LA CARTA
Puesta sobre la alfombra
en la luz bajo la puerta,
se quedó solitaria allí a la espera,
como una femme fatale abandonada,
como flor olvidada en la guantera,
después de ser a dos manos arrancada...
Rectángulo brillante que musita
"estoy llena de sangre, miel y olvido"
si no quieres saber mejor no abras
con ese cortaplumas de madera,
las doscientas treinta y seis bellas palabras
que han sufrido mientras tu llegabas,
por estar allí guardadas, sometidas,
del color del dolor cuando se guarda,
del tono de ese tren que lento avanza
alcanzando sin paz postrimerías,
color como de vidrio en piel clavada,
color dulce misterio malherido,
color cuando la risa ya se ha ido,
y no hallamos parientes compungidos
acaso algún doliente que sin nombre
nos brinde desde lejos su mirar,
un sufriente igual a los demás
sin raza, ni país, ni amor, ni nada,
con pasaporte falso, visa muerta,
un potencial avaro de la ciencia
de descubrir pociones para olvidos,
para poder arder cuando se tome
y ya no resentir el interior
ni esperanza en sopor, ni carga o ira,
tampoco maldecir diciendo nombres
de alguna secta feliz o cofradía,
no sentir al tomarla
esa sed de venganza,
si fracasa mi amor,
si fracasa, mi amor,
quema las cartas,
empezando por ésta,
que ahora mismo te alumbra los ojos,
sin prender la bombilla
en la pared...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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La carta es una bella y original puesta en escena de una simple carta que no sabemos en principio qué nos dice, pero tememos lleve alguna carga impuesta. Al final se aclara que esa evocación con que el poema se abre "estoy llena de sangre, miel y olvido" se concreta en una declaración de amor que está mejor en el fogón junto con las otras si el receptor no les da una respuesta favorable a quien tan tiernamente suplica identificándose la misma carta como objeto y contenido que reclaman y no esperan. Más bien parece un lamento por el fracaso anunciado.
ResponderEliminar....en tanto no es ser, la imagen aparecida en el espejo, lo es este recuerdo, puesto fijo, atalaya de un febril lamento que siempre me visita con poemas, de tarde en tarde amigo, como la palabra de alivio no esperada que suaviza las hieles de lo ido...Gracias por visitar el sitio Fernando...Abrazos...
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