menos un lustro…
El ansia de la puerta cerrada
con la luz dentro apagada
ya no ocurre por lides o ausencias
sino por deseos fervientes
igual que la descripción de internos mapas
y de hondos pasillos bañados
con aguas caídas por cánulas,
no se hace a un extraño
que se quiere pretender cercano,
incluso íntimo,
sino frente a la plana superficie
del visitado espejo que nada me objeta,
que ni siquiera me observa
aunque a mi me lo parezca…

El comezón luce ahora una evidencia
de siniestra y amorosa a confidente,
si el ritual espirituoso y casi diario
de quitarnos el pelo de la barba
en la cara gastada por los años,
no se debe como antes a una cita
- la intención por una bella deseada
o incluso de nosotros deseosa -
y nos advertimos así
igual que frente a otras muchas cosas,
sin sorpresa afeitándonos,
con cuidadosa mano y atento ojo,
presteza va firmeza entiende
para pasarnos la mano
entre las horas que son y las que vienen,
por quitar el consentido vello,
ya no como antes matutinamente
cuando ese ejercicio cuidadoso
era dado hacia una piel con nombre suave
que no tenía porque ir a rasparse
si era la hora de la pasión amable,
la piel
la piel
la piel
como llamaba nuestra boca viajera
a todo nombre que en mi rostro
como barco cansado
hacia muelle…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

miércoles, 20 de abril de 2011

CASTAS NOTICIAS DE AMORES RESISTENTES / Poesía de José Ignacio Restrepo


BIENVENGO EL CORTE DE LAS YEMAS

47092_1593845647793_1285493084_31626584_1701407_n

Cómo se llama este color inesperado,
de que está hecha esta prisa
que parece partir mi corazón,
no recuerdo haber tenido como huésped
esta certidumbre de hundimiento,
de desaparición,
de frío inerte…
Y sin embargo,
que reconocidos invitados,
no son amantes
pero ya antes esculpieron sus fibras en mi alcoba,
en ninguno confío
pero los he albergado en mi pecho,
y ahora me dicen que si están allí
es inútil que tema por verlos
o por oírlos en medio de la noche,
en sus horas insomnes,
las voces quebrantadas,
las pisadas tejidas sin rumbo
entre ciegos suspiros dementes…
Es hoy , es esta noche,
los veo a todos en frente de mi
trenzados en pláticas insignes
que se aparean sin nostalgia alguna
con el venturoso silencio,
que ayer era el dueño del recinto
y hoy envuelve nervioso el paso agigantado
de los que rondan con sus penas sempiternas
detrás del antifaz de su fantasma,
por nadie recordado
como el principal habitante de la casa…

Cómo se llama,
este color recibir ha debido bautizo,
no puede carecer de lo más simple,
primera condición para tener un lugar en la paleta
o un sitio en la mente de aquel
que animado revive sus pinceles,
convirtiendo el blanco de la tela
en dormitorio aleve de sus ecos,
este color de la angustia y el quebranto
aclarará otros tonos aclamados
por su rancia claridad y transparencia,
se extenderá poco a poco sobre los viejos trazos,
los oscuros caminos
usados como cláusulas de fuga,
y logrará borrarlos, si,
este color sin filiación ni nombre,
este hallazgo de reyes sin corona,
pondrá en secreto joyas
donde crecen los nudos de mis manos…


POR NO ESCRIBIR

ENTREDORMIDA

Con la campanada que no suena
queda el viento con su sensación de espera inútil
el breve  vientecillo que recorre
el camino invisible de mi vientre hasta mi oreja
fiel testimonio de la marea
curtida
indescifrable
del tiempo…
Es la hora anterior
trayéndose a si misma de los pardos cabellos
rasgando sus vestidos con sus largas uñas
la que dirime el espacio
entre el evento que sigue y el recuerdo
en esto suena la campana
una dos todas las veces
ya llegó la hora
terminó la espera…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

lunes, 18 de abril de 2011

TENGO LA PIEL TATUADA DE MIS LARGOS SILENCIOS… / poesía de José Ignacio Restrepo


NOCIONES PRELIMINARES

Imagen24

Vaga ansiedad por apurar el paso
y poder hallar el rastro de la purga de flechas,
los rostros de los niños
enterrados con vida bajo tierra,
ilesos, con los ojos abiertos,
tallados no sé como en la corteza de los troncos,
que alguna vez les hicieron de columpios
y también de sombra celestina,
a las citas de amor de los más grandes
muchas tardes que no fueron…
Vaga y llenadora ansiedad
que me orilla a mirar de nuevo,
los troncos quemados de las casas,
esos avisos de muro que predican
aun desde ese tiempo y en silencio,
que este lugar esperaba
su futuro en racimos de la vida,
frutos en camiones que se iban a la venta
y dejaban en recaudo la promesa
de seguir viviendo…
Creo ver sin apenas hacer fuerza
hileras de dientes perfectos sonriendo,
por la presencia apurada de las hembras,
pechos anchos que nunca iniciaron un motín
porque siendo oscuros como noches
se sabían tan blancos,
vaga inquietud apresurada subiendo
mi conciencia por sanguíneos caminos
y veredas nerviosas,
como puedes alimentarte así del viento
o de una sonrisa anciana y desdentada,
o de un saludo joven
que viene envuelto en ropas camufladas,
y saber que conocías de antemano,
todo esto,
todo,
y habitante en mi sentirte
o inquilina mejor,
como si fuera mi propia historia ésta,
mi historia siempre,
inquietud bella, guía de ciegos
que han aprendido a correr con cautela,
volar con prisa,
dejando solo algunas pocas huellas,
como puedes servirme de camándula
a mi que ya contar se me olvidaba,
y que no sé rezar,
como puedes hacer de mediadora
entre el deseo de entender
y las inmensas ganas de ya no saber,
de todo esto ignorar,
de no ser cronista para esto…
Pues me tienes,
inquietud con nombre y gentilicio,
a ti que nadie te sabe el apellido,
me tienes de la sombra hasta el yucal,
por los caminos cafés y pedregosos
por donde veo cruzar a las iguanas,
que corren con susto sí me ven,
arde aun el recuerdo de los dardos de hielo
que alejaron la vida de la vida
e invitaron a la muerte a que narrara
sus estúpidas y largas historias…


MAPAS PERDIDOS…MAPAS HALLADOS

Imagen73

Traza indómita de nuevos mapas,
sacando todo el antes, vaciándolo de si,
como se vierte el quemado aceite
fuera del curso del agua,
que se ha de tomar,
cuando allí mismo la sed nos venga…
Tan solo el sol por brega y compañía
en la labor larguísima del día,
que entrega novedosas coordenadas
tejiendo los verdes y los sienas
de la ruta de puentes que no poseen río que domar,
y al regreso ser llamado por el surco de los grillos,
extranjero, extranjero,
los millones de estrellas observando
como atravieso azorado por el llano de océano,
cuyos nombres nunca sabré,
astros bienhechores
alumbrándome esa línea blanca
que me lleva de regreso
a la casa que mi fatiga habita
en estos días…
Nuevos mapas,
las mujeres y los hombres de estas partes
con sus retoños adheridos,
bautizados con el nombre de sus sueños,
van trazando sin muy bien saberlo
líneas imaginarias aun sin nombre,
mudas de piel a mordisco y puño,
entreveros de oscura explicación
a punta de palazos,
y aun suenan los estribillos de la muerte
que nunca puede el olvido serenar,
que se llevaron al nunca
los momentos prometidos que no fueron,
y por ello los nombre no sirven
pues remiten a pasados vivos
de historias muertas a pedazos,
tristezas sin corrección,
perdidos nunca hallados atavíos…
Por eso este sábado tendiendo rutas,
imaginando meridianos brillantes
y paralelos donde nadie pierda,
tuvo de sur a norte más hallazgos que perdidas,
más invitaciones a seguir
que temores con causas o sin ellas,
en la ruta que me ata a esta tierra
de fecunda belleza,
sin lugar asignado en el mapa…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

jueves, 14 de abril de 2011

EL SENDERO PAULATINO DE LA BROCA EN LA QUIETA PARED / Poesía de José Ignacio Restrepo


ESTACIONES


 Vaya que si amiga.
que no es avara contigo la tristeza, 
y en estos días
el trago de la vida es muy amargo,
motivos de reír sí que escasean...
Y que decir de mi,
ya tanto sabes,
ya renegué de todos mis poderes
y sucumbí al amago de mi mismo,
no puedo repararte de otro modo,
si tu quieres ríete en mi boca
o con las alas mías desplumadas,
atrévete allí arriba 
a ensimismarte...
Vaya que si,
tu bello sobrenombre
deberías gritar por estos días...
No son cuatro los vientos,
ni somos optimistas por completo,
pero vaya si la fuerza de las manos
no puede arremeter como caricia,
no puede bifurcarse en el abrazo,
ni en la presencia del sol
hacerte ver animales con sus sombras...
Entonces si nos lleve el mismo diablo
y vistamos de llanto la mañana,
volvamos amarga la saliva,
hospedemos el dolor
a nuestra vera

Y estos días aciagos
que aun dejan su aroma en el cabello
no se marchen con el brillo tuyo,
que a pesar de pesares llevo dentro
y anclado en medio de mis ojos...
 ¿Cómo será para el dolor ese hospedaje,
ese lugar tan hermoso,
tan brillante,
a sabiendas que quizás mañana
ha de irse consigo
hacia otra parte?



EXTRANJERO


He llegado aquí venido de una tierra muerta
habitada por cientos de titanes,
no nombrada en los anales del tiempo,
ni descrita en mito alguno
que refiera a algún hecho pasado,
a algún hito...
Nadie sabe de mi,
ni yo mismo.
Sólo hoy hay conciencia de esto, sólo ahora,
ha de acabar esta noche y mañana
en mi nada de esto habrá sido,
seré un hombre,
algún hombre cualquiera
con días de esta tierra en mi memoria,
y no viajes de estrella en estrella
y desiertos de polvo brillante,
y mares violeta recorridos en discos dorados...
Ya no, 
un soldado de un mundo lejano,
- el último héroe del arrullo -
que como ustedes ahora,
no mató ese semen del mal,
la voz de la ira suicida,
en su propio pellejo...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

DEL VUELO PERMANENTE DE LAS PALABRAS DE UN MAESTRO EN NUESTRAS ALMAS… / Letras perfectas de Darío Jaramillo (1)


--

Tenme despierto hasta las cinco
sólo porque las estrella han aparecido
y no por ninguna otra razón…
Tenme despierto
hasta cuando tu mirada
se torne en el líquido azul
como lo sueño a veces.
Déjame en vela
para que esté en el momento
en que tu boca
abandone la palabra por el beso…

¨¨¨ ¨¨¨ ¨¨¨
,

Asido fatalmente a los objetos
venerando su inmutable presencia,
el desesperado se mueve entre el frío mirar de las cosas
que el tiempo y no se qué de venganza
acumuló alrededor suyo.
Puede usar la vieja fórmula de redecorar la casa
o la también aconsejada de huir,
pero todo será en vano.
Para el desesperado todas las cosas son un espejo

¨¨ ¨¨¨ ¨¨
---

Ni la noche, esa rutina de sabernos cadáveres
de una batalla perdida desde antes,
ni un recuerdo salvándose en el mar espeso de esta borrachera,
ni el horror que nos sorprende inermes
– ese ácido, ese orín de las costumbres que todo lo corrompe -
lograrán que amemos la pestilencia de nuestro propio aliento,
ese opaco pasado lleno d buenas intenciones…

Darío Jaramillo
Del libro “77 poemas”
Editorial Universidad Nacional de Colombia

miércoles, 13 de abril de 2011

DE LOS VERANOS SIN PAZ… / Poesía de José Ignacio Restrepo


IMAGEN CON LLANTO MUDO

Captura de pantalla completa 12042011 075021 p.m.

Almas de oscuridad
han campeado en este verde océano,
cuya verdad de tierra tiene siglos,
la señora muerte,
la señora muerte quedándose con todo
hasta con el deseo de los hombres,
y el derecho de los hombres a elegir
a que miedo temerle…
Corriendo,
sin que el amanecer se llegue aún,
atravieso los puentes sin rio,
e intuyo las casas vacías
ofrendadas al fuego de la guerra
hace meses,
casi oigo los gritos de los niños
y el mugir y el ladrar y el disparar,
casi oigo el perdón de los vencidos
sin la primera batalla de veras,
casi siento el tacto de los muertos
tratando de guiarse en los deseos,
un toque aquí,
otro allá,
en las fibras de los otros y de mi
que otra vez siento en el cuero
con justísima razón,
que el tiempo que he soñado para mí
no está aquí,
no está allá…
Quién sabe dónde está…


ABS FINITAE

Captura de pantalla completa 12042011 073938 p.m.

La cabeza de un solo cacho,
sin vida,
inconmovible,
deja los últimos jirones de su músculo
en los colmillos afilados de un perro,
que seguro alguna vez tuvo nombre…
A los ojos de todos,
uno que se abstiene de mirar y yo
que por vicio todo miro,
es sólo un juguete con escasa carne
pero el hueso habla del doblez de la vida:
el mediano perro se imagina león
venciendo el solo a una res sin manada
pletórica de vida
para él…
El primer tinto, a sorbos,
comienza a calentar mi estómago
y cuando se acaba y pierdo interés
en el afuera naciente,
mi “buen día tengan” a un par de viejos,
sólo obtiene de ellos
una mirada fría por respuesta.
Sin más que hacer, volteo…
El perro con su premio
ya se ha ido…
Sin su único cacho,
sobrevivido de mil ataques torpes,
la cráneo de buey a solas queda
y mi mirada de solícito extranjero
le sienta como debe,
tal como mosca que atiende el llamado
de miel regada en la solapa del saco… 

 
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

domingo, 10 de abril de 2011

PALABRAS DEL VIENTO AL OÍDO / por José Ignacio Restrepo


ARTEMISA

Imagen1

Cálida vena
que sanguínea rocía
de estupor en estupor
mi piel profana,
haces que mi risa se silencie
y que mi voz se calle,
turgente pistilo por el que sube la vida
y se siembra,
tus lluvias se derraman
y amenazan mis desiertos,
mis terrenos sin nombre,
las elucubraciones ganadoras
de mis angustias por venir…
Qué nombre te anuncia,
no importa,
si el arrullo tormentoso de tu paso
se encarga sin más de abatir puertas,
de dibujar promesas nuevas en ventanas
con los grafismos claros de los niños,
sólo rayas y círculos
que tatuados llegaron de pellejos
en cueros de hombres,
olvidados y secos
que ya nada quieren,
que ya nada saben de querer…


OTRO ÁRBOL DE EXTRAÑO SABOR

Imagen12

Los árboles de perpetuo fruto,
los árboles de escaso,
dan sobre el suelo si él se los permite,
el mismo tono de ajena sombra,
no dan su sombra
ni pueden verla allí extendida,
a menos que lo permita
el juego intraducible de los astros…
Fruto de extraño sabor
que caes sin malicia entre mis manos
sin que riesgo de sed exprese aún
para la suma  de días y de horas,
acaso me pidas el favor
de que llene una emoción con tus palabras
pero yo no puedo consolarte
senda de árbol de perpetuo fruto
que al parecer todavía ignoras
que la sombra sobre ti ya proyectada
y su variable tamaño,
se te brindan desde el sol
a la arena del mar no pertenecen
ni al viento forastero,
ni al fugaz caminante
que detiene allí su cansancio,
y por estas letras explicada
ni siquiera a la historia
de ese árbol plantado por fortuna
o acaso por albur del viento avaro…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

miércoles, 6 de abril de 2011

MAR AMIGO QUE HUNDES EN TUS OLAS SOLEDADES… / Poesía de José I. Restrepo


PRIMER ESTRIBILLO…ÚLTIMO

solo

Hay visionarios perdidos, yo soy uno…
Entre visto el mar desde una cueva, en la playa,
dudas sobre el azul,
internas murmuraciones,
hacen del viaje una misión nunca iniciada,
un sueño solamente,
nubes con formas asombrosas,
olas que pasan…
Pero mi paladar lleva tatuado
tu sabor de mar
y el hollar del viento aun hiere
mi reseca nariz,
me sorprende respirar
y no enviar sangre de vuelta…
Corta batalla
la semblanza de los años transcurridos
oyéndome a mi mismo suplicar
por la magia mía hacer
sobre otras tierras y gentes,
mientras marean las tardes de sol,
estas líneas de mi frente,
mis pupilas en celo,
repentina y dulcemente semejan ser segundos,
instantes de lucha apenas, insalvables,
extraviados sin más en el tiempo…
Y entonces mis pies corren,
mis pies vuelan,
y antes de marcar rutas
y mapas desdoblar bajo una vela,
no aguanto la descarga de certezas,
estas voces de caos que a los gritos me alcanzan,
repitiendo canciones pasadas de muy mala manera,
repitiendo
lo ancho del espacio
y lo largo del tiempo,
dejándome doblado en la mesa
ese papel donde contado
está la finitud del tiempo,
de todo…
Qué me voy a calzar mis pies crecidos,
para que arroparme con nuevos andrajos,
ya sólo queda el viaje me repiten
y ese azul que es real,
el color que siempre preferiste…
Si puede sostener un bote,
pero no si lo cargas de sueños
me repiten, me repiten…


ORACIÓN

Cae la noche

De luces que conmueven hablarán mis ojos
y mis paso de dudas y tristísimas sendas,
cuando mi piel se envejezca sin remedio
y ya no haya tedio
sino la aceptación
y el amor por todo lo vivido…
Hablaran mis palabras en murmullos
y cantarán también a veces
las épicas historias de estos días
marcados por profundas soledades,
que no quería vestir ni alimentar,
y menos confirmar
para mi historia neutra…
Cómo querer a quien ya no te quiere,
cómo creer una mínima palabra
nacida del descrédito del otro,
entonces no es inútil
armar tu interior siempre solemne,
si todo afuera
fácilmente te mancilla…
Vida, dios, átame a tu dilecta compañía,
que sólo escucho tu voz
en la colina, en la senda,
camino a la ciudad,
en cada calle en que soy reconocible
a los ecos tallados sin edad
que tienen ansias de vida
cuando la vida termina…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

DE TODOS LOS DÍAS... / Poesía de J. I. Restrepo

CERTERO


Entre tanto,
 lo supo antes que yo el búho desalmado,
como decía la vieja,
como decía la joven con cara de vieja,
lo supieron las hojas asentadas
hace mil años en el portal de casa
que entraban al zaguán sin debitar permiso,
y lo supieron las cuatro primaveras
y las dos guerras vivas,
guerras muertas,
que por pobres querellas se lucharon
y se fueron al olvido sin ser bien digestas...

Lo supieron todos, viejo amigo,
mi querido compadre vivo
 y muerto de ir mal vivo 
por estas calles de dios,
que no tienen los números colgados
y de cuya filiación sabemos
todos los mundanos
pero los divinos no,
no los dueños de ojos y de manos...

Todos lo supieron, todos,
premuras de las dos de la mañana,
luces de ventanas apagadas
en ardidas casas donde todos duermen,
y yo necesitando que miraran,
al menos uno por dios,
al menos un tuerto ojo
que me viera marchándome sin nada
para los ígneos foros donde ya ni la voz 
tiene sentido de ser elevada,
tirado en el portal, sin casi sangre
corriendo por las venas,
después de que mi pecho crujiera
al no poder parar la puñalada
de aquel maldito amor
que no aguanto, que no dejó
olvidado como si lo hice yo
su corazón 
y vino por el mío,
sin avisar en medio del oscuro callejón,
y me dio muerte
sin decirme nada,
ni un reproche banal,
ni una altiva palabra,
solo el envión de la hoja
escarnecida,
partiendo el duro esternón
y nadie vio,
nada, señor policía,
lo que se dice nada... 



CARTA NO ENVIADA


Con el nombre de ella borrado
de la punta del lápiz,
no se puede escribir ni la palabra quiero
y mucho menos la palabra vivo
que parece fugada del mapa,
 y condenada a vagar sin remedio,
por iniciales perdidas
distintas de la propia,
en diccionario nuevo
y en página nunca visitada...

Con la punta partida
no se puede escribir corazón,
todo romo latido se pierde
en fatal distante encrucijada,
continentes nunca conquistados
por salidas mudamente dilatadas,
buques vacíos,
góndolas cabizbajas,
muelles de hierro,
fatídicas disputas por bufanda prestada
que al final sólo el viento ha visto partir
tras la furiosa nevada...

Con el lápiz gastado hasta el número
no puedo escribir es esto mío,
 mío el suplicio de saber sentir
para ejemplarmente sentirme vacío,
y como no puedo escribir pues ya no escribo, 
amor amado, corazón mío,
ya no escribo...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

martes, 5 de abril de 2011

USTEDES SABEN… / poesía de josé i. restrepo


PRESIENTO EN LA PIEL

images (3)

Es una de esas noches, la distingo,
invadida en tropel por imágenes perfectas
de torsos respirando entre cortadamente,
de pechos redondos, gemelos,
que murmuran algo
alternativamente,
y  allí en mi boca
agitados, tibiamente sudorosos,
se alejan un instante a reponer el aliento…
Esta es una noche
cuya bitácora predice
largos viajes de sólo unos segundos,
a la región de los murmullos
anclada en la zona tórrida
- todos tenemos un ecuador
en nuestros cuerpos -
Hoy no habrá sueños
sino recuerdos de obrados instintos,
cabellos cortos,
vellos de colores distintos,
presos entre mis uñas y felices,
bocas osadas recorriendo mi cuerpo,
luego de llamarme por mi nombre
sin acaso conocerme…
Esta es una de esas noches
donde el idioma universal es el jadeo,
en el aire casi siento
la presencia de ellas,
cientos de damas sin rostro
que poblarán entre sueños,
el plano sexuado,
- el espacio -
de la cama en que duermo


¿SOÑABA?

ROMANC~2

Ella tiene un hermoso nombre
que habla del sol cuando está nuevo,
de las calles vacías un lunes, a final de mes,
del trino primero de un ser
que ahora estrena sus alas…
Ella tiene mirar de nativa
y manos que tallan ternuras,
cuerpo de odalisca
danzando sin nadie mirándola…
Sólo pienso en un arco
tensándose,
midiendo la diana…
Ella tiene un voz cantarina,
agua joven manando y rocío
y ama el viento
y el sabor de las frutas
con ansia…
Y hay que oírla reír
para ver lo que tiene en el alma,
una de esas cascadas de cerro…
Sólo pienso en un ave marina
haciendo entre rizos su vuelo,
con nubes bajitas guirnaldas…

Igual que los niños ella mira,
ahora tiene helado en la cara,
yo la miro, ella ríe
y el sueño
brillando
se marcha…


JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor

sábado, 2 de abril de 2011

QUEDAN RETRATOS QUE NADA REVELAN / Poesía de J. I. Restrepo


ATEMPORAL

neruda


De su larga batalla contra la desidia
él ha aprendido,
el cultivo excelso
del olvido de la prisa
y oportunamente al cabo de los años
no importa para él
como hace el tiempo para no acabarse
si no se detiene mientras va pasando…
El otrora adorador de los relojes,
que sufría pesadillas
en las que viajaba lentamente
en el vientre de lentos ascensores,
es hoy un reconocido caminante,
un retardado amigo de sus pocos,
un cartomante extraño, sapiente,
que ignora sin esfuerzo el paso de las horas
y cuya fe hace que,
paulatinamente,
desaparezcan las arrugas
de su rostro…



DESIGNIO

mujer-llorando b


Alguien locuazmente
hace sonar su escudilla de cobre
y el ruido viaja,
deambula libremente,
llevado por el viento,
que así hace con todo
lo que carece de peso…
He salido a caminar esta mañana
y no sé tantos números
con que poder contar todos los ciegos,
todos los mudos, los mancos y los sordos,
que llenan estas calles agrietadas,
simplemente pidiendo
así sea sólo que los miren
y algo sufra en los bien formados hombres,
al verse del espejo separados…
Son tantos,
yo diría que un designio malévolo se dicta
y una fuerza no humana lo ha trazado,
por todas partes suenan sincopadas
las escudillas que piden
que honda pena nuevamente sintamos…

JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor