EN MI PALAFRÉN
Huesos,
que evaden su sereno entierro,
y buscan gendarmes mágicos,
cencerros,
que hablen del lugar en que se hallan,
para pedir remiendo o armadura,
si hay que volver alado,
si hay que rearmar ideas aún vivas,
si hay que regresar por estas tierras
para pelear infortunadas guerras...
Destilada sapiencia hónrate ahora,
deja abierta ventana o claraboya,
por donde entre aire nuevo a los cerebros,
que en disputa se hayan por aquello,
que en nada les nombra o les atiende,
y que si tiene requiebros claramente
y relieves tallados allí en su lomo,
donde dice que es de todos no de uno,
no de veinte más fuertes o ingeniosos,
ni de aquellos tunantes alevosos
que por su bella cara y su sonrisa
se han sentido siempre más valiosos...
Y encima hombres,
cediendo atardeceres a batallas,
cayendo sobre el moteado asfalto
entre urdidas querellas
que de fe no tenían el ribete,
y en su curso alcahuete
daban as por el diez de la baraja,
dejándole a la suerte ese cuidado,
que ha de darse a lo caro,
a lo costoso,
pero no lo que se tiña de dinero
o lo que brille delicado y ostentoso,
sino todo lo que se llame quehacer
niño, aire, atardecer, aroma,
océano, silencio, serenata,
mujer, anciano, ave, introversión,
acción, arte, esperanza,
pensamiento...
cencerros,
que hablen del lugar en que se hallan,
para pedir remiendo o armadura,
si hay que volver alado,
si hay que rearmar ideas aún vivas,
si hay que regresar por estas tierras
para pelear infortunadas guerras...
Destilada sapiencia hónrate ahora,
deja abierta ventana o claraboya,
por donde entre aire nuevo a los cerebros,
que en disputa se hayan por aquello,
que en nada les nombra o les atiende,
y que si tiene requiebros claramente
y relieves tallados allí en su lomo,
donde dice que es de todos no de uno,
no de veinte más fuertes o ingeniosos,
ni de aquellos tunantes alevosos
que por su bella cara y su sonrisa
se han sentido siempre más valiosos...
Y encima hombres,
cediendo atardeceres a batallas,
cayendo sobre el moteado asfalto
entre urdidas querellas
que de fe no tenían el ribete,
y en su curso alcahuete
daban as por el diez de la baraja,
dejándole a la suerte ese cuidado,
que ha de darse a lo caro,
a lo costoso,
pero no lo que se tiña de dinero
o lo que brille delicado y ostentoso,
sino todo lo que se llame quehacer
niño, aire, atardecer, aroma,
océano, silencio, serenata,
mujer, anciano, ave, introversión,
acción, arte, esperanza,
pensamiento...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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Me has hecho recordar a aquellos enterrados en tierra de nadie, cuyas bocas fueron amordazadas por el cruel estruendo que hace el fusil, cuando el batallón recibe ordenes de dar a matar sobre aquellos que esperan la muerte frente al paredón.... Cuantas fosas comunes hay en mi tierra, cuyos cuerpos son buscados por los suyos sin descanso, de una generación a otra, sin rencor, solo por poder llevar unas flores al cuerpo de ese ser querido, que no saben que tierra lo abriga... El poder,los intereses que arrastra el vil metal, la gran obsesión en tener razón e imponerla, lleva al ser humano a las mayores barbaries... ¿ Aprenderá alguna vez el ser humano, que la razón tiene tantos colores como retinas la miran?, ¿Despertará alguna vez la razón, la dialogo, a la tolerancia, al respeto, a compartir de forma equitativa los bienes de la tierra?... Ojala amigo mio... Gran poema, un placer leerte.. Besos
ResponderEliminarMe haz dado Antonia, una respuesta tan acertiva y comprometida, tal como si hubieras escrito tu el poema, porque es justamente ese el tema y el trasfondo..Fue un acierto haberes buscado hoy, tras ver tu nombre notificado y extrañar tu presencia... Abrazos para ti y gracias por acudir querida...
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