jueves, 12 de agosto de 2010

COMO UN OLEAJE INCESANTE / POESÍA DEL AUTOR


PRISA


Dentro, 
en los mortales deseos oceánicos
que han sido inspirados por el loco albur de tus ojos,
todo me llega, todo se me marcha,
me veo recorrido por caminos que devienen de estrellas,
de desiertos, de canciones cantadas a la luna,
y de lluvias pequeñas que me mojan la espalda y las manos,
y me hacen sentir como sería
si yo fuera hoy el sendero de tu prisa....


PREGUNTA


Si todos los motivos fueran como este,
- Quema las naves amiga, 
es tiempo que los versos no envuelvan el cuerpo -
no quedarán playas en las costas,
arderán los ojos de contemplar
seres de luz
brotando dentro nuestro



LA BÚSQUEDA


Cavo dentro de mí
en búsquedas que nos llevan toda una vida,
por encontrar los secretos de este orden amistoso
que lleva tu nombre por blasón...
He vencido monstruos de ignotas cabezas, 
he vadeado lagos de infortunio,
pero la llave de la puerta que te esconde
aun no se forja,
todavía es un deseo en la mente 
de inhábil herrero 

VISIONES

Veo la toma sangrienta del sitio enemigo...
Entregando sus soldados a la muerte
Veo el estío largo, sus rojos follajes,
bajo los arces de otoño el agua vuelve hielo
los fríos que llegan....
Veo los rostros de hambre de los niños de África
preguntándose quien en el mundo los ama
y luego , en un sublime parpadeo,
llegas tu a salvarme con tu cabello de fuego,
dando forma al viento
con tu risa libertaria de mil pueblos, 
con tus manos enhebrando dudas
y cociéndolas al viaje de las nubes,
sin pedirme permiso
haciendo heroína
de un cuento no escrito todavía


EN LA VEREDA

¿Qué son esas ruinas allá lejos,
sino los bastiones de un recuerdo,
el ejército de hombres enjutos
que han decidido quedarse 
en el lugar que asolan?

Como sobrevivimos a nosotros mismos...

Estos muros, este monte, que antaño fue un jardín,
parecen hablarme pidiendo que me vaya, 
que no repare en el suyo destierro,
pero me temo que el silencio no divulga
la esencia trágica de las voces de este sitio...

Como sobrevivimos, al que éramos...
como hienden el cuerpo nuestros fuegos
y nos avasallan los lugares
que perdimos, por voltear nuestro cuellos
hacia cantos distintos...el frío 

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