jueves, 6 de octubre de 2011

A SOLAS ME ACOMPAÑO / Poesía de José Ignacio Restrepo

MUJER DE CERA


Mas, 
¿Cómo repararle el ojo de vidrio, 
con el que pretendía ver 
todo perfecto?
En el zócalo dormida, 
tras vicisitudes 
de imaginaria geografía 
y ocurrencia, 
la vestal que lo había recibido todo,
lloraba en sus diez silencios, 
una posteridad en abandono...
Se levantó 
e hirió el espejo de la vitrina, 
con sus ojos resueltos y fangosos, 
por el maquillaje descompuesto...
Fue deshonroso, 
no vio su imagen, 
allí mismo desaparecieron 
mágicamente 
todos sus recuerdos...

JOSÉ IGNACIO RESTREPO 
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