CANTO A LAS ASPAS ROTAS
En ese ardor extremo de piedra en ojo,
que magulla todo el cuerpo
y hace que quiera ponerlo de reverso,
e impide mirar,
allí está una, ella,
sí lo tiene,
a qué ponerle nombre
si es vieja contrahecha
la confianza para ser el amante
de la amante,
a qué confiar en el favor del clima
cambiante normalmente,
como el número de granos de arena
que cabe en cada mano,
cada vez,
o el número de ellos que
arrojados al viento
este pone de nuevo a tus pies…
El ojo cerrado por el golpe,
el ojo abierto,
que el envés de la visión corrompe,
me deja solo con las manos,
aspas viejas de molino derruido,
recuerdo de briznas mestizas,
de vientos y tormentas nobles,
alisios y niñas y bertas y normas,
y nubes patricias,
quebradas en su vuelo preso,
me dejan con las manos solas
y los pies que huyen y que tornan
haciéndose sangre y cicatrices,
el ojo muerto,
el vidente ojo,
como en algún soldado que dejó su nombre
partido al estallar la muerte
y que lleva ya años
recobrando esquirlas de memoria
en los llanos donde ya nadie recuerda
alguna guerra…
En el ardor extremo
este hombre perdido
que vive con mi piel vuelta al reverso,
con la fe del que sabe
y lo ha sabido siempre,
que sus actos de control,
realmente no controlan nada,
y que los mapas que lleva son de sitios
por todas las personas olvidados,
que ya nadie visita,
ni un abuelo perdido en sus recuerdos
con sus nietos que sólo a él lo tienen,
sentado en este puerto
donde no llega tren,
mirando su maleta de decires,
sus libracos dorados,
que nadie sabe de que parto
habrán salido,
en la mano el pasaporte,
en el suelo esperando el equipaje,
y allí,
un antiguo deseo se le acerca
vestido extrañamente con su piel
y una risa infantil en los ojitos,
en los ojos de luz,
y con voz tranquila
tres palabras le dice,
se cancela el viaje,
canta tu canción al viento…
JOSÉ IGNACIO RESTREPO Copyright ©
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De tantos andenes en los que estuve, igualmente esperando o haciendo trasbordos necesarios, en el tuyo me quedo, esperando contigo, mejor si puedo ir volviendo del derecho tu piel o acaso, solamente para vigilar tan valioso equipaje o arder contigo...
ResponderEliminarO sólo beber del mismo cuenco de agua, Europa mía......
ResponderEliminarCorre...Tómate de mi mano, bella Europa, en este tren hay suficiente sitio para esos sueños tuyos, que estando hechos de sustancia necesaria real o serenamente imaginara, santamente son tuyos, y acaso también fiel reflejo de los míos...que recién sorprendo soñando con los tuyos...
ResponderEliminarEs precioso poeta es para quedarse aquí,instalada en el blg,todo aqui es belleza y paz,que pena salir y dejar de soñar.
ResponderEliminarAy, Mayte...Aquí te dejo tu carpa con alacena de alimentos para que te me quedes, querida, en cuerpo y alma...gracias por tanto!!!
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