DOLORES CAMINO
Tener que recorrer ese largo, bucólico camino,
henchido de piedras grises sin huella,
por el que no anda tu migrado paso,
en el que no se escucha tu voz vistiendo un eco,
cascada cantarina que por todo ríe…
Paso tras paso, de comienzo a fin tragarme
ese angosto y cien veces maldito camino
en el que incluso implorando,
no hallaré tu amable compañía,
por más que inhale no obtendré tu aroma,
aunque bien mire
acá, allá, más lejos,
ni un tris de tu imagen
tendré por milagro en mis pupilas,
que pena absoluta, amor,
este camino que empieza
donde tan solo sigo mis huellas…
TODO EN MI PIEL
Algo en mi piel tostada
recuerda el verde fresco de la hierba,
el aire acalorado y quieto,
la cordillera vencida
buscando sin remedio la playa…
Algo,
mi mirada sinuosa lo sabe,
instante tras instante te nombra,
aunque me haya lavado tu perfume
en los cincuenta aguaceros de este valle,
tan lejos de ti,
el tejido de dalias que en las noches tejiste,
sobre el manto quemado de mi piel antes pálida,
no ha querido secarse, reverdece,
a tu espera…
Es de noche,
mora aquí el silencio incuestionable
mientras extiendo este canto
que mañana tendrá música de alas y batir de sueños…
Mañana cuando tu voz lata de nuevo
en mi pecho abierto…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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De columpiarse el alma entre la esperanza y sus soledades, entre lo sido y lo imposible, nace la magia que la precede y en algunos casos, como este, la luz que le sigue...
ResponderEliminarY corridos tras el vidrio del espejo, que renueva su óxido incipiente con algo de obsesiva crueldad todos los días, nos pueden ver rememorándolos sin pena ni experticia, para probar que miramos esos lugares bellos o bastardos, con ojos aun abiertos y deseosos, ojos como pan dulce esponjado, que saben alimentar y conocen de mapas y duelos...
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