PAISAJES
Amor convaleciente, herida senda,
de párpados abiertos aun dormido
retratista experto de mi bruma,
amoroso, mordaz, nunca engreído,
tu lápiz ronda el puro sentimiento,
pero tu voz detecta los placeres
que das a conocer cada que funges
como artista vivaz que tela tiene
y dedica a su pincel más fino
la labor que por sed a él confieres...
Estilista de la piel y de la vida,
sabes drenar abiertas cicatrices,
combustiones que todos bien llevamos,
de lava vuelta secta del cristal,
tus odres están llenos, y regalas
esencias que saboreas como sal...
Enemigo de echar canela al surco
y consignas de noche hacer voraces
si tiene la mañana el brillo diurno
y es allí en que velas calma ingrata,
no opones un secreto maleficio
al norte de tus pasos y tu vista,
estás confiado en ver lo que depara,
el destino ya escrito que te espera
para firmar la paz o hacer la guerra,
al momento sudado por la piel,
y harás de tulipán siendo clavel,
de romareda extensa siendo casa,
tu piel es la llanura que no cansa
si la miras, la hueles, la recuerdas...
Sagrada la misión del indolente
que debe mantenerse entre la gente,
para angustiarse a solas y parirse,
cada vez que la calma se le prende
y el amor le regala una revancha,
venteará en su cara una alabanza
que cual fruta madura se sincera
en los bordes tallados de su boca,
mientras lágrimas buenas sazonadas
hacen salida ilesa por sus ojos,
es la breña hogar de los rastrojos,
y la mente solsticio de quimeras,
más los ojos de aquel que poco ama,
rinden bello homenaje si los pudre
el deseo de amar lo que es hermoso...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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