jueves, 13 de agosto de 2015

EN LA CASA ME CUBRO DE TU MANTO / Poesía de José Ignacio Restrepo



LA BARANDA



Enardecer la voz hasta deber callarla,
hasta deber dejarla esperando otro vigor
que traiga entre su sombrío resplandor
una señal, un premio en triste argot
que salte todo, que se monte en la baranda
y venga hasta la mesa donde miro
para decirme qué, 
para nombrarme el cómo, el cuándo mío
y acaso deber orar al extravío,
de versar en tono mayor a lo que dices
donde el protagonista muestras hoy,
como dijiste ayer, y me dirás mañana,
es un amor volcado en cicatrices
que se borran encima unas de otras,
viles como serenas claraboyas
que avisan de mar travieso o peligroso,
o sobre un agujero que se traga
todo lo que aparezca en superficie,
con simple movimiento que a las olas
 luce en corriente como injusto juego...

Enardecer la voz todo febrero
para luego callarme, detenerme
por los meses y días que hagan falta
a la espera de un año redentor
que se fugue conmigo en cada instante
a decirle al amor 
-él es el amo-
cuánto falta para que aquí regrese,
cuál es ésa palabra alicorada 
que le ponga a este sitio bautizo
de ribete sensible y perfilado,
y luego a despertar todos los cuerpos
que encontramos silentes y varados
por haber derivado sutilmente
con su moho de no saber tocar
y su aliento que no brota ante nada
cual premio por jamás ser bien tocados,
los cuerpos dedicados a callar
para poder de algún modo ejercer
sobre esa rutina jorobada
la monta y el recambio
-dolorosos y atareados ejercicios
al deber de aguantarnos a si mismos-
para no ver nacer en nuestra piel
a ese hombre, a esa mujer aventureros
cuya voz diariamente y sin retén
se descarga en aquellos que la oyen,
pues vibra cada instante sin medida
como lira encontrada a la intemperie
que supiera los cantos y silencios,
dedicados por siempre al buen amor
que empieza con los ojos y las manos
y termina allí en la chimenea
haciendo que arda todo...
el muro frío
y la baranda...
y la nueva leña...

 JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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2 comentarios:

  1. Si no fuera porque anhela ser mar el río ni habría río ni poeta que diera cuenta de cada meandro de paz.

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    1. Gracia en tu paso callado por el relieve genuino de este cofre...gracias por venir a darle la suave belleza de tu tacto Europa bella...

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