martes, 9 de septiembre de 2014

MIENTRAS VIAJA LA TARDE HACIA LA NOCHE / Poesía de José Ignacio Restrepo


ODA A LA AUTORA


Pensionaba ideas cerebradas
por kilo cuando ellas regresaban,
a pedirme una vez más las recibiera,
aunque fuera tan solo unos instantes,
sin hacer mala cara, sin reñir
y gestar para adentro un exabrupto,
o escupir mi saliva en los cristales...
Todo lo repetido que pesaba,
lo que venía de ajenos anticuarios
o volado de ese tórrido herbolario,
que estaba desde hace tiempo pardo y seco,
como las pláticas sanadoras entre dos
y enterradas después por uno solo,
en negros agujeros bautismales
que olvidaban la fe y la religión,
"porque ellos son también mortales,
y pecan por rival necesidad",
ay madre, debes perdonarme,
no he podido ese plano conciliar,
pese a ser el perdón selecto cuarto,
de mi casa interior y mercedaria
y porque prodigo allí sin preguntar
mis dádivas celestes y mi pan...
Hace ya tanto tiempo que no voy
a que me rete una voz tras la rejilla,
no llevo esa cuenta ni otras muchas,
aunque tengo mil cuentas con mi madre
y entre ese tema y un mil otros
solícita y capaz conversación,
cada día que acepto sin dudar
el gusto de comer lo que cocina,
también debo ganármela de nuevo
pues ella pone en duda mi frialdad,
me repite que soy solo bondad
y que allá me espera toda mi familia,
y yo debo nuevamente repetir
que son tantos los hijos que no tengo,
y los amigos que ignoran que lo soy,
que debería formar mi propia iglesia
al estilo de algún predecesor,
que no tenga puertas ni ventanas,
y menos unos muebles tan oscuros,
el que quiera me cuenta,
lo que quiera,
y hacemos la comida para todos,
en un punto que pueden ser cien mil,
adoramos lo que veamos fuera,
agua, cielo, la tierra que es la casa,
miraremos las aves y los niños,
y no haremos promesas,
porque hacerlas es llamar la perdición,
y esta iglesia de todos tiene más,
emoción que razones altaneras...
Ay, 
la risa envolvente de mi madre,
y yo dándole a Dios totales gracias
por tenérmela viva y a la mano,
encontrando en la gracia de mis chistes
la razón de mi diestro pensamiento,
y esa madurez que a veces ven
quienes vienen sin más
a sumar y restar vida a mi aliento...

  JOSÉ IGNACIO RESTREPO

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2 comentarios:

  1. El amor de una madre al calor del hogar de su mirada...entre pucheros de sabrosos sabores y olores de todos los colores, bañados con la luz de su sonrisa aderezada de sabios pensamientos y consejos, desinteresados, como ofrendas de flores en forma de caricia... Madre no hay más que una.... Bella invitación, a la que me apunto a sumar, con la venia de su señoría... Fuerte abrazo a los dos...

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    1. ....que bello vuelves, nunca fue más juicioso invitarte a leer mi poesía...Gracias Isabel, con mi abrazo...

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