EN SOLEDAD
A qué hablar hacia afuera comandante,
músculo que me gritas en la noche,
cuando apenas soledad tiene el instante,
y no llega un corazón de contraparte,
que haga de requerido comodoro,
faro de alta pared basalto puro,
roca para ascender con sola mano,
sin yugo protector ni red abajo,
como en rito mortal que nos asombre,
pues quienes allí llegan convocados
solo tienen la piel,
y el fogoso corazón
por escenario...
A qué bruñir los cientos de recuerdos
que llegan presurosos a reinar,
solo son retadores y elocuentes
visitantes de tiempos ya enterrados,
cuanto nombran no es nada sin tu voz,
si tu imagen no reina en este cuarto
es mi llanto el que mira hacia adelante,
y todo lo que fui ya nada importa,
no tiene más virtud ese pasado
que aquella de traerme hasta esta hora,
aunque sea tu impronta honda y triste,
y este afán perjuro lapidario...
A qué burlar el llanto con sonrisas
de maquillado gesto sonrojado,
que este día es ya largo entristecido,
pues soledades llaman y yo vengo,
no encuentro yo tu huella y me lamento,
porque tengo tus marcas en mis cosas,
los jardines sembrados se secaron
y aunque ahora los riego con mi llanto,
los retoños no veo,
y me lleno de fáciles quebrantos,
sin hallar el sosiego...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Déjame hoy simplificarme y decirte que me llega tu lamento...abrazos!
ResponderEliminarBarco cansado de sublimes oleajes, habito hoy.... Gracias por venir a musitar, bella Egea...
Eliminar"En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días."(Enrique Sealtiel)
ResponderEliminarLo bueno de decir el dolor, aunque sea en la soledad que abruma, es que no carcome al hacer eco donde no debe, sino que se eleva al viento, y siempre alguien escucha...
Te quiero poeta...encontrá tu mar. Eso si, después me contás... ;)
Y cómo no hacerlo...En hora buena, me viste y yo te vi...gracias por venir, Fabi...
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