CORNADA...
Mira por favor arriba,
al arco que nos dio la vida...
de donde todo hierro al rojo
ve surgir su forja...
alza tu devenir sin la memoria
y vístele su traje mercedario,
para que vaya al encuentro de los astros,
de donde ayer nació, y hoy sigue aquí,
no le dejes yacer con frenesí,
pues su misión exigida es que le veamos,
con ese yugo inmenso entre las manos
y los ojos llorando, los ojos que no creen,
dejando por doquier la vida tirada en amalgamas rojas,
como ascuas perdidas de fogata errante,
sillas para herejes que nada combaten,
ojos como cunas para nada ver,
como si de niños orates se tratase,
y no de tu piel cernida por los años,
y no de tu estampa que ya todo sabe,
para darse aquí al combate de los pobres,
los que nada tienen,
los harto abatidos,
los que si precisan de ese rostro amable,
que sonría en medio de miembros cayendo
estallado intento de locos suicidas
por quedarse ahora con tiempos ausentes,
por verte creyente ahora vas llorando,
descree en el fondo,
busca la agonía...
Se de un ser humano algo ya pasado...
Uno que se agriete, uno que se gaste,
uno que se ensueñe en presente y fijo,
que duerma dormido,
y al decir trabajo,
se despierte ágil
y vaya y trabaje...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Que honor tán inmenso leerlo...
ResponderEliminarSin tu presencia, Laly, mi voz solo seria un bello eco, liberado de su yugo sacro, rompiendo fuentes sobre el suelo de la Vida... Abrazos, bienvenida siempre!!
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