EL CAJÓN
DEL NOCHERO
Haz tenido muchos desde niño
con la misma función,
el mismo oficio,
de servir de guardadero
o cementerio,
para los símbolos pequeños
de lo grande,
como llaves de puertas derribadas
o señuelos de amor
que no cumplieron,
o fotos que aun miran sonrientes
con el nombre perdido,
o quemado sin culpa
en el hangar de los sueños
penitentes...
Este lugar para ir a marchitar
la frescura de las flores un domingo,
porque salen los recuerdos a cenar,
si te dejas alcanzar de uno de ellos,
entonces surgen cosas olvidadas
que pensabas perdidas
en la bruma,
y les rescatas brillo a sus corazas,
opulencia degradada y espartana
que los mandó al cajón
de enseres viejos...
Y cuando cierras se atora
nuevamente,
por que algo no se quiere ir a dormir,
y entre las manos traes por olvido,
ese fuego que fue
reverdecido,
de ese cuarto de hostal,
en donde tarde,
te quedabas con ella amaestrando
los momentos que nunca volverán,
y que hoy quieren un turnillo al sol,
un poco de calor,
y un trisito de brillo,
de ese que te hizo favorito
de su piel candorosa
y de su olvido...
JOSÉ IGNACIO RESTREPO
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