domingo, 16 de septiembre de 2012

APRENDER HACIENDO / Poesía de José Ignacio Restrepo

LA CHARLA


Verdad es la queja entre las salvias, 
que dejaste escapar con tus rutilos, 
payasos, sinvergüenzas, juzgadores, 
y después escampados y a colores, 
niños cantando himnos enseñados 
en el colegio perdido hace dos años,
totalmente por su humor 
transfigurados....
Pelafustanes ígneos, locuaces, 
que se enfrentan 
a hombres hechos en la calle, 
para salir airosos y triunfantes...
Es la era del tórrido mocoso, 
y el año de las madres a su lado....
Y su azar entre el minuto ajado, 
la sangre de la herida allí manando, 
el grito de alguien -no sabemos- 
acaso es el ladrido de un fiel perro...
Palabras, desprendidas de los ojos
de uno que llora aún mientras pelea
que hoy tiene once y mañana
ya es un viejo,
remando con sus calzas por la vida, 
en labores apreciadas o servidas 
que detienen los segundos algo,
pero no pueden quitarles
sus diez triunfos..
Vos dirás que defiendo sin decoro
aquello que está mustio apenas vivo,
y no sobra razón si me criticas,
pero es que yo vi caer tanto obelisco,
tanta marrana ley con orificio,
que entonces terminé amando las balas,
que se disparan para serse libre,
de los legítimos esfuerzos ya perdidos
por obtener algún rescate noble,
de aquello que robado o mal perdido
nos fue birlado por cualquier cretino, 
incluso el tiempo,
o todo lo educado,
o lo prestado por madres y memoria
para probar que el antes fue mejor...
Hundir el barco,
vadear por los océanos con hambre,
morir atafagado de calambres,
sin dejar vestigio de lo hecho...
Eso yo vi por un instante solo
en esos ojos del púber que me hablaba,
negué la guerra, le dije toma esto,
eran lempiras de un viaje que hice en marzo,
dijo "qué es ésto", tirándolos al suelo,
y yo los recogí con un cruel gesto,
porque a mi, mi pequeño
me hacen falta...


JOSÉ IGNACIO RESTREPO
• Copyright ©

4 comentarios:

  1. Te has ocupado esta vez de la vida de los chicos jóvenes, que por azares del destino sólo viven el presente, desconfían de todos, quizás muestren rastros de algún balazo, y ni siquiera se prestan a que se les ayude o a que te cuenten algo que pueda aliviar sus traumas o sacarlas al publico para que se sepan los estigmas sociales. Creo que deberías explotar esa temática más, aunque sea delicada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también lo creo, Fernando...Siempre agradecido por tu bella visita, abrazos y feliz semana...

      Eliminar
  2. Y quizás logre comprender al suponer: y si la bala pudiera salir del ánima antes de que la mano jale el gatillo?
    Si ya sé, no me digas...otra vez, la bendita relatividad... ;)
    Pero es que nada de lo que cuentas aquí que pasa es relativo...nos atañe, y de qué manera!! Porque aunque todo esto sea sólo un mal sueño, es el sueño en el que somos todos personajes...aunque no nos guste.
    Abrazos amigo...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En todo poema subyace una enseñanza y cada uno tomamos para si una parte de ella !!! Muy feliz de que dejes tu huella en este andamio de letras, que de a poco va robando un pedacito al cielo...Abrazos Fabi...

      Eliminar