Tenme despierto hasta las cinco
sólo porque las estrella han aparecido
y no por ninguna otra razón…
Tenme despierto
hasta cuando tu mirada
se torne en el líquido azul
como lo sueño a veces.
Déjame en vela
para que esté en el momento
en que tu boca
abandone la palabra por el beso…
¨¨¨ ¨¨¨ ¨¨¨
Asido fatalmente a los objetos
venerando su inmutable presencia,
el desesperado se mueve entre el frío mirar de las cosas
que el tiempo y no se qué de venganza
acumuló alrededor suyo.
Puede usar la vieja fórmula de redecorar la casa
o la también aconsejada de huir,
pero todo será en vano.
Para el desesperado todas las cosas son un espejo
¨¨ ¨¨¨ ¨¨
Ni la noche, esa rutina de sabernos cadáveres
de una batalla perdida desde antes,
ni un recuerdo salvándose en el mar espeso de esta borrachera,
ni el horror que nos sorprende inermes
– ese ácido, ese orín de las costumbres que todo lo corrompe -
lograrán que amemos la pestilencia de nuestro propio aliento,
ese opaco pasado lleno d buenas intenciones…
Darío Jaramillo
Del libro “77 poemas”
Editorial Universidad Nacional de Colombia
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