HECATOMBE
En los sudores ajenos
que recorren libremente nuestro abdomen,
duerme la piel secreta con la voz de porcelana
que ha heredado el fuego del volcán
y la dislexia progresiva de los hombres…
Serpientes abolidas de los libros,
huérfanas de paraísos y liturgias,
que llevamos uncidos, cinceladas,
en negro fuertemente a la memoria,
no dancéis, no toquéis, ni murmuréis,
que de beatífico solaz sin gentilicio,
ni religión, ni rito sucedáneo,
viven los tactos solanos y los otros,
mortajas de placeres sibaritas,
que sin motivo saben quienes somos…
Arda la bacanal impostergable
santos y señas por la puerta doble,
los menores no tienen que pagar
pues son los invitados principales,
caído el dogma vencida la vergüenza,
vacía es toda dirección probable
y las escaramuzas para huir
llegan todas a la misma parte…
Gorjeos, el mundo ha sucumbido
a la penosa trampa de las manos,
un gesto tejedor que yacía escondido,
por ser prohibido pronunciarlo,
hace de espectador inocuo
de las malas acciones repetidas,
una pesca que ojos no procrea,
y la ardua quimera ensombrecida
en cansado pedestal de roto mimbre,
hace las veces de musa mensajera
cuyo mal de memoria ya se ufana
de recordar mensajes nunca enviados,
allí lleva tatuado entre su frente
el guarismo certero e importante:
- No te marches del mundo, no hay remedio,
ya él se fue sin ti hacia alguna parte -
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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y tal vez sea cierto, que el mundo o la vida solo es el campo de batalla, que el enemigo es uno mismo, tal vez, y tal vez.. este es uno de esos poemas que redimen y al mismo tiempo enfrentan... los primeros cinco versos dibujan un universo simbólico tristemente demasiado conocido. Un poema brillante, abrazos.
ResponderEliminarDE la abrasiva misión de soportarme, mientras derrumbo pedazos que hablan, que gritan que los deje allí, noblemente construidos, pero de algo muertos, surgen las palabras que cual hoja de ruta, de catalejos dicen en sus ecos cosas, ampliadas, mesuradas, indigestas...Nacen y mueren, expuestas a los ojos, como callos que duelen...Gracias por venir, Carmen...Un beso al retorno..
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