domingo, 20 de marzo de 2011

ACARICIAR EL AGUA, REMEMORAR LA BRISA… / Poesía de José I. Restrepo


TUVE DEDOS DE AZÚCAR ESTA NOCHE OSCURA

azucar

Callada fuente
de la oscuridad naciendo callada,
vertiente de plena omnipresencia,
que el profundo negro iluminas en la noche,
cómo puedes andar entre mis dedos
- testigos mudos de mi sapiencia
y de mi olvido -
como hábil tejedora ciega,
hablándome en caricias que se arropan
en los castaños cabellos de esta musa,
en su cabeza inquieta,
en la frente que arruga su rostro
cuando busca y no encuentra,
cuando encuentra y no entiende…
Manantial silencioso
brotando cauteloso de mi ser,
que de mi sed ella quiere si está plena,
mis manos que la ciñen son como alas
volando hacia un nuevo bautizo,
y hoy nombran la ternura
por mi saliva siendo humedecidos,
gen de magia que vuela,
manantial que apacienta la vida
donde ella ha menguado,
allí donde los mapas infecundos
en rutas de hábito y ruina
que hace tanto oscurecen mi paso…

Como las guerras marchitas
que todo claro convierten en oscuro,
vienen las cercanías que no hablan,
las palabras repetidas que no enseñan,
el rostro escondido silenciado de miedo…
Quién es el otro,
a qué su largo viaje,
dónde busca la gloria,
qué teme perder que entonces roba,
son estos días egregia presentada
que no has dicho tu nombre
ni tu razón de verme con tu tierna mirada,
cuando somos manantial sin tener sed,
en el camino olvidado cantimploras,
alimento y sombra en el fugaz descanso,
estos días mujer
que esperábamos,
bajo la fronda de dos distintos árboles
en dos bosques distantes,
pero en un solo pecho
latiendo almibarados…


SIMILITUD

````

Viejo quitasol con rotos
por donde emergen hebras de sal,
y cuando llueve
delgados torrentes instituyen
dibujos de plata que chorrea,
a la brava pero tiernamente,
te me pareces sin duda en estos días
pues soy pedido y necesario
en donde mi deseo nada solicita,
más allá o más acá hago una sombra,
la busco en lugares indivisos,
donde es pávido y jugoso el diario ayuno…
Tan sólo con llegar se manifiestan
un montón de indeseables mansos
que en virtud de su magia o yo no sé,
tuvieron como yo la misma idea…
Viejo quitasol,
tu futuro es incierto nada claro, 
tu labor es escasa y desdeñada,
donde quisieras ir no se te llama,
pero te buscan para hacer de santo cristo,
apelmazado entre culpas y estertores
sin mínimo remedio ni sentido…

Niños y aves se toman la osadía
de elegías escribir bajo tu amparo,
danzas paganas,
desaires unos a otros airados
dulces tirados en la acera,
sueños de coros ya sin rumbo
que enmudecieron tarde
al entender que allí llovía
hacia tiempo por su causa…


JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
• Reservados todos los derechos de autor


2 comentarios:

  1. Quién no recorrió con sus dedos el agua de un río manso, o como dice el poeta quien a los quince años no esribió un poema. Latidos que hallan su eco en versos y en algún que otro imperceptible tatuaje en la piel... qué bello luz, como todo, como siempre... ese universo de sensibilidad que sólo habitas tú...

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  2. ¿Ves esa leve caricia viajando sobre el lomo de la nube, sacando su cachito verdadero para decirnos adiós mientras tu mano uncida de la mía, en amasijo perfecto, cantando le envía un hasta luego?

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