EL REFLEJO
Estaré lejos un tiempo,
no sé cuánto,
mientras mi rostro cede sus quejas
y dibuja
las grietas derramadas e inconclusas,
en la pulida superficie del espejo,
que envejecido en sus márgenes de cobre
mira reclamando sin lograr,
en mis ojos escuchar viejas verdades,
tensiones que lo son solo de nombre,
recuerdos impasibles y serenos,
que ahora mismo ante mis mudos ojos
se lanzan jaculatorias y se agravian,
rindiéndose a su sitio
que es la alforja,
algo rota pues permite
que se salgan...
Estaré cerca de todo
sin embargo,
las calles cien recelos me deparan,
introitos litúrgicos y diezmos
de lo que no es presente ni pasado
como adagio irreparable e incompleto,
que descubro tan lejano del futuro,
cual si fuera un prisma mentiroso y alcahuete,
que le miente desde el espejo a mis dos ojos...
Toda ansiedad viajera ya revela
mi recelosa y sentida introspección,
y a un cambio de la luz el ojo olvida
que la perenne misión de recordar
lo grueso y neutro
o el más mínimo detalle
en la casual imagen de este día,
ya bruscamente interrumpe romerías,
que corren raudas a mirar qué pasa,
de que misión les habla
el de mi adentro,
que ahora mismo modulando afanes
al de antifaz le susurra autoritario,
alisándose el cabello con la mano,
pues ya es hora de irse y no hay excusa,
solo una última mirada ante el espejo
si los demás concordarán con él,
que tiene clase y gallardía
lo que ve...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Esperare a que regreses cuando tu creas estar listo....
ResponderEliminarDisfruta tu busqueda hermano...
No importa que tan lejos vayas, aquí nos encontramos. Un abrazo enorme.
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