miércoles, 10 de mayo de 2017

¿DE QUIÉN SON POR VIRTUD ESTOS PINCELES? /Poesía de José Ignacio Restrepo


UN ATELIER SOLITARIO


Suave estupor por recobrar el gozo
del hacer sin medir ante el no poder hacer 
soñado entre el licor alguna noche,
viendo en su mano el deseo por mezclar 
el sueño y lo que quede de la vida
mientras mira concienzudo al fiel tubo de blanco
que aguarda a que lo apriete, a que lo mezcle 
en la porción dorada del instante
y mida con sus ojos el color,
el tono advenedizo que resulta
y lo que queda  plasmado de agravante...

Aspira el creador aún a ser fiel 
sangrante del deseo que lo aqueja,
y que habite en la obra su destreza 
como aplauso sereno y paternal,
cual alma que supera las barreras y marcha de la tela
que hace de nueva y llena cantimplora
para la sed rendida e inusual
de quien llegue y observe,
en busca de la frágil inquietud
que produce lo que no fue tan perfecto,
aquello que ha quedado dibujado
sin tener un derecho, al parecer,
el error que entre nace en la mirada
esa sabia opinión, y temeraria,
que debo aquí decirlo
no lo es...

Y cuando queda todo preparado
en la mesa callada y sin pasión,
y no llegue el mandante del milagro,
el dueño de este cálido atelier,
y se quede por tentar todo lo bello
al color que viva y viaje hasta la tela,
y la ventana cerrada solo diga
quizá venga mañana,
y el vaso chorreado de colores
donde gimen sin gusto los pinceles
sacro bien venga este callado entorno
ante el cuadro cubierto a cal y canto,
por la tela de amor que no lo es,
podríamos pintar el suave llanto
querellante olvidado de una cripta
al ver deambular el polvo al aire
y no verlo a él sentado como antes,
prestándole al momento cualquier voz,
mientras crea sin más lo que no estaba...

Añoramos ahora verlo entrar
por el umbral manchado de pintura,
no existe un buen lugar donde encontrar
el latir imperioso de su paso...
él que quiso crear por solo ver
algo hermoso saliendo de sus manos
sirve al sueño infecundo de quedarse
cuando el cuerpo cansado sucumbiera,
sin saber qué diría el sentimiento,
angostado al cromar de la galera
que ya no tiene manchas por limpiar,
ni quién limpie todo ésto...

Un golpe de alma
saltando como liebre desde el piso
 a los ojos de alguno que visite
este cuarto de tonos sibaritas
ahora muerto en mermadas somnolencias,
produciendo cinco incólumes palabras,
destiladas en ocre y gris pizarra
- no murió...
simplemente
llena ésto -

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario