OTRO DESPERTAR DE PACO
Los ojos de humo que ya lo vieron todo
miran los pies transeúntes, primero,
por entre un tendido de lagañas,
mientras el oído despierta poco a poco,
con el run run de la reja de calefacción
que desde hace tiempo engalana la acera.
Céntrica cama, albergue con el nombre de la calle,
que en la noche cerrada se atiborra
con cuerpos y periódicos,
recibe otros dueños que llevan prisa en sus pasos
y saludan con fórmulas cortas que no dicen nada,
sus periódicos doblados en la axila
como un corriente pasaporte,
que en el día de hoy los llevará hacia alguna parte
y que hoy por la noche nos servirá como frazada.
Ardor reconocido
que modula su abrazo contra los muros de su vientre,
idioma esencial de la vida en su decenio escaso,
y ese ombligo salido decorando tanta hambre,
a tres dedos larguitos, se recuerda,
de una marca acerada de muerte,
pero casi no vale, diciembre pasado,
ardor de hambre, runrún incesante al oído,
largas pestañas uncidas con humo,
el cuerpo acostado en la acera, sin pegante,
abrazando la vida, dama demasiado rauda
que poco transita esta calle.
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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Saben las calles de tan distintos despertares, de tales vidas u otras, secretas hermandades de la prisa, doble uso del papel de impresa noticia.. cierto instante, una vez más, como simpre, felicidades por la certera mirada, tan humana...
ResponderEliminargracias Europa, que de la predestinación de los naceres saben también la madrugadas frías, entre aquellos que miden en sus calles las tristezas de saberlas moradas de sus pocas alegrías, escenarios punzantes que a nosotros nos sirven para ir de paso sólo...besos...
ResponderEliminarJI, eres el ojo que nos sacude el alma con tus letras, quizas tu ves mas alla de lo que algunos ni siquiera notan. A mi siempre me dejas con un sabor agridulce en el corazon...Porque asi es la vida y para unos es peor aun....Gracias.
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