DECIMONÓNICO
De las demás agonías…
Quién podría epilogar bien aquella historia de amor
de ese maestro de música,
al mismo tiempo con la tía y la sobrina,
a una hora de distancia entre lección y lección,
pasiones tan disimiles, de tan distintas urgencias nacidas,
y fervientes, y tibias ambas,
un hombre que se escinde en dos,
dos mujeres que se quieren
pero que deberán odiarse…
A quien le viene escribir
la última línea de esta historia,
de otro primero y único hombre…
Sobre la tumba de alguno de los tres
el mejor epitafio rezará,
por el alma infeliz del primero que mal se fue…
ALGUIEN DEBÍA MORIR…
LOS CONTIGUOS NUESTROS
Allende a la mañana podemos observarlos
al mirar el abandono de los cuerpos,
ella y él que aun sueñan,
que están en las frazadas, envueltos con los otros
sus deseos consumados, sus contiguos,
infantilmente dormidos y a la espera
El otro, el que habita indomeñable la epidermis,
es más del clima que nuestro,
y solo espera que un roce o un augurio
de por finalizado el armisticio,
y lo vierta en la guerra,
con todos sus deseos, sin nombre,
carnalmente dispuestos…
¿Cuantos somos?
Antes del alba, cuando también bordean sueños,
los que nos fueron cercanos, íntimos,
recrean ilesos en nuestra piel de asombro
veranos ardientes que fueron…
DICHO SIN DUDAS
Yendo de una a otra,
las ventanas más bien semejan bordes de río,
o veredas de arboledas,
acaso también barrotes de celda…
No puede ser que esta ensoñación se avenga
mientras mis ojos abiertos no te ven,
sin saludarnos,
sin despedirnos,
sin habernos antes conocido,
porque era preciso, escrito estaba,
desde antes que los guijarros del mar
fueran trocillos de madera entre el bosque,
desde antes
que te vieras en mis ojos,
rondando tu cuerpo plateado,
cubierto por la luna llena…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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la noche no es el hogar para hermanarse en favor de dolores prestados, ansiadas penas y angustias de la piel imaginadas...El lugar del poeta tiene el color calmado de las ansias curadas y olvidadas, el tono de una voz que ha hallado por fin el equilibrio, y solo adolece de tiempo para obsequiar a la mar con nuevas olas, y dolidas por su ausencia, nuevas playas...
ResponderEliminarEs la noche espacio sereno donde acuden, dolientes del mundano ruido, las habitantes del Parnaso, y susurran al oído entendido de su melodía; es la inspiración a la noche lo que la tragedia al trío, lo que a la piel dormida la descarga eléctrica de un dedo polarizado, lo que el hecho a la duda con certeza intuida...
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