martes, 16 de julio de 2013

VISITAR LA IGLESIA DE LOS LIBROS / Poesía de José Ignacio Restrepo


MIENTRAS LEO
(…respetando el porqué…)


Con su cara de iglesia sobre el techo
y su temperatura controlada,
este bastión de guerreros silenciosos
tiene para esta hora poca gente,
cuando debiera ser tan diferente…
Acaso sea el nombre, biblioteca,
que a muchos ya les suena hasta ofensivo,
peleas casaban siempre siendo niños
con la forma legal de hacer las cosas.
No les viene la gana de escribir
respetando la dada ortografía,
y repiten soeces groserías,
en las paredes sucias de la calle,
o en las letrinas silenciosas, mustias,
del colegio ese al que ahora van…
De cierto aceptarían por herencia
lo que cojan las manos, lo que valga,
aquellos que se pueda ir a vender
o a cambiar por un litro de anís puro,
pero este regalo insigne y esencial
que les permite hablar, entender todo,
lo que dirán mañana, lo ayer dicho,
lo reciben como si fuera barro
con que juntar ladrillos para hacer
una pared sencilla y una puerta,
donde ir a encerrar su bastardura…
Miel de reyes ardiendo en comisura
que los tiempos trajeron de regalo
tratada cual si fuera un pegamento,
donde llegan los moscos por la tarde,
¡ay, idioma de mi madre y de mi padre,
como duele oírte apedrear
cuando sales de una boca a enamorar,
la plebe que se orina en su berrinche,
y por decir alegre, dice triste!

JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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2 comentarios:

  1. ....como se entraras en una Catedral....te incomoda lo poco respecto peranto lo local sacro.......para quien ama los libros, las letras se siente desconfortado cuando....
    ""No les viene la gana de escribir
    respetando la dada ortografía,
    y repiten soeces groserías,
    en las paredes sucias de la calle,
    o en las letrinas silenciosas, mustias,
    del colegio ese al que ahora van…
    De cierto aceptarían por herencia""""
    Que bien te compreendo, que bien traduces ese sentimiento de promiscuidad y tristeza.... bssssssss

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    Respuestas
    1. ...viniste, a mi poema triste...Cuánto te aprecia mi corazón acrisolado por soledades bellas y sin nombre, y por las otras, de piel y ojos rebeldes, que me quisieron y después se fueron, como si sabias supieran que mi dama, en algún bucle del tiempo me esperaba...Gracias por venir, divina Maria...

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