HELICOIDAL...
He dejado la vega donde alumbra
para ir al desierto de mi asombro...
Me dicen no te vayas, me lo piden,
me suplican de todas las maneras
es segura la muerte y la deshonra,
y yo insisto, mi dicción lee otra cosa,
la febril escogencia me apasiona,
y en vez de retornar más lejos marcho...
He perdido facultades perentorias
a la necesidad de ir por si mismo,
de no ser un gregario de bautizo
ni aunque fuera de otro corazón,
acaso me merezca soledades
que aun no me tocaron el espíritu,
y llevare dolores en morrales
para cuando comprenda este aforismo...
Pero es que no me queda más remedio,
la intuición me dice que este tedio
es solo la compuerta de algo grave,
cuando entre ya no habrá como cobrarle
a la vida lo que dice su estatuto,
o nos guiamos por propia partitura
para hacer del instrumento algo loable,
o lo tiramos todo por el aire,
y gritamos sandeces cada hora,
para explicar a otros lo entendido,
que no tiene ni cuenta ni sentido...
Solo por trascender lo inexplicable,
que sintamos peligro en cercanía
de amores prometidos verdaderos
que acaso nos poseen y nos llenan
hasta que somos fruto y embeleso,
mariposas clavadas por capricho
en jaulas adornadas que de vidrio
dejan desnuda el alma y nuestras vísceras
a la luz de las fieras y sin defensa,
ser amados con profundos esplendores
puestos en las más altas jerarquías,
para ser derribados cualquier día,
en horas de circense encrucijada,
en sencilla jornada desnutrida
y dejados sin vida una mañana...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
Copyright ©
Enhorabuena por el poema que me parece precioso... Encontré este blog por casualidad pero volveré.
ResponderEliminarUn saludo!
Pues de tu mano alejada pero firme, tomo el trazo de tu bello comentario, Chon... Espero que tu fiel proselitismo hasta este enero hayas conservado... Abrazos y gracias por llegar hasta aquí...
ResponderEliminar